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¿Aviso a tiempo?

El Real Madrid sufrió ayer una dolorosa derrota que se podía prever según se había comportado el equipo en la reanudación de la competición tras el Mundial de Qatar. Los partidos ante el Valladolid, Villareal, Cacereño y el Valencia en la semifinal de esta Supercopa ya estaban dejando claro una peligrosa tendencia en el equipo blanco. Endeblez defensiva preocupante (con Alaba, Rüdigger, Mendy y Carvajal como principales señalados de la catástrofe), estado físico bajo de la gran mayoría de la plantilla, y sus puntales en un estado muy bajo con partidos más que discretos por parte de Benzemá, Valverde y Vinicius. Sólo Courtois está ahora mismo al nivel del año pasado, y ese nivel es muy muy alto, el resto ha sufrido un bajón preocupante, especialmente tras el Mundial.

La buena noticia para el Real Madrid es que pese al batacazo de la derrota y perder el título, todavía hay tiempo más que de sobra para revertir la situación. No es la primera vez que el Real Madrid necesita un aviso en mitad de la temporada para apretar los últimos meses de competición y acabar ganando los títulos importantes, pero también es cierto que ya en la primera etapa de Carletto al frente del club blanco, en su segunda temporada el equipo, que venía lanzado sufrió una segunda vuelta para el olvido, quedándose en blanco a final de temporada. Las comparaciones son odiosas, y esta temporada, la primera con un Mundial a mitad de competición, es la más anómala que se recuerda.

El ritmo de competición además no da tregua y los blancos deben ir de nuevo al estadio de la Cerámica para medirse con un Villareal que ya le ganó hace una semana y comenzó esta mini crisis de resultados y juego que puede dejar muy tocado al equipo blanco en caso de reproducirse el mismo resultado. Sería perder en menos de una semana dos títulos para un club que no puede permitirse esos tropiezos. Y sin casi tiempo para pensar se avecina el Mundial de Clubes, con la distracción y kilómetros que supone ese torneo. Es momento de para, pensar y dar un paso al frente de los jugadores que más lejos de su versión están en este 2023, o vendrán tiempos muy complicados para el club blanco.

Sin paraguas ya

Ayer quedó muy claro, y ante ojos de todo el mundo, los mayores defectos que siempre van con Joao Félix y que le hacen ser un jugador de banquillo en un equipo como el Atlético de Madrid a día de hoy. Su primera parte fue un ejercicio de pasividad y desconexión total del partido que penalizó a su equipo de manera sangrante. No realizó ni un solo sprint, no intentó conducir y por su puesto no hizo el más mínimo ademán de defender ni mucho menos de presionar la salida del Barcelona. Una partido para dejar claro que su aura de niño mimado, al que hay que consentir absolutamente todo, sigue más en alza que nunca.

Los rumores sobre su más que posible salida rumbo a la Premier se suceden, pero no se concretan y mientras tanto, el luso sigue jugando con el equipo rojiblanco. La situación es ya insostenible, y se debe tomar una decisión, o el jugador sale, o se le deja claro que va a continuar y su compromiso debe estar a la altura. Ya es el cuarto año del 7 en el equipo, y su actitud, defectos y sobre todo maneras son las mismas. Las de un jugador que sin haber demostrado nada con la rojiblanca, exige unos derechos que no merece a día de hoy, que vive de una prensa que le protege y le cubre de un rendimiento que tras cuatro años se puede calificar de más que decepcionante.

Nunca ha llegado a ser el jugador que esperaba el equipo, es cierto que el estilo a lo mejor no le ha favorecido, pero el jugador, muy propenso a lesiones constantes, nunca ha querido adaptarse, salir de su zona de confort, de esa zona en la que siempre le han tratado de manera privilegiada al resto y que cuando se le ha pedido competir no ha sido capaz. Bien es cierto que ha dejado destellos de ser un jugador de grandísima calidad, pero nunca ha conectado con una afición y un entrenador cuya filosofía es que el esfuerzo no se negocia, y de eso va muy flojo el portugués. Esa actitud, de venirse abajo al mínimo contratiempo también le ha pesado a lo largo de los partidos, los rivales saben que tras varias faltas el jugador se va del partido, se entra en quejas y exagerar cualquier acción y su incidencia en el partido queda resumida a la nada.

