Se confirmó el desastre ayer en Croacia de la selección española. En un partido clave para la disputa de la Final Four del primer torneo de Naciones, valí ganar para clasificarse, o incluso empatar siemrpre que Inglaterra no ganara a Croacia en el siguietne partido. Pero salimos del estadio con el rabo entre las piernas tras el gol en la última acción de Jevdaj, que anotó un doblete, todos a la espalda de un Íñigo Martínez desbordado en el día de ayer.
Luis Enrique empezó su andadura muy fuerte, con sonadas victorias en Wembley y en Elche ante Croacia, pero poco a poco el combinado nacional se ha ido desinflando, con situaciones extrañas como la lesión de Íñigo Martínez en la anterior convocatoria, o la lesión de Alcácer que le ha impedido entrar en esta pero que sin embargo le permitió jugar el clásico alemán ante el Bayern, en el que continuó con su racha anotando el gol de la victoria del conjunto borusser.
Ni la vuelta de Jordi Alba funcionó, ni Isco está a su nivel tras la operación de apendicitis que sufrió y las malas sensaciones que tiene al ser el único jugador del Madrid que sin estar lesionado no ha comenzado de titular ningún partido. Luis Enrique es optimista, sabe que está en una etapa de transición, donde los nuevos deben dar un paso al frente que todavía no dan, pero sabe que deben coger experiencia en situaciones límites como la de anoche para fortalecer el carácter y afrontar así un campeonato tan exigente como una Eurocopa o un Mundial.