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Knicks sin sentido

Otro verano más parece que los New York Knicks van a realizar una desastrosa gestión veraniega que les conducirá a una pésima temporada regular y a otra decepción por parte de la afición de la Gran Manzana. Ni la llegada de Phil Jackson ha sido buena para los del Madison que han visto cómo el entrenador más laureado de la historia ha colocado a sus dos estrellas en el mercado y sigue empecinado en implantar su famoso triángulo ofensivo, con resultados muy pobres.

La decisión de poner a Anthony en el mercado puede ser algo entendible, un jugador que no ayuda a mejorar al resto del equipo, ya mayor y habiendo ofrecido ya sus mejores años de baloncesto, un buen trade por él no es mala opción, pero lo de Porzingis es algo que no es entendible. El letón es el futuro del equipo, el jugador más determinante que han tenido en años y el único que ofrece algo de ilusión a la parroquia Kinckerbroker.

Tras ser abucheado en la noche del draft por sus seguidores que no entendían su elección, a ser el jugador favorito de la grada con sólo 20 años, y Jackson pretende desprenderse de él y muy probablemente no por algo valioso. Son ya muchos años sin ver a unos Knicks competitivos, y si también comienzan a malvender sus piezas de reconstrucción quedará un equipo a la deriva y sin ningún tipo de futuro a corto ni medio ni largo plazo.

Lakers todo a 2018

Los Ángeles Lakers han realizado un movimiento en el mercado de fichajes que pone de manifiesto su estrategia de planificación para el futuro. El traspaso de Dángelo Russell a los Nets a cambio de Robin López da muestras de hacia donde encaminan su futuro, a la agencia libre de 2018 donde los nombres de Paul George, LeBron James o DeMarcus Cousins pueden salir al mercado y muchos ya han especulado en una reunión de todos en los de púrpura y oro.

Tocará otro año de penuria por la liga, donde llegar a las 30 victorias será una quimera pero con un horizonte esperanzador en caso de que al menos dos de estas estrellas recale en el equipo. De momento George ya ha confirmado a los Pacers que el año que viene jugará allí, por lo que las especulaciones no han hecho más que empezar. No será fácil reunir a todos en el equipo, ni es seguro que LeBron salga de Cleveland, pero tampoco parecía factible la llegada del de Akron a Miami o la de Durant a Golden State y finalmente se produjeron.

El poder de mercado de la franquicia angelina es el mayor de los reclamos para los jugadores, y LeBron sabe que podría multiplicar sus espónsores y sus imperio de trasladarse a la soleada California. Queda mucho para ese verano de todos modos pero los Lakers ya están comenzando a liberar masa salarial para poder volver a dominar una Conferencia Oeste que lleva tiempo sin saber de ellos. Y ya sabemos como suele terminar cuando los Lakers se proponen reunir a estrellas en su equipo.

Malos tiempos para Indiana

En 2013, los Miami Heat comandados por LeBron James y Dwayne Wade, sufrían hasta el séptimo partido en unas finales del Este ante los Indiana Pacers que les llevarían al límite. Tras esta exhibición y tras una buena temporada regular donde llegaron a ir líderes de la liga, todo comenzó a torcerse, las dos estrellas del equipo Paul George y Roy Hibbert se distanciaron dañando irreparablemente su relación tras un incidente con mujeres de por medio, además de una lesión gravísima en el campuis de verano del combinado nacional del prometedor alero..

A partir de ahí en Indiana nada ha vuelto a ser lo mismo, y tras varios años de amagos de volver a resurgir parece que el fin del proyecto ha llegado. Larry Bird abandona la dirección de la franquicia, y Paul George ha confirmado que se marchará a los Lakers al finalizar su contrato en 2018, por lo que los Pacers deben intentar incluirlo en un trade si quieren sacar algo positivo por el alero sino quieren verlo marchar de manera gratuito ebn el próximo verano.

Ahora toca una nueva reconstrucción en una franquicia que no termina de dar ese salto competitivo desde que de la mano de Bird en el banquillo y con el gran Reggie Miller en la cancha llegaran a las Finales ante los Lakers de Kobe y Shaq. Veremos cómo gestionan esta situación y a ver si Mcmillan es capaz de sacar algo positivo de jugadores que tras esto tendrán que dar un paso adelante. Mucha incertidumbre y poca luz se ve en Indiana.

