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Otro poltergeist

Aunque la historia parezca la misma de todas las semanas cuando juega fuer de casa, el Atlético cuajó un buen partido (al menos hasta el minuto 65), llegando incluso a dominar ciertos momentos del partido, pero se vuelve a casa con otra derrota más. La tónica es la misma, sea por lo que sea en cada partido fuera de casa, se vuelve sin victoria, y ya son 6 partidos esta campaña de vacío (3 empates y 3 derrotas en el registro). Un bagaje muy pobre para un equipo que debería aspirar a mucho más y que no está cumpliendo las expectativas fuera del Metropolitano.

Las excusas se acumulan, es verdad que el primer gol del Arsenal viene precedido de una falta inexistente, pero siempre pasa algo en los partidos lejos de Madrid que hacen que el equipo se venga abajo y pierda puntos como tónica habitual. Si bien el Arsenal es un equipazo, líder indiscutible de la Premier y con pleno de victorias en Champions, el cómo se desarrolló el partido hace que quede un regusto amargo en la hinchada rojiblanca, que se vio capaz de superarle en muchos tramos del partido, merced a dos ocasiones clarísimas de Julián Álvarez.

Pero lo que si que no es de recibo son los 7 minutos donde los rojiblancos recibieron 3 goles de manera casi consecutiva en una competición con una liguilla donde el golaverage cuenta mucho y que por dejarse ir así en un partido ya les costó la clasificación en el Mundial de Clubes a los rojiblancos. Esa lección no parecen haberla aprendido dejando una imagen muy pobre de equipo vencido y con los brazos caídos que hace que el resultado sea demasiado abultado para los méritos realizados.

Bien es cierto que una derrota por un gol o por cuatro son cero puntos igualmente, y es a lo que tiene que agarrarse el Atlético que este Lunes visita el Benito Villamarín en la prueba definitiva fuera de casa donde ya no caben excusas, no se pueden cometer tropiezos ya que además se juega el Clásico esta jornada y es el momento perfecto de recortar puntos a uno o a los dos contendientes dependiendo del resultado en el Bernabéu.

Pánico total al otro 10

No es normal el nivel de ataque mediático al que se está sometiendo a Lamine Yamal desde Madrid desde hace ya un tiempo. El mayor talento que hay en la actualidad, segundo en la votación a baló de oro con 18 años recién cumplidos, siendo el líder de un Barcelona que ganó tres competiciones y se quedó a las puertas de la Final de la Champions, está siendo sometido desde el bando madridista y su maquinaria de prensa a una campaña de persecución y desprestigio constante para tratar de empañar lo que se adivina como una carrera prometedora de un jugador que está batiendo todos los registros de precocidad habidos y por haber, y del que lo más increíble de todo es que no se le adivina techo.

Soy un firme creyente de que por muy alto que llegue Lamine, el techo de Messi va a ser inalcanzable para él, pero que va a dominar el panorama futbolístico de la actualidad a día de hoy es algo evidente y cada día queda más claro. Lo más extraño es que siendo español y representando a España, no se le de de crédito y el merecimiento que se debe a una figura de su magnitud. Los Haaland o Mbappé no paran de recibir elogios por sus récords de goles y rotura de estadísticas, cuando Lamine está ya compitiendo a su nivel con 8 años menos que el noruego y el francés.

La última gota fue tras su partido ante el PSG, quizá el equipo más completo y en forma de Europa a día de hoy, con el mejor lateral izquierdo del mundo en sus filas. Pues aún así Lamine se las arregló para brindar veinte minutos con una jugada de ensueño y haber forzado claramente su expulsión (le perdonaron de manera vergonzosa la segunda amarilla a Nuno Mendes) tras tres semanas lesionado y ser su primera titularidad tras ese tiempo parado con 18 años. Pues aún así todos los titulares eran cargando contra él, atacándole sin piedad y casi culpándole de la derrota.

