Durante el derbi de ayer el comentarista Michael Robinson definió la defensa del Atlético como una manada de lobos, y no podía estar más de acuerdo con esa definición, la generosidad de todos los jugadores atléticos ayer fue impresionante, no se recuerda más que dos acciones claras del Real Madrid en todo el partido, y la posesión que le concedió al equipo blanco fue insulsa y sin profundidad. Sólo así se explica como el Atlético se ha convertido en el único club de la historia en ganar tres veces consecutivas en el Bernabéu. Cada vez que recibía un jugador blanco hasta cuatro jugadores atléticos iban a encimarle como si de una manada de lobos en busca de su presa se tratara.
Quizás no sea el fútbol más vistoso para el espectador pero el Atlético a día de hoy sólo puede permitirse jugar así contra el Real, fórmula que por cierto no le va nada mal, debido a que en un cuerpo a cuerpo el Madrid lo destrozaría. Ayer además sacó todas las carencias del Madrid este año, ya que si se presiona bien a Kroos y Modric y James e Isco no tienen muchos espacios su ataque se colapsa, estaban acostumbrados a marcar pronto en el Bernabéu últimamente que se vieron superados por este bloque que ha montado Simeone y que va camino de convertirse en el menos goleado de la historia, algo extraordinario por otra parte.
También el partido sirvió para que Griezmann se sacara la espina de cinco jornadas seguidas sin marcar, y marcar por primera vez al Madrid en el Bernabéu con la elástica rojiblanca. Y todo esto tras aterrizar de madrugada el jueves tras su partido de Champions, y no tener prácticamente tiempo para descansar, hecho que no impidió ver un despliegue físico descomunal sobre el campo, para por tercer año consecutivo conquistar el feudo blanco. Y ya son seis derbis ligueros seguidos por el Madrid algo que comienza a ser preocupante y que está encumbrando al Cholo Simeone a la categoría de leyenda colchonera.