La temporada de Sergio Busquets está siendo más que discreta, un jugador que nos tiene acostumbrados a no cometer ningún error pese a jugar en una de la posición más delicada del campo (y más en un equipo como el Barcelona), está realizando partidos en los que está irreconocible, no da la seguridad necesaria al equipo y sus fallos están costando muy caros para el Barcelona. Sus malas actuaciones han venido acompañadas de las peores derrotas de los blaugrana esta temporada frente al Alavés en casa, en Vigo y en Manchester, demostrando la importancia que tiene en el equipo.
Y esta situación no es nueva, ya el año pasado su bajón fue notable, pero fue debido a que arrastró una lesión de pubis a lo largo de todo el año de la que no terminaba de recuperarse. Pero este año y tras la Eurocopa (en la que hizo las maletas tras la derrota de octavos frente a Italia) se esperaba que recuperara su mejor versión. Luis Enrique es consciente de esta situación pero ningún jugador de su plantilla le da la confianza de Busquets a día de hoy, y eso hace que casi no pueda darle descanso.
Las salidas de balón desde el portero le costaron el partido de Vigo, el de Manchester y el del Alavés, y todo porque el jugador que siempre corrige todos los errores y da la mejor salida del balón no está al cien por cien, y ese talón de aquiles lo está arrastrando el Barcelona desde la campaña pasada. Tanto buscar fichajes de reserva para el tridente o pagar cantidades desorbitadas por jugadores innecesarios como André Gomes y siguen sin tener un jugador de recambio para una pieza indispensable. O recupera Busquets pronto su mejor versión o el Barcelona va a sufrir mucho en los partidos que le presionen muy arriba.