Esto solo me da que pensar que hay mucho pánico a verse sometido durante más de una década a un talento único, surgido de nuevo de la cantera del Barcelona, y que por muchos millones que inviertan el resto nunca van a tener a alguien como él. Y hay que darse cuenta de que España por fin tiene un talento mundial desequilibrante, un jugador llamado a marcar época con la camiseta de la selección española y dar a España el hueco que merece en los títulos individuales de jugadores como se merece desde hace mucho tiempo. Menos miedo y más disfrutar del nuevo 10.

Qué dura es la Champions

Nueva jornada de Champions y nueva derrota del Athletic, esta vez ante el Borussia donde se vieron las costuras a un equipo que el año pasado compitió bien en dos competiciones, pero que está viendo las dificultades de los partidos intersemanales ante los grandes de Europa. Es cierto que el sorteo no fue bueno para los bilbaínos, con un inicio durísimo y salidas complejas ante rivales del bombo tercero como Newcastle o Atalanta, y recibir todavía al campeón PSG (que ayer dio otra vez muestra de que sigue en plena forma) en San Mamés.

Duro panorama para un equipo que empezó con mal juego pero ganando los tres primeros partidos ligueros, pero que se ha venido abajo en los siguientes siete partidos con seis derrotas y un empate, dejando un panorama desolador, y la sensación de que no da para competir las dos competiciones de máximo nivel. Para ser justos el bajón coincide con la lesión de su mejor jugador Nico Williams, pero no se puede achacar todo a una sola baja (en el último partido se sumó también la de Sancet) para justificar este bajón. Un equipo que era una roca en defensa el año pasado, que fue de los equipos menos goleados de Europa y que basaba su juego en su solidez defensiva y un ritmo físico altísimo.

Pero se ha juntado que el equipo no está a su mejor nivel, la sanción a Yeray no ha ayudado defensivamente, que jugar entre semana ante rivales de máxima entidad desgasta mucho para la liga, y que en los momentos clave la suerte les ha esquivado, como ante el Alavés, donde el gol de la victoria de los de Vitoria fue una carambola difícil de repetir. Con el formato actual que se clasifican los veinticuatro primeros hay posibilidades reales todavía, pero se está complicando mucho porque as sensaciones no pueden ser peores en los últimos partidos.

El calendario ahora es benévolo, los siguientes tres partidos son ante rivales inferiores, incluidos un Qarabag que pese a haber ganado sus dos primeros partidos visita San Mamés donde no deben sumar ningún punto en circunstancias normales. A eso y al parón ahora de selecciones tras el fin de semana deben aferrarse los de Valverde para recuperar el norte, afianzar los puntos fuertes y competir como el año pasado, siendo ellos mismos y no dejarse puntos asequibles por el camino.

El escándalo del Siglo XXI

Tan solo unos días después de que el PSG se proclamara campeón de la Champions League, la IFAB, el organismo que rige las normas oficialmente, emitió un comunicado que deja en evidencia lo que todos nos temíamos, que la UEFA aplicó mal la norma del supuesto doble toque de Julián Álvarez, siendo esto un hecho gravísimo por la trascendencia social y monetaria que supone para los equipos. Puso de manifiesto la sensación que todo el mundo tenía tras la decisión del ya señaladísmo polaco Marcziniak, y que oficialmente ha quedado de manifiesto para que no haya dudas.

La prensa madridista está intentado confundir al público y rebajar el escándalo mayúsculo hablando de cambio de norma a partir de ahora, pero la IFAB no dice eso en su comunicado, sino que habla de mala aplicación de la norma por parte de la UEFA y ya no deja lugar al equívoco remarcando de nuevo lo que todos sabíamos, si hay doble toque involuntario (todavía no ha quedado demostrado ni que se produjera el doble toque) y es gol el penalti se repite, no se da por fallido como ocurrió en una revisión que duró menos de 40 segundos en el mayor esperpento que se ha visto de la UEFA en lo que vade siglo.