LeBron no se ha rendido

Los Warriors se alzaron con el anillo finalmente en el quinto partido cerrando así una temporada magnífica. El objetivo del equipo era ganar el anillo tras la afrenta sufrida el año anterior por parte de los Cavaliers y lo lograron. Pero pese a la victoria por los pasillos hacia los vestuarios visitantes LeBron James susurraba al oído a Kyrie Irving: «Tranquilo volveremos». Palabras contundentes las de LeBron que no se ha dado por vencido en ningún momento de las Finales, siendo el primer jugador en promediar un triple doble en ellas, y no iba a hacerlo tras la derrota final.

Ahora toca pensar en construir un mejor bloque alrededor de estas dos superestrellas, Kevin Love definitivamente no ha dado la talla en estas finales, y el resto del equipo se ha visto que sin LeBron en cancha no son competitivos (+6 con James en pista -25 sin él). Por eso se prepara una revolución total en el equipo de Ohio donde puede que volvamos a ver una reunión de estrellas en torno a LeBron. Los rumores en torno a Carmelo Anthony y el agente libre Chris Paul son cada vez más fuertes y de concretarse estaríamos hablando de un equipo que no tendría ningún tipo de complejo ante estos Warriors.

Otro de los nombres que suena con mucha fuerza es el de Paul George, otro refuerzo que vendría de perlas al equipo dando una tercera vía de anotación que tanto han adolecido en estas Finales. Sea como fuere parece que LeBron está de nuevo en modo reclutador, y ya sabemos el poder de persuasión que puede tener jugar al lado del mejor jugador de la NBA actualmente y las posibilidades de ganar un anillo a su lado que ello conlleva. Será un verano de muchos rumores, pero lo que está claro es que LeBron ya está pensando en la manera de volver a derrotar al equipo que sin poder pararle le ha arrebatado el anillo que tanto deseaba.

Anillo o complicarse

Los Warriors han ido comandando las Finales con mano de hierro en su campo. Un 2-0 inapelable sin ningún atisbo de dudas y con unos Cavaliers que no tuvieron ninguna opción en ninguno de los dos partidos. Tras esto la visita a The Q fue más complicada con un primer partido resuelto por una canasta estratosférica de Durant en los últimos instantes salvando un partido que tenían perdido y una derrota abultada en el cuarto muestra del orgullo de LeBron e Irving.

Pero con estas se vuelve al Oracle Arena con la sensación de que todo lo que no sea una victoria por parte de los Warriors será complicarse sobremanera unas Finales que a día de hoy están más que encarriladas. Pero enfrente está LeBron James, ese jugador capaz de hacer de lo imposible cotidiano y de hacer temblar a todo una plantilla casi perfecta como son los Warriors, ya que de perder esta noche se jugarían el sexto partido de nuevo en The Q, y podría llegarse a un nuevo séptimo partido con los Cavaliers llenos de confianza y los Warriors con una presión mayúscula tras haber ido 3-0 arriba y con los recuerdos del séptimo del año pasado.

Pero estos Warriors no parece que vayan a dar opción a los Cavaliers en el Oracle, donde se han mostrado intratables y donde su juego se acentúa si cabe. En los dos partidos en la Bahía los de Tyrone Lue se han visto superado en todas las facetas y no han sido capaces de controlar esos contraataques vertiginosos que casi siempre acaban en un triple abierto. Tienen todo a favor para celebrar con su gente el que sería segundo anillo en tres años para una franquicia que llevaba mucho tiempo vagando por la zona baja de la NBA. Pero ojo que LeBron no está dispuesto a ceder tan fácilmente.

Ese extraño elemento llamado Horry

Cuando uno piensa en jugaodres con anillos en la historia de la NBA siempre sale el nombre de Bill Russell con sus once anillos en trece años, cualquier miembro de la plantilla de esos Celtics de la época de Russell o los de Michael Jordan o Kareem Abdul-Jabbar con seis anillos cada uno. Pero entre todas esas leyendas de la NBA sale el nombre de un trotamundos que siempre ha sabido estar en el momento y el lugar adecuado, y acertar en el único momento que realmente se le ha requerido. Un hombre que nació no para triunfar (jamás ha sido All Star) sino para ser importante en el momento más importante: Robert Horry.

