Tras la euforia por haber pasado en penaltis el Atlético tiene que sacar una conclusión evidente del partido de ayer, estuvo a punto de tirar lo que queda de temporada en un partido muy sencillo a priori. Con la liga casi imposible y fuera de la copa todas las cartas rojiblancas están en la champions y en ver si con un poco de suerte y un cruce benévolo en cuartos se presentan en semifinales y ahí a jugársela a tumba abierta. Pero como si de la cuenta de la lechera se tratara ayer estuvo a punto de tener un tropezón que hubiese dado por concluida la temporada para los de Simeone.
Un Simeone que quizás se equivocó con su planteamiento inicial sabiendo que el PSV iba a encerrarse atrás no sacó a ningún delantero puro, optó por Griezmann y Carrasco arriba para dar velocidad a las salidas, pero el PSV estuvo muy ordenado como se esperaba y no dio opciones a la contra. Además el planteamiento de Cocu fue perfecto, su equipo tuvo siempre superiodad en el medio y salió bien a la contra, mención especial al partido de Guardado que siempre estuvo en el lugar adecuado del campo. El cambio de Carrasco por Kranevitter no fue muy entendible (imagino que no contaba con la lesión de Godín y el siguiente cambio iba a ser Correa por un Koke que termino el partido fatigadísimo), ya que el PSV estaba en un momento delicado del partido y el Atlético no supo apretarle.
En la prórroga sólo Saúl (que debe de haber nacido con tres pulmones) y Torres que había entrado de refresco llevaron algo de peligro a la portería holandesa pero ya el equipo estaba desfondado y tampoco era el momento de hacer locuras. La tanda de penaltis terminó siendo un premio para un jugador poco reconocido por los medios pero que siempore cumple y que es un ejemplo de trabajo y esfuerzo pasando de ser un extremo aceptable a uno de los mejores laterales derechos del mundo, un Juanfran que no dudó al tirar el penalti y metió aun Atlético en una ronda donde tenía que haber entrado sin este sufrimiento.