Kirye Irving, quizás el líder del único equipo que en la conferencia Este podía mirar realmente a la cara los Cavaliers de LeBron se ha lesionado, y se va a perder lo que queda de temporada y los playoffs. Una desgracia más que se suma a las de Hayward, Porzinguis, Cousins, Leonard, Smart o Wall sin contar a Curry con sus tobillos muy maltrechos. Está siendo uno de los años más duros en cuanto a lesiones de estrellas que se recuerdan y que están mermando mucho el nivel de varios equipos que se han resentido mucho con la lesión de su máxima estrella.
Y ocurre el año que se ha adelantado una semana el inicio de la liga para evitar tanta aglomeración de partidos (aunque sinceramente siete días más para 82 partidos sea ridículo). Pero lo que realmente habría que plantearse es la barbaridad actual de partidos de liga regular. 82 partidos con las distancias siderales que hay comprimidos en cuatro meses provocan un desgaste máximo en los jugadores, que no pueden aguantar el ritmo y privan muchas veces de su presencia en un gran número de partidos. Pero la televisión es la que manda y más tras el macro contrato último firmado, que ha permitido realizar renovaciones faraónicas contra jugadores, y se prevé que esto siga aumentando durante los próximos tres años.
Y la liga no permite además que los entrenadores den descanso a sus estrellas. Penan con multa a los equipos que reservan jugadores disponibles, incluso cuando hay back to back (dos partidos consecutivos) con el riesgo máximo de lesión que esto acarrea con tantos minutos en las piernas. La de Irving esperemos que se la última de una temporada que empezó con la pérdida de Hayward para toda la temporada y está acabando casi de la misma manera.