Partidazo entre el Real Madrid y el Manchester City en la ida de las semifinales de la Champions. Los a día de hoy mejores equipos del mundo con diferencia dieron un espectáculo majestuoso un día más tras la eliminatoria increíble que brindaron el año pasado también en las semifinales de la competición. Pero tras la ida quedó una sensación de superioridad del Real Madrid, merced a que el equipo estuvo mejor toda la segunda parte, especialmente en el último empuje del partido donde se puede decir que salió vivo el Manchester City al conservar el empate.
Parte de culpa de no revertir esa situación fue de Guardiola, el entrenador no realizó ningún cambio durante los 90 minutos que duró el partido, algo muy sorprendente teniendo en cuenta la calidad que atesora en el banquillo, y el estado físico del equipo, que sufrió en exceso y no creó ninguna salida peligrosa con piernas frescas para poner en aprietos a un Courtois que vivió muy cómodo los últimos minutos. Al final del partido se justificó en que los que estaban le aseguraban control de la posesión y esconderla, pero pérdidas infantiles (sobre todo provocadas por el cansancio) de Bernardo Silva y Gündogan estuvieron a punto de costarle muy caras al equipo, y mantener a Grealish cuando no desbordó ninguna vez ni aprovechó las subidas de Carvajal fue un mal negocio.
Al final salió del Bernabéu con un empate que le supo a victoria por cómo se desarrolló todo el partido, el City no tuvo ninguna ocasión realmente clara pese a tener mucha posesión (el mano a mano de de Bruyne era fuera de juego) y se encontró con un gol merced a una jugada enrevesada con fallo arbitral de por medio. En el Etihad la cosa va a ser bien diferente, el equipo saldrá de otra manera y el planteamiento no tendrá que ver, pero su impronta en el partido de ida fue más que negativa, no ayudando a su equipo. Veremos si para la vuelta recapacita o quiere seguir siendo el protagonista de la eliminatoria.