Horry fue seleccionado por los Houston Rockets en el puesto 11 del draft del 92, y ya con ellos se alzó con los campeonatos de 1994 y 1995, los primeros en la historia de la franquicia. Tras estos éxitos pasó desapercibido un tiempo del radar mediático hasta que fue reclutado por los Lakers de Phil Jackson. Con ellos protagonizó el triple más inverosímil en las Finales de Conferencia Oeste frente a los Sacramento Kings. Un triple que valió el pasaje a la Final para ganar el tercer campeonato consecutivo de los Lakers y el quinto en su cuenta particular.

Pero lejos de conformarse, Big Shot Rob como era conocido por la prensa americana, decidió dar sus últimos servicios a los San Antonio Spurs de Tim Duncan. De nuevo dejó su impronta en el quinto partido de la Final con un triple ganador en la prórroga ante los Pistons que certificaba su sexto anillo, y aguantó dos años más para dejar su cuenta de títulos en siete, superando al mismísimo Michael Jordan. Jamás será una leyenda o será considerado entre los mejores, pero todas las franquicias por las que ha pasado guardan el mejor de los recuerdos de un tipo tan peculiar como decisivo, el gran Robert Horry.

24 años sin Petrovic

El fatídico 7 de Junio de 1993 Drazen Petrovic nos dejaba tras su accidente de coche en Alemania. Nos dejaba en su mejor momento, asentado ya como la indiscutible estrella de los New Jersey Nets, y en los mejores guarismos de su carrera en la NBA. El genio de Sibenik lo había sido todo en Europa y quería serlo también en el baloncesto americano, mucho más cerrado y escéptico a los jugadores no nacionales que ahora.

Petrovic ya fue un prodigio desde joven, llegó a debutar con 15 años en el equipo de Sibenik natal, el KK Sibenka, para más tarde acabar en el equipo más poderoso de todo Croacia, la Cibona de Zagreb. Allí se convirtió en leyenda tras ganar dos Euroligas consecutivas y ser ya el mejor jugador del mundo no nacido en EEUU junto a Sabonis, con el que tuvo enfrentamientos épicos, como aquella segunda final de Euroliga entre Zibona y Zlaguiris.

Más tarde acabaría fichando por el Madrid para tras pasar sólo un año allí marchar a Portland para enrolarse en los Blazers después de haber dominado Europa tanto a nivel de club como de selección. Allí viviría sus peores momentos debido a su suplencia. Drexler, estrella de aquellos Blazers jugaba en su posición lo que le relegaba a muchos minutos en el banquillo. Y pese a jugar las finales de la NBA al finalizar la campaña pidió el traspaso a los Nets para poder contar con los minutos suficientes para mostrar a todos que podía ser una estrella también en EEUU.

Allí demostró que había hueco para el en la mejor liga del mundo, promedió 20 puntos por partido y no fue seleccionado para el All Star por la reticencia de la época a los extranjeros. Y estando en su mejor momento deportivo un accidente de tráfico privó de poder ver a Petrovic en su máximo esplendor físico, pero su leyenda quedará para siempre y cómo tiranizó durante casi una década el baloncesto europeo y mundial con su Cibona y su Yugoslavia.

Los Warriors no dan opción

Los Warriors se anotaron anoche también el segundo encuentro de estas Finales de la NBA. Otra noche más no dieron opción a unos Cavaliers que aguantaron al principio pero que no pudieron con el empuje final de los de la Bahía. El encuentro además trajo consigo la buena noticia del regreso a los banquillos de Steve Kerr tras los problemas que le han tenido casi toda la temporada alejado de las canchas.

Curry y Durant volvieron a ser demasiado para un LeBron que consiguió un triple doble igualando con ocho a Magic como jugadores con más triples dobles en unas Finales. Curry con 32 y Durant con 33 se combinaron de nuevo para mantener el inmaculado 14-0 de registro de estos históricos Warriors que van lanzados hacia el anillo. Entre el año pasado y este los Warriors pueden batir los récords de mejor balance en regular season y mejor balance en unos playoffs de la historia.

