El United tiene ante sí un mes para despejar todo tipo de dudas que hay sobre él. Por caprichos del destino se enfrenta a todos sus rivales directos en la lucha por la Champions.
Durante todo el año se ha mostrado como un equipo irregular, que no acaba de enlazar dos buenos partidos seguidos y con una fluidez en su juego que deja mucho que desear. Tras quedar apeado de la FA Cup a manos del Arsenal, sólo le queda la Premier para competir, y con un Arsenal recuperando a sus jugadores lesionados y afianzándose en la tercera plaza, un Liverpool remontando posiciones a ritmo frenético (recordemos que los de Anfield son el mejor equipo inglés desde que comenzó el 2015), y con el Chelsea y Manchester City fuera de su alcance parece que la cuarta plaza que da acceso a jugar la Champions es su más claro objetivo.
Comienza su difícil periplo ante el Tottenham, un equipo difícil pero que generalmente ante equipos superiores en la Premier no suele planta cara, y lo concluye ante el desmejorado Everton. Veremos si es capaz de sacar lo mejor de sí y si este proyecto tiene continuidad o nos espera otro verano movidito en Manchester.