Si se confirma su marcha, dejará un poso de jugador de destellos, de poco compromiso y de sólo buscar el bien para él, no ser jugador de equipo, un mal endémico que persigue a la gran mayoría de jóvenes actuales que buscan constantemente los récords y estadísticas individuales antes que la victoria de su equipo. Y Joao, desgraciadamente, es de las caras mas reconocibles de este grupo de futbolistas.

Demasiado ego

El fichaje de Cristiano Ronaldo por el Al Saad confirma la tendencia que llevaba el experimentando el jugador lo últimos años de su carrera. Su ego desmedido y su nula adaptación a escenarios en los que no sea total y completo protagonista le han hecho tener unos últimos años muy en desacorde con lo que ha sido toda su carrera, la del goleador más voraz que ha habido en el fútbol. Nadie lo podrá quitar eso, ser el mejor goleador que ha habido hasta hoy. Pero su salida de todos sus clubes ha dejado un regusto amargo que le va a alejar de ser la leyenda que quizás mereciera ser con otro comportamiento. Su ataque de niñería en pleno festejo de la Champions de 2018 en Kiev con el Real Madrid, con unas declaraciones fuera de lugar y contexto empañaron la trayectoria del mejor y máximo goleador de la historia del club blanco. 9 años empañados por un ataque de celos de un jugador que había conseguido un hito histórico, 3 Champions seguidas (y 4 en 5 años), pero que no era el total protagonista.

Su paso por la Juventus tampoco fue mejor, pese a llegar y generar una ilusión tremenda en el club transalpino, nunca llegó a conectar con el club, y ya en su tercer año se declaró en rebeldía para poder salir de Turín, dejando cifras aceptables pero un poso amargo en Italia en general. Y entonces llegó su vuelta a Manchester. Tras estar a punto de recalar en el City (por más que intente negarlo el tiempo y las evidencias han dejado claro que estuvo muy cerca de fichar por los skyblues) regresó a su «amado» Manchester United. El primer año fue todo mal, una Premier League para el olvido donde no entró el equipo ni en Champions, con cese a mitad de temporada de Solksjaer y le llegada de Ragnick, con el que nunca tuvo el más mínimo feeling ya que el alemán vino a airear un vestuario viciado y con mucho ego y poco rendimiento, ya empezó su coqueteo con las suplencias y sus primeros desaires y malas actitudes.

Pero ya lo gordo llegó en este verano, con la llegad de Ten Haag, una clara apuesta por un lavado de cara de un equipo con años de vicios y que necesitaba un cambio de rumbo y dirección urgente, el técnico neerlandés no contaba con Ronaldo de titular, el portugués se dedicó a ofrecerse por media Europa sin ningún club realmente interesado en él formalmente. Y justo antes del Mundial decidió que se hiciera pública una entrevista incendiaria con Piers Morgan donde atizaba a todo el equipo desde la dirección hasta la presidencia, negando todos los rumores y provocando que el Manchester United, en una decisión pocas veces vistas con anterioridad rescindiera el contrato de Ronaldo.

Tras esto, sus problemas se trasladaron a la selección, donde tras tres partidos de titular y un desaire de por medio con Fernando Santos, volvió al banquillo, surgieron rumores de que amenazó con su marcha de la concentración y Portugal quedó eliminada ante Marruecos en su previsible último mundial. Y tras el varapalo de la selección llegó el último golpe para su ego, ningún equipo pujó por él como pensaba y tuvo que tragarse su ego y firmar por un equipo de Arabia Saudí para saciar su ego de convertirse en el jugador mejor pagado del mundo por fin. Un final indigno para un jugador extraterrestre, irrepetible, con una ética de trabajo única pero un ego desmedido que le ha hecho quizás desmerecer una carrera de leyenda y unos récords goleadores difícilmente igualables. Una lástima.