Con este panorama los Cavaliers afrontan el primer partido en The Q con la única posibilidad de ganar para poder dar guerra todavía en estas Finales. Los de Ohio se aferran a que así comenzó las Finales el año pasado y pudieron remontarlas, pero está claro que estos Warriors son más poderosos si cabe que el año pasado y no están dispuestos a que se repita de nuevo la afrenta.

Finales: Vendeta o Asalto

Esta madrugada se disputa el primer partido de la Final de la NBA. Una serie que promete ser de las mejores de la historia por ser la primera vez que se enfrentan tres años consecutivos los mismos equipos, con una victoria para cada uno. De aliciente también la remontada histórica de un 1-3 en contra por parte de los Cavaliers, los cruces de declaraciones contrarias entre ambos, un pique constante durante las últimas finales de las dos estrellas de ambos equipos y la llegada de Durant que ya fue barrido hace 6 años de las Finales por LeBron cuando militaba en Oklahoma.

Para los Warriors todo lo que no sea el anillo será un absoluto fracaso, superaron el mejor récord de una temporada en la NBA el año pasado, incorporaron al mejor agente libre que había en el mercado a su equipo y además este año han conseguido llegar a las Finales con un balance de 12-0, algo que nadie había conseguido (los Bulls de Jordan y los Lakers de Shaq y Kobe pero en aquellos años la primera ronda era al mejor de 5 partidos no de 7 como actualmente). Además contarán con factor cancha favorable y con un equipo lanzado tras el regreso de su lesión de Kevin Durant.

¿Pero con todo lo dicho cómo es posible que estas finales estén igualadas?. La respuesta es clara: LeBron James. El jugador más determinante de la NBA y por méritos propios ya en el top 3 histórico de la NBA. Llega en su mejor momento, ha sabido dosificar su temporada regular para llegar lanzado a los playoffs donde se ha clasificado con un balance de 12-1 que habla a las claras de las ganas de otro anillo del Rey. Además las mejores versiones de Irving y de Love han llegado en el mejor momento y los Cavs vuelven a ser un equipo temible con un James que ya es el máximo anotador de la historia de los playoffs y que agranda su leyenda a marchas agigantadas con cada nuevo récord que supera.

Estas Finales se preveen que sean las más vistas de la historia, lo que demuestra las ganas de ver el tercer asalto entre James y el mejor equipo quizás de la historia de la NBA (al menos el que registra más victorias de la historia). Porque este equipo de los Warriors se pasearía sin rival por esta NBA si no llega a ser porque han coincidido en la misma época con el único jugador que ya a día de hoy se puede comparar con Michael Jordan sin que esto suponga ninguna blasfemia, y James quiere sumar otro anillo más a su palmarés en el que quizás sea el mayor desafío de su carrera, y LeBron se agiganta en los momentos más complicados.

LeBron y ya van 8

LeBron James se puso ayer otra noche más el traje de superhéroe en el TD Garden de Boston para llevar a los Cavaliers a su tercera final consecutiva, séptima consecutiva para LeBron y octava en su carrera. Estos datos demuestran el dominio apabullante del de Ohio y que lleva casi una década sometiendo a toda la liga. Y lo hizo además convirtiéndose en el máximo anotador de la historia de los playoffs, con 32 años todavía y quizás en el mejor momento de su carrera.

Tal vez estemos asistiendo al mejor LeBron de siempre y además mejor rodeado que nunca. Pero la cruzada ante los Warriors va a ser titánica, se trata del equipo que batió el mejor récord de temporada regular de la historia, que buscará venganza tras la remontada del 3-1 del año pasado y que se ha reforzado este verano con el mejor agente libre del mercado, todo un MVP de la temporada como Kevin Durant, y que llegan a las Finales con un parcial de 12-0 nunca antes logrado.

Pero LeBron sigue siendo el mejor jugador del plantea a día de hoy, su dominio en todas las facetas es insultante y no ha perdido un ápice de apetito por la victoria y por el anillo. Sabe además de la dificultad de la empresa ya que los Warriors tendrán ventaja de campo de nuevo en un hipotético séptimo partido pero eso a LeBron no le importa como demostró el año pasado. Sólo nos queda esperar a la madrugada del 2 de Junio para poder disfrutar por tercera vez de las Finales entre Warriors y Cavaliers en quizás el mejor momento de ambos y en las que quizás puedan ser las mejores finales de la historia.