Indignación absurda

El Athletic Club está viviendo unos días convulsos a raíz de los rumores del posible fichaje de Nico Williams por el Barcelona. El club bilbaíno está haciendo una campaña de victimismo por su parte que no es acorde ni al tamaño del club ni a la política que ellos mismos hacen con los clubes a los que pueden optar por sus fichajes. El Athletic se queja de que el Barcelona quiere pagar la cláusula de el menor de los Williams, cuando ellos hacen lo mismo con la Real Sociedad u Osasuna pro sus fichajes estratégicos, con unas maneras que les han llevado a romper relaciones del todo con el club navarro desde hace años por sus maneras a la hora de fichar.

Ahora que la tostada cae del otro lado, los rojiblancos están haciendo todo lo posible por dinamitar este acuerdo. Ya el año pasado estuvo cerca de suceder, pero en el último momento convencieron a Nico para aguantar un año más con la final de la Europa League en San Mamés con lo que eso significa para el club. Aguantó finalmente pero este año parece convencido de cambiar de aires y el club no parece dispuesto a ponerle ninguna facilidad ni ayudar al canterano a cambiar de aires. Incluso los propios aficionados están ya vandalizando murales y atacando al jugador vía redes sociales con los clásicos calificativos de rata y traidor.

Además desde el club de Lezama quieren monitorizar todo el fichajes, desde el pago de la cláusula hasta la inscripción del jugador como medida de presión al Barcelona por su fichaje, una presión a la que ya se sometieron en su día Javi Martínez o Fernando Llorente, jugadores históricos que salieron por la puerta de atrás y de muy malas maneras (con Javi Martínez teniendo que colarse en las instalaciones de noche saltando la valla de Lezama para recuperar sus pertenencias de la taquilla) por la tozudez de un club que a la hora de vender no da su brazo a torcer pero a la hora de fichar hace lo mismo de lo que ahora se queja, una hipocresía en toda regla.

El escándalo del Siglo XXI

Tan solo unos días después de que el PSG se proclamara campeón de la Champions League, la IFAB, el organismo que rige las normas oficialmente, emitió un comunicado que deja en evidencia lo que todos nos temíamos, que la UEFA aplicó mal la norma del supuesto doble toque de Julián Álvarez, siendo esto un hecho gravísimo por la trascendencia social y monetaria que supone para los equipos. Puso de manifiesto la sensación que todo el mundo tenía tras la decisión del ya señaladísmo polaco Marcziniak, y que oficialmente ha quedado de manifiesto para que no haya dudas.

La prensa madridista está intentado confundir al público y rebajar el escándalo mayúsculo hablando de cambio de norma a partir de ahora, pero la IFAB no dice eso en su comunicado, sino que habla de mala aplicación de la norma por parte de la UEFA y ya no deja lugar al equívoco remarcando de nuevo lo que todos sabíamos, si hay doble toque involuntario (todavía no ha quedado demostrado ni que se produjera el doble toque) y es gol el penalti se repite, no se da por fallido como ocurrió en una revisión que duró menos de 40 segundos en el mayor esperpento que se ha visto de la UEFA en lo que vade siglo.

Para poner de antecedente lo que gira en torno a esta decisión es que se marcó un «supuesto» doble toque en el penalti, y digo doble toque porque no se determina en ninguna toma salvo una que no se vio hasta 18 horas después del partido y del que solo disponía la UEFA y no ninguna retransmisión. Más tarde ese vídeo que mandó la UEFA tras un paso por peritaje electrónico se ha desvelado que está manipulado, y la UEFA se niega a confirmar o mandar el original, lo que no despeja ninguna sospecha sobre un organismo que ha quedado retratado de la manera más bochornosa en el escenario más grande perjudicando de manera irreversible a un club ante su máximo rival una vez más, tras la final de Milán o la eliminatoria del año siguiente. La tecnología avanza, las pruebas aumentan y aún así se siguen tomando decisiones ilegales de la misma manera.