Marco Asensio no sabía que se iba a encontrar en esta situación en el último verano de contrato con el Real Madrid. Intentó adelantarse a esta situación, y por ello cambió de representante, fiando su futuro al todopoderoso Jorge Mendes, para que desatascara una situación peculiar en el Real Madrid. El jugador balear, otrora proyecto de estrella, no ha vuelto a ser el mismo desde la desgraciada lesión de pretemporada ante el Arsenal de hace tres años. Su rol en el equipo además se vio reducido y sus rivales de posición cuentan con más oportunidades y confianza por parte de Ancelotti. La explosión del «pajarito» Valverde como cuarto centrocampista por la derecha le ha cerrado muchas puertas, y las pocas que se abren son para Rodrygo, mucho más del gusto y confianza del técnico de Riggiolo.
Además su situación ya es insostenible ya que de los dos partidos oficiales del equipo blanco no ha disputado ni un solo minuto. A estas alturas Asensio tenía la esperanza de haberse ganado la confianza de Ancelotti y poder ser titular en ese extremo derecho, o en su defecto, tener alguna oferta interesante para sus intereses. El balear sabe que en dos meses empieza el Mundial y Luis Enrique cuenta con él si juega minutos. Ya le llamó la última ventana de partidos internacionales y cuajó buenas actuaciones. Pero su órdago al Madrid de no querer renovar a la baja (creyendo ser merecedor de más dinero y protagonismo) le puede salir caro y quedarse un año en el ostracismo del banquillo. Cabe recordar que a parte de Valverde y Rodrygo, también está Hazaard para su posición, lo que complica más aún su situación. No obstante quedan todavía dos semanas para el cierre de mercado y Mendes puede sacarse un conejo de la chistera y traer una oferta que satisfaga a las dos partes y desencallar una situación que a día de hoy pinta muy mal.