Para poner de antecedente lo que gira en torno a esta decisión es que se marcó un «supuesto» doble toque en el penalti, y digo doble toque porque no se determina en ninguna toma salvo una que no se vio hasta 18 horas después del partido y del que solo disponía la UEFA y no ninguna retransmisión. Más tarde ese vídeo que mandó la UEFA tras un paso por peritaje electrónico se ha desvelado que está manipulado, y la UEFA se niega a confirmar o mandar el original, lo que no despeja ninguna sospecha sobre un organismo que ha quedado retratado de la manera más bochornosa en el escenario más grande perjudicando de manera irreversible a un club ante su máximo rival una vez más, tras la final de Milán o la eliminatoria del año siguiente. La tecnología avanza, las pruebas aumentan y aún así se siguen tomando decisiones ilegales de la misma manera.

Todos en vilo

El Real Madrid vive pendiente de la posible participación o no de Valverde para el Martes en Champions. Con la baja de Bellingham más la participación de los 90 minutos de Modric en el Benito Villamarín, las opciones de Carletto son escasas en el medio y en el lateral derecho, las zonas más flojas de este Madrid. Con el uruguayo tiene un 2 en uno, pudiendo jugar tanto de lateral como de cualquiera de las tres posiciones en el medio, dando muchas posibilidades al técnico y variantes a lo largo del partido en función de cómo se vaya desarrollando.

Pero ahora mismo sus posibilidades de participar están en el aire, ya que en la sesión del domingo no pudo participar con el resto de compañeros, lo que ha levantado la alerta en el cuerpo técnico. Haber forzado para jugar la vuelta contra el City le puede salir muy caro al jugador y al Madrid en caso de que finalmente no pueda participar en el importantísimo duelo de octavos. Pintus deberá volver a hacer de sus milagros para que pueda estar el 8 a disposición del italiano y quitarle un quebradero de cabeza más.

Con el 8 en el campo, la pinta del equipo, juntando a Valverde con Camavinga y Tchouameni es otra, además de poder meterle por Lucas en el lateral por si quiere hacer un último asedio en los minutos finales de partido. Muchas posibilidades y una duda muy grande, en función del entrenamiento de hoy se decidirá si puede participar finalmente, y de poder hacerlo habrá que ver en qué condiciones. El partido ya ha comenzado para el Madrid sabedor de la importancia de su participación.

Absurda regla no escrita

Las semifinales de la Copa del Rey han traído emoción, suspense, alegrías y decepciones a partes iguales. Como siempre pasa en este torneo las emociones se viven muy intensamente debido a lo corto de la competición y la mejora que ha supuesto las eliminatorias a un solo partido. Se nota mucho que ha ganado el torneo con esta medida y los clubes así han decidido tomárselo más en serio.

Pero con todo esto viene también la decisión semi moderna de situar al portero suplente si o si bajo palos por norma en la Copa. Tanto Oblak como Courtois, los mejores porteros de la actualidad con diferencia sobre el resto, vieron sus respectivos partidos desde el banquillo, dando una ventaja sustancial al rival con esta medida. No tiene ninguna lógica, ya que es como si al mejor jugador del equipo por norma fuese suplente todos los partidos del torneo, algo estúpido y absurdo que no beneficia a su equipo y que encima da ventaja el al rival.

Ya son varios años de los grandes clubes haciendo esta distinción, que no beneficia el rendimiento bajo palos y que encima crea malestar en el portero titular. Tanto Lunin como Musso tuvieron actuaciones sobrias cumplieron, pero la sensación de la hinchada es de ventaja hacia el rival con esto. Deberían darle una vuelta los entrenadores a estas medidas, en rondas previas, con rivales de menos categoría y exigencia es lógico esta medida, pero a medida que se avanza en el torneo no debería ser una decisión inamovible.

