Ayer el Atlético no sólo luchó contra e Barcelona, luchó contra los árbitros. El arbitraje desfavorable que ha sufrido ya no sólo ayer sino en la ida también han hecho que le haya sido imposible pasar a la ansiada final de Copa. Y el mérito del Atlético no sólo ha sido de obligar al Barcelona a ayudas arbitrales para pasar sino que desquició por completo a todo el Barcelona y lo llevó al límite.
Luis Enrique acabó empujando al cuarto árbitro, Aleix Vidal haciendo un corte de mangas por la espalda a Simeone y Luis Suárez que no se quería ir al vestuario pese a ser expulsado justamente. y todo el equipo perdiendo tiempo de manera lamentable en la última jugada del descuento, lo nunca visto en un Camp Nou silenciado y con un miedo que hacía tiempo que no se veía.
Pese a la eliminación el Atlético ha dejado la imagen que siempre da en los partidos grandes, ser ese equipo al que nadie quiere tener en contra, ese equipo que pese a arbitrajes y fallos propios (falló un penalti) no se rinde nunca y a punto estuvo de eliminar a un Barcelona que recordemos llegaba con un 1-2 favorable del Calderón. Una lástima que un espectáculo como el de anoche se vea ensombrecido de nuevo por los árbitros españoles, quizás los peores de Europa, y eso es algo que hay que cambiar ya.