Nuevos tiempos Nulas defensas

Donovan Mitchell realizó la machada de anotar 71 puntos ante los Chicago Bulls hace un par de noches. Una cifra altísima, que se sitúan en la cima (hasta el momento) de las altísimas anotaciones que se están produciendo durante esta temporada y que está provocando una peligrosa tendencia. Se están reproduciendo actuaciones salvajes en cuanto a números por parte de muchos jugadores, y empieza a dejar de ser noticia y ser más una evidencia de la poca capacidad defensiva que practican los equipos a día de hoy, y más en regular season, donde es habitual defensas más laxas, pero lo de este año no tiene nombre. Se han producido anotaciones cercanas a los 50 puntos en varios partidos sin necesidad de prórroga, y no es cuestión de haber mejorado porcentajes en los tiro o el excesivo uso del triple (que ayuda pero no lo justifica). La temporada regular se está convirtiendo en un pasatiempos sin emoción en la que jugadores muy lejos de ser grandes estrellas se dedican a lanzar como si no hiubiera mañana y a hacer cifras estratosféricas que dejan en evidencia la competitividad de muchos partidos regulares.

Es muy habitual ya el que varias estrellas se reserven en partidos, la NBA tiene ya mucho control sobre los informes médicos y realiza seguimiento de la evolución, no tolera esto porque las audiencias y afluencias a los estadios se estaban viendo resentidas, pero es que aún así cada noche se produce alguna actuación casi histórica, lo que hace que se cuestione el nivel actual de implicación defensiva y nivel de competitividad en los partidos. La temporada regular se está convirtiendo en una exhibición tras exhibición mostrando un nivel que luego están muy alejado del rendimiento de la mayoría de jugadores en los playoffs, donde de verdad se defiende y las competitividad es máxima. Es momento de que la NBA tome serias medidas en el asunto, al igual que ya está haciendo con el tanking, porque el nivel medio de cada partido está siendo cada vez menor y las actuaciones en cuanto a números es cada vez mayor. Un problema que se debe de cortar de raíz para el bien del deporte, del aficionado, del espectáculo y de las estadísticas.

Diferente rasero

El caso Lewandowski va camino de ser el culebrón del invierno. Tras su expulsión en la última jornada liguera antes del parón por el Mundial, el delantero polaco vio como sus gestos tras su expulsión alargaban a 4 partidos la sanción por la tarjeta roja. Pero ni eso fue impedimento para que un día antes de la disputa del derbi del sábado se le concediera la cautelar al delantero, permitiéndole jugar, algo que no había sucedido nunca. Peor no solo eso, sino que mientras el Tribunal Contencioso no llame a capítulo para declarar a la FEF y al Barcelona, la sanción de Lewandowski queda en stand by. Un despropósito a todas luces, en lo que una sanción clara para el jugador de momento no va a cumplirla y se ha saltado la sanción para jugar dos partidos capitales para los intereses blaugranas.

Es una alteración clara a la competición, nunca antes había ocurrido esto, y con las fechas que son y el proceso lento de los tribunales, no se sabe cuando se retomará el tema de su sanción, pero mientras tanto el Barcelona puede contar con un jugador que debería estar sancionado. El Espanyol, pese a su meritorio empate, ha impugnado el partido por lo que entiende como alienación indebida (algo que no estoy de acuerdo) ya que el Barcelona sólo se hizo uso de delantero una vez que fue concedida la cautelar, por muy injusto que eso sea. Por lo que el conjunto azulgrana no cometió ninguna irregularidad.

