El partido de ayer fue una obra de arte, la primera parte del Sevilla fue sublime, fue una apisonadora que tuvo al Barcelona contra las cuerdas en varias ocasiones y que se pudo ir al descanso con una renta de al menos dos goles y terminó empatando al borde del descanso merced a una obra de arte de nuevo de Messi. De no ser por ese gol sobre la bocina del descanso el partido hubiese cambiado mucho, el despliegue de los hispalenses fue enorme y verse a los vestuarios empatados a goles les hizo perder un poco la fe.
Aun así lo intentó al comienzo de la segunda pero ya el Barcelona se había hecho dueño del partido gracias a un Messi omnipresente que comenzó a repartir asistencias a todo el compañero que se desmarcara, Suárez anotó el segundo gol pero tuvo varias ocasiones clarísimas de gol que desaprovechó al igual que un Neymar que comenzó la segunda parte muy activo pero que fue desapareciendo poco a poco a medida que avanzaba el crono. Por su parte el Sevilla acusó el desgaste de la primera parte sin recompensa ya que acorraló al Barcelona no le concedió ni media ocasión y aun así iban empate (está claro que a Messi no se le puede dejar ni media ocasión).
Sampaoli planteó una encerrona perfecta que sólo un hombre pudo desatascar, pero está claro que con partidos así el Sevilla va a ser un rival temible y muy difícil de ganar, un equipo que presiona arriba sin descanso y que sabe salir rápido con la pelota para hacer daño cuando el rival está descolocado. Mucho mérito haber tenido al Barcelona 45 minutos contra las cuerdas y haber intentado un arreón final donde pudo haber penalti de Umtiti sobre Correa en la última jugada.