La Champions League dejó ayer dos resultados devastadores que dejan claro lo lejos que está en esta edición el fútbol español de su mejor momento. Tanto Real Madrid como Atlético cayeron con estrépito en su debut europeo y deja muy claro que están muy lejos del nivel mostrado en los últimos años y que este año va a tocar sufrir de lo lindo en la competición continental.
Es cierto que la derrota es distinta, el Madrid dio una imagen pésima desde el inicio y perdió en su casa ante un rival muy inferior. Los primeros 45 minutos del equipo de Zidane (que se equivoca pensando que tiene una plantilla amplia y se puede permitir las rotaciones) fueron bochornosos, con un Shaktar que le metió tres pero pudieron ser cinco de haber estado más acertados. El nivel mostrado por Marcelo, Varane o Jovic es inadmisible en un club de la altura e historia del Madrid, y pese a maquillar la derrota en la segunda parte (donde el VAR anuló bien un gol en el descuento al Madrid que suponía el empate) las sensaciones del equipo blanco son muy más tras la derrota ante el Cádiz del sábado. Y este sábado van al Camp Nou donde de perder la crisis será de envergadura.
En el bando Atlético la derrota fue durísima, encajar cuatro goles no es normal con Simeone en los banquillos, pero es un marcador engañoso. El Bayern no fue tan superior como dice el marcador y el equipo rojiblanco cuajó una actuación decente, pero la falta de acierto unida a la pegada del Bayern ( cuatro goles en cinco tiros a puerta) demuestran que la plantilla del Atlético no está a día de hoy para pelear con los favoritos en Europa. El centro del campo del equipo y los laterales están muy lejos de los nombres y nivel de otros años y hacen que el Atlético sufra mucho para pelear con los equipos más en forma.
Lo bueno de estas derrotas es que los otros pretendientes de sus grupos empataron, por lo que el traspié no es tan importante y que se ha producido al inicio de la temporada para poder corregir los fallos y los problemas que todavía hay tiempo y margen para ello. Pero la sensación ya de que ningún equipo español es favorito en esta Champions no es evidente sino que después de lo de ayer es manifiesto.