Ahora viene el partido ante el Atlético del domingo, no se espera que se reúna el tribunal para analizar la cautelar, por lo que la participación del polaco se da casi por segura. Un partido clave en las aspiraciones para el titulo de liga para los blaugranas y que se ve claramente adulterado por esta decisión. Ante el Espanyol, el conjunto blaugrana no consiguió la victoria ni Lewandowski marcó, veremos si la racha continúa en el siguiente partido, pero lo que está claro es que la situación bochornosa de adulteración que se está viviendo no va camino de solucionarse rápido, abriendo además un peligroso precedente para futuros casos similares, en los que se desautorizan decisiones y se mueven para favorecer al club y jugador sancionados.

Adiós O Rei

Ayer se nos fue el mítico Pelé, una figura que ha trascendido más allá de lo futbolístico. Un jugador al que pocos pudimos ver jugar, que debido a la época no salió de su Brasil natal para competir, y que no pudo optar al Balón de Oro, pero que dejó su sello participando en 4 mundiales ganando 3 de ellos (aunque en uno casi no participó por lesión). Nadie tiene tres mundiales en su palmarés como O Rei, un jugador al que todos los que compartieron época lo ponen por encima de todos, mitificando aún más si cabe su figura.

Lo que está claro es que Pelé fue un adelantado a su época, hizo cosa hasta entonces nunca vistas, y se convirtió en la primera superestrella mundial del fútbol, su fichajes por el New York Cosmos (tras problemas económicos) así lo atestigua, y llevó a Brasil a convertirse en la potencia futbolística que es a día de hoy. No se entiende el número 10 en la verdeamarela sin él. Nadie le puede discutir su grandeza, también él alimentaba su propia leyenda, hablando de sí mismo en tercera persona y contando los goles con dudosa veracidad (según sus cuentas marcó más de 1200 goles), pero oficialmente no se contabiliza esa cifra.

Pero fuera de los números lo que está claro es que Pelé ya marcó las diferencias desde que con 17 años se proclamó campeón del Mundo liderando a Brasil, lo ganó todo con el Santos y se mantuvo en lo alto durante toda su carrera. La FIFA en 1995 le reconoció con un Balón de Oro honorífico (hasta el año anterior no se daba a ningún jugador no europeo) y se reconoció que hubiera ganado hasta 7 balones de oro. Algo que sólo ha conseguido Leo Messi (que le ha destronado como mejor de la historia). Tras varias semanas en las que se temía lo peor nos ha dejado Edson pero Pelé se quedará para siempre, su legado será eterno y el cielo ya tiene a otra estrella.

Monstruoso

Nueva exhibición de Erling Haaland, esta vez en su ciudad natal, para volver a colocar segundo al Manchester City. Sus números ya dejan de tener adjetivos porque empiezan a ser algo no visto jamás, tras convertirse en el jugador que más rápido llegó a los 20 goles (en 14 partidos) en la Premier League, ahora ha firmado, con los dos de ayer, su gol número 26 en 20 partidos con el conjunto skyblue. Cifras jamás vistas antes, que hacen que la proyección esperada de goles (recordemos que su edad son 22 años) sea estratosférica y rompa todos los récords de seguir sano.

Quizás era la pieza que faltaba a un Manchester City que salvo Phil Foden, ha fichado a golpe de talonario a todos los jugadores del equipo, dispensando un dineral por cada jugador, conformando la plantilla más fuerte a día de hoy con mucha diferencia. Es una absoluta locura el plantel del que dispone Guardiola ahora mismo y con el que ya no hay mas excusas para conquistar la Champions League. Ningún equipo le hace sombra ni en titulares ni en profundidad, y es favorito en todas las competiciones en las que participa. Busca su ansiado tetraplete (en Inglaterra hay dos competiciones coperas), algo que ningún equipo ha conseguido y que el Liverpool el año pasado estuvo cerca de conseguir.

