Pat Riley, el denominado Rodolfo Valentino por el irrepetible Andrés Montes, desde que dejó de ser jugador se ha caracterizado por ser un tipo al que casi todo le sale bien. Cogió a los Lakers tras la destitución de Paul Westhead, y les hizo ganar cuatro anillos, convirtió a los Knicks de Ewing y Stark en uno de los mejores conjuntos de los 90 pese a no ganar nunca un anillo con ellos y ya en Miami es donde ha destacado su faceta de reclutador de estrellas, primero con la llegada de Shaquille O´Neal, con el que como entrenador volvió a ganar un anillo y luego formó el grandísimo big three con Wade LeBron y Bosh que les llevó a cuatro finales y dos títulos. Hasta aquí todo una carrera de éxito, pero este verano se ha producido un hecho que ha sorprendido a más de uno, y es la marcha de Wade a los Chicago Bulls. El jugador nacido en la ciudad del viento no perdonó que Riley no pusiera como máxima prioridad su renovación después de todo lo que ha dado el 3 a la franquicia (de la que es considerado el mejor jugador de su historia por méritos propios) y terminó por marcharse.
Riley por su parte reconoció públicamente su error y se ha visto obligado a reconstruir de nuevo el equipo tras la marcha del escolta. Los Miami que tenían un proyecto bastante sólido pese a la marcha de Lebron, es cierto que la inesperada explosión de Whiteside ha ayudado mucho a mantener el nivel competitivo, pero se ha visto truncado primero por los problemas de corazón de Chris Bosh, y ahora por la marcha de un Wade que deja un vacío difícil de llenar para los de South Beach. No sería la primera vez que Riley se saca un gran as de la manga pero este año va a ser largo y difícil para los del sur de Florida.