La casi segura venta de Raphael Varane al Mancehster United dja muy debilitado al Real Madrid que se queda con una plantilla plagada de incertidumbres, donde ya ni tan siquiera la sola llegada de Mbappé (que este verano parece imposible) revitalizaría al equipo. Está muy lejos ahora mismo de tener una plantilla a la altura de los equipos más fuertes de Europa, está claro que en España competirá, sigue teniendo al trio de centrocampistas y si Benzema sigue al nivel de los dos últimos años peleará hasta el final el título, pero para la Champions empieza a quedarse corto, y más viendo los posibles refuerzos de los equipos sobre todo de la Premier y el PSG, que ha armado un equipo a base de talonario difícil de batir si las lesiones les respetan.
La política desde hace dos años de fichajes es la más austera que se recuerda del club de Chamartín, con el Covid influyendo notablemente, y la reforma del estadio como principal escollo para posibles compras. La confianza de que los refuerzos del equipo este verano son cedidos que Zidane detectó que no tenían nivel para el Madrid es la ilusión que se intenta vender desde la parroquia blanca, y la marcha de la pareja de centrales titulares, con el simbolismo que tiene la marcha de Ramos incluido, deja una defensa cuya opción posible es Vallejo, un central de nivel medio que está muy lejos de ser fiable en el Madrid. Preveo que va a ser otro año muy duro para este Real Madrid de entreguerras que hasta que no de el paso de reforzar de verdad las líneas necesarias va a tener una plantilla descompensada mantenida solo por Courtois los tres mosqueteros del centro del campo y Benzema, parece que es muy poco para aguantar todo el año.