Con un Haaland enrabietado y hambriento a más no poder por no haber participado en el Mundial de Qatar, el equipo skyblue se dispone a realizar una segunda parte de temporada descomunal, donde seguramente el noruego bata todas las cifras goleadoras posibles. A estas alturas él solo ha marcado más goles que el Chelsea en Premier League, lo que habla de la aplastante superioridad de un equipo y la dimensión de las cifras de un jugador que ha nacido para marcar goles constantemente. En la reanudación de las competiciones ya ha marcado 3 en 2 partidos, y parece que no ha saciado su apetito.

G.O.A.T.

Si todavía quedaba algo abierto el debate sobre el mejor jugador de todos los tiempos (algo que ya estaba cerrado hace tiempo para mi gusto) ayer Lionel Andrés Messi se encargó de cerrarlo. Nadie en la historia ha sido tan dominante durante tanto tiempo y con una superioridad y regularidad pasmosa respecto al resto del mundo. Con el Mundial cierra el círculo a una carrera mayúscula, donde los últimos años quizás hayan sido más oscuros por las mala gestión del club en el que estaba, pero que no ensombrecen la carrera del mejor jugador que ha dado este deporte. Ha sido el mejor jugador ante una época ya de defensas especializados, de vídeos y estrategias al máximo para parar a un jugador en concreto, ante los sistemas individuales y colectivos hacia él, y los ha superado siendo siempre el máximo goleador y asistente de cada torneo en el que participaba. Nadie ha marcado más goles en un año natural en la historia del fútbol, nadie ha dado más asistencias en un año natural que él en la historia del fútbol. Ya dominaba desde que subió al primer equipo del Barcelona, hizo olvidar el declive del Barcelona de Rijkaard y junto a la mejor generación de la historia de la Masía dominaron durante los cuatro años de Guardiola al frente del equipo el panorama del fútbol mundial con el mejor fútbol jamás visto.

Este Mundial solo hace justicia para aquellos que intentan desmerecer los méritos de un jugador de época quedarse sin argumentos posibles. Ha dominado durante 17 años el fútbol. Nadie le ha superado en ningún registro, nadie ha entendido el juego como él lo ha hecho. Incluso ha mejorado año tras año, incorporando nuevos registros a los que ya traía de serie. Sin empezar como un especialista se ha convertido en el mejor lanzador de faltas del mundo, sin que fuera su especialidad se ha convertido en el mejor asistente de la historia. Y lo mejor de todo es que lo ha hecho siendo un ejemplo en todos los sentidos. Nunca ha tenido un mal gesto, una mala patada, una acción desmedida dentro de un terreno de juego, y esto cobra más mérito incluso en él, siendo el que más patadas ha recibido sin ninguna duda. No ha tenido unas declaraciones fuera de tono, no ha dado ninguna noticia por su vida extradeportiva y ha sido un ejemplo para los más jóvenes, esperando su momento sin alzar la voz y ganándose su sitio por méritos propios, hablando en el campo de fútbol sin malas caras ni desplantes.

Esto cierra un círculo mágico y una carrera para la historia imposible de repetir en la que ha conquistado todos los títulos posibles, ha batido todos los récords posibles, y sobre todo ha hecho disfrutar a cualquier amante del fútbol durante casi dos décadas con un jugador que parecía más de consola que de vida real. El mundo del fútbol le debía una tras perder (tras robo arbitral incluido) la final de Brasil allá por el lejano 2014, y 8 años después D10S ha cerrado el círculo para cerrar el debate, devolver a Argentina a los más grande, poner la tercera estrella en la camiseta y ser ahora ya sin ninguna duda el mejor jugador que ha dado este deporte. Un final de película para un jugador al que han maltratado propios y ajenos, que ha soportado las comparativas con un mito intocable como Maradona y que ha superado para ser la leyenda que ya era pero que desde ayer se sitúa sin dudas en lo más alto de listas, gráficos o comparativas posibles. Yo vi jugar a Leo Messi, lo diré siempre porque no sabemos lo afortunados que hemos sido.