Ni compitió

Como ya se aventuraba en la previa del partido entre Real Madrid y City, el equipo de Ancelotti aplastó sin piedad a los citizens, con mucha superioridad y contundencia, quizás incluso más de la esperada, y sin que el City diera en ningún momento la más mínima señal de poder revertir la situación. Tanta fue la tranquilidad, que ya en el minuto 3 de partido los bancos iban por delante en el marcador merced a un nuevo despropósito defensivo que se une a la gruesa lista de este año (están cerca de ir a uno por partido).

Ya se intuía en la previa, con la baja confirmada de Haaland, que los de Guardiola no iban a producir mucho peligro. Pero lo más preocupante quizás fue la actitud, se veía a un equipo sin alma, que estaba en el verde por estar, no creía en ningún momento en sus posibilidades, y que llegó hasta a dar lástima en ciertos momentos persiguiendo sombras y recogiendo pelotas de su red. Una sombra del equipo que fue y que por más que ha invertido dinero en esta ventana invernal, no parece que haya cambiado mucho el rumbo en los partidos importantes y que de seguir así va a sufrir para entrar de nuevo en la Champions el año que viene.

Todo se achaca casi exclusivamente a la baja de Rodri Hernández, pero es imposible que un equipo tenga este bajón de un año a otro solamente por la baja de un jugador, quizás el mejor o más importante, pero al fin y al cabo es solo uno. Guardiola ha vuelto a demostrar que es un técnico que si no tiene a los mejores jugadores no sabe competir en partidos en los que no está en ventaja, no sabe ganar si no tiene la mano ganadora en cuanto a fichas y eso es algo que hay que achacarle, tiene una plantilla para competir al Real Madrid, quizás no para ganarle la eliminatoria, pero si para haber competido de verdad y no haber hecho un paripé extraño que es lo que ha sido este cruce de dieciseisavos.

Suicidio previsible

La nueva remontada agónica del Real Madrid en el Etihad una vez más al Manchester City, no debe empañar lo que fue un planteamiento suicida por parte de Guardiola, en el que solo la mala definición del ataque del Real Madrid, y la mala fortuna hicieron que los citizens se pusieran hasta dos veces por delante en el marcador. Una utopía, que incluso de haberse dado así no hubiera cambiado el papel de favorito del Real Madrid en esta eliminatoria.

El de Santpedor, experto en realizar intervenciones en los días importantes, jugó con toda la vieja guardia, dejó a Foden en el banquillo, y metió a Grealish como titular después de muchos meses. Pero no solo eso, sino que decidió jugar al Real Madrid con solo Stones de medio centro puro, lo que provocó infinidad de ataques vertiginosos de un Madrid que se siente como pez en el agua en esas situaciones, y que tuvo tres muy claras antes del primer gol skyblue. Un equipo sobrepasado en lo físico, y que salvo un pequeño tramo metió al Madrid en su campo, pero sin ocasiones especialmente claras.

Solo fue cuando con el empate blanco, se decidió (ya tarde) de meter a Kovacic. A partir de ahí el partido se quedó en equilibrio, que se rompió con un reglo de Ceballos a Foden en forma de penalti. Y ni con esas supieron aguantar el resultado los últimos diez minutos de partido. Un mal endémico del equipo este año que ha sufrido numerosos varapalos en los minutos finales y que sigue sin saber manejar los partidos. Regaló el partido y con ello la eliminatoria en los últimos minutos tras un mal planteamiento de Guardiola.

