El Real Madrid afronta este sábado un derbi en el que puede dejar casi hundido a su vecino en la lucha por el título. Pero deberá hacerlo con un equipo en cuadros debido a las importantes bajas con las que cuenta, sobre todo en el centro del campo. Ni Kroos ni Casemiro (que desde su lesión el equipo ha encajado en todos los partidos salvo el último ante el Leganés) podrán estar en el Calderón lo que hace que Zidane tenga que confiar su labor a Kovacic, que también volvió tocado de su participación con Croacia, y previsiblemente a Isco, que vuelve con confianza tras su gol a Inglaterra en Wembley en el descuento.
En defensa Pepe también está descartado y Ramos vuelve al equipo tras más de un mes lesionado, por lo que su estado será una gran incógnita, aunque su participación en estos partidos siempre sea fundamental para su equipo. Y por si esto fuese poco hay que contar en la lista de bajas a Morata también, que tiene una rotura fibrilar que le hará apartarse de los terrenos un mes mínimo, dejando el papel de revulsivo del equipo a Lucas Vázquez, quitando a su vez un problema a Zidane sobre a qué delantero debía alinear ante el Atlético.
Con todo el Madrid llega líder, sin haber perdido un partido desde que el Atlético le derrotara en el Bernabéu la temporada pasada, y pese a que están jugando un fútbol muy pobre, todos son conscientes de lo peligroso que es un Real Madrid jugando mal. Pero la vuelta a la liga tras los parones internacionales siempre han traído algún disgusto para el equipo blanco, que tratará además de poner fin a la racha de tres años consecutivos sin ganar al Atlético en liga. Y que mejor escenario para hacerlo que en el último derbi liguero del Calderón.