Qatar huele mal

Ya tenemos finalistas para el controvertido mundial de Qatar, y pese a que las dos eran las favoritas desde el principio del Mundial, el cómo han llegado deja mucho rastro de sospecha. El lado de Argentina, que ha recibido a favor un penalti en cada partido disputado del torneo (salvo el de México), siendo varios de ellos muy controvertidos, como los de Polonia o Croacia. Una ayuda innecesaria para un equipo que pese a llegar en un estado de forma espectacular (se quedó a un partido de Italia de igualar el record de partidos invicto) perdió su primer partido y vio, al final de la primera parte con empate ante México peligrar de verdad su participación en el Mundial. Pero las ligeras ayudas, unidas a una gran versión de Messi, con ya pinceladas debido a su edad, han aupado a los de Scaloni a su sexta final del gran torneo.

Francia por su parte también llegaba como máxima favorita, por plantilla y por ser la actual campeona, nadie se acerca al potencial línea por línea de los franceses. Y eso que no han podido contar en esta ocasión con Pogba, Kanté o Benzema, y se han sobrepuesto a la grave lesión en el primer partido de Lucas Hernández. Pero anoche, en la segunda semifinal, una controvertida jugada pudo cambiar el destino del combinado galo. Un penalti flagrante no pitado a favor de Marruecos pudo cambiar el partido totalmente. Pero no solo eso, sino que en los cuartos ante Inglaterra tuvo dos penaltis en contra, pero ambos tuvieron que ser revisados por el VAR, ninguno fue pitado de primeras pro el árbitro en directo.

Cabe destacar que las dos estrellas de ambas selecciones son Mbappé y Messi, estrella del PSG, propiedad del estado de Qatar, donde se celebra este torneo. Deja muchas dudas toda la gestión y desarrollo de un Mundial que nunca debió celebrarse en ese país, que nunca debió celebrarse fuera de la fecha veraniega, y que ha dejado más sombras que luces. Aunque la final sea la soñada por todos, el aroma extraño de cada cruce ha sido más que evidente.

Win or go home

Utilizando la famosa jerga de los playoffs de la NBA, cuando una serie se decide en el séptimo partido en el que es un todo o nada , el Atlético de Madrid afronta hoy un partido sin margen de error tras una pésima fase de grupos en la que sólo suma cuatro puntos en cuatro partidos. Un bagaje inadmisible para un grupo asequible para el presupuesto y la entidad de los colchoneros. Ya se han disparado al pie dilapidando sus opciones de ser primeros de grupo (con la complicación de cruce que eso implica en octavos) y ahora, aún dependiendo de sí mismo, tiene que sudar mucho para pasar a la fase eliminatoria de la competición.

Recibe hoy a un Bayern Leverkusen que sigue sin levantar cabeza pese al esperanzador debut con Xabi Alonso en el banquillo pero que ya amargó a los rojiblancos en su estadio, con un partido serio y ganando con justicia a un equipo desnortado y muy vulnerable. Hoy el escenario es distinto, con un Atlético sin margen de error y ante su público tras la fuerte decepción que fue el empate ante el Brujas. Simeone lo sabe y va a repetir con el bloque de confianza que se impuso al Betis, y sólo las piezas de Saúl y Correa pueden variar en beneficio de Carrasco y de Paul, pero la columna vertebral que ya ha sido clave en victorias de renombre en el Villamarín, Pizjuán y San Mamés no se mueve.

Habrá que ver si el equipo sabe canalizar el empuje inicial y maneja bien la ansiedad de tener que ganar si o si ya que este año esta teniendo serios problemas en casa, donde en liga ha cedido ya ocho puntos, siendo solo capaz de ganar a Celta y Girona, además de haber recibido en todos los partidos disputaos como local, una sangría que debe detener si quiere convertir de nuevo su feudo en un fortín inexpugnable. Muchas dudas y una sola certeza esta noche, o se gana o se acabó la andadura en la competición para el Atlético.