Tocado y Hundido

El Atlético naufragó de manera absoluta en una noche para el olvido en Dortmund, ante uno de los peores Borussia que se recuerdan por nombres, y con las peores sensaciones que se recuerdan del equipo colchonero en mucho tiempo. Intentar pasar a semifinales de la Champions y recibir 4 goles es un bagaje que da mucho que pensar a un equipo que está pidiendo a gritos una renovación urgente desde hace ya dos años, y que se está resistiendo el club a hacerla merced a acomodarse con el objetivo mínimo año tras año. Entrar en Champions es un logro importante para el Atlético, pero lleva dos años consiguiéndolo sobre la bocina y cada vez con más coste. No se puede maquillar esta derrota, que está muy cerca de poder considerarse fracaso, con la ya más que usada justificación de la contundencia. Esa matraca ya huele desde hace dos años, para justificar fracasos y no entonar un mea culpa muy necesario desde arriba hasta abajo en toda la organización. Ni Simeone ha estado acertado desde la banda (no reaccionó a tiempo con cambios en la ida, y su planteamiento inicial de ayer le llevó a hacer tres cambios en el descanso con el 2-0 ya encajado) ni los jugadores han rendido al nivel mínimo exigido. No se salva ni un Griezmann, que desde que se lesión de tobillo en el Meazza, no ha vuelto a rendir al 100%.

Debería hacerse autocrítica de una vez, y ver que de verdad hay que hacer una estructura nueva de equipo, o probar con otra dirección en los banquillos. Este equipo no da para más actualmente, y uno o dos fichajes en verano no van a solucionar un problema endémico que empieza por el bajón en la portería de Oblak (lleva casi cuatro años siendo una sombra de sí mismo), una defensa que no rinde y que ha batido el récord de goles encajados en la era Cholo (y con una media de edad de más de 30 años), un centro del campo inoperante y en que Koke, que no puede ser medio defensivo al más alto nivel por sus condiciones físicas, no tiene un solo partido de descanso, y una delantera en la que Morata y Correa no son delanteros ninguno de primer nivel (no solo por las claras ocasiones falladas, sino por su impacto en los partidos importantes) y un Memphis que se lesiona cada tres partidos que juega. No todo son malas noticias, hay jugadores que están para rendir al primer nivel y que son muy útiles si el resto del equipo estuviera a su nivel, Llorente, Lino o Barrios son el futuro para un equipo que necesita una limpia estructural importante si no quiere tener otra temporada igual, sin disputar títulos los últimos meses de competición y autocomplacerse con que quedar entre los 4 primeros es lo que hay que lograr.

Ojo a la vuelta

El Barcelona dio un paso importante para la clasificación a semifinales de la Champions League de este año con una meritoria victoria en el parque de los príncipes. Un resultado para afrontar la vuelta con muchas mas garantías. Pero la eliminación del valor doble de los goles fuera de casa hace que el resultado sea engañoso, un solo gol del PSG manda el partido a la prórroga, y viene herido tras una decepcionante ida en su estadio.

Mbappé además ha sufrido duras críticas y querrá resarcirse en un estadio donde ya anotó un hat trick en su única visita, y sabedor que puede ser su último partido europeo con el equipo parisino. El resultado de la ida además es un poco engañoso, pese a la superioridad blaugrana el PSG con empate en el marcador dio dos veces al palo, pudiendo cambiar completamente el resultado, y unido a fallos claros de Donnarumma (sobre todo en el tercer gol), hicieron posible la victoria de los de Xavi.

Y el mayor error que puede cometer el Barcelona es creerse superior, creer que la victoria de la ida supone ventaja en la vuelta, y que el equipo es superior al de Luis Enrique. Sacar pecho tras la victoria no ayuda, y más recordando el historial de remontadas en contra que han sufrido los blaugranas últimamente en la competición, además estar en cuartos por primera vez tras cuatro temporadas, mucho tiempo para un club que quiere alzarse con el trofeo desde 2015. Si controlan el partido y no permiten correr al rival, tendrá mucho ganado, pero que nadie crea que esto está hecho porque se prevé un partido tenso y que se va a decidir por pequeños detalles, y esos pequeños detalles decantaron el duelo a favor de los azulgrana, pero puede que la suerte sea más esquiva esta vez.