La victoria ayer del Chelsea frente al Sunderland supuso la décima seguida para los de Conte. Tras unas derrotas dolorosas (el 3-0 frente al Arsenal hizo mucho daño), el italiano tomó la decisión de pasar a defensa de cinco que tan buen rendimiento le dio en la Juve y la selección italiana. Desde que ha pasado a ese sistema sólo conoce la victoria y tan sólo le han perforado la red en dos partidos. Es cierto que los últimos partidos le han costado más de la cuenta y el de ayer Courtois sacó dos manos milagrosas que evitaron el empate ante el colista de la Premier, pero al final lo que importa es sumar los tres puntos y los blues lo hicieron.
Dos factores claves para este esquema ha sido la aparición en el lateral/carrilero derecho de Moses, una bestia física que ha hecho olvidar por completo a un Ivanovic que en la última temporada se le vio que no era el de antaño. La frescura y potencia que aporta por la banda recuerdan al mejor Liechsteiner de la Juve, y supone un factor desequilibrante. El otro es el español César Azpilicueta, recién renovado, que ha encajado a la perfección en ese rol de tercer central junto a Cahill y David Luiz, dando consistencia a una defensa que al comienzo de las Premier se descomponía a trozos. El navarro es uno de los favoritos de su entrenador que sabe que ya sea como central o como lateral siempre cumple y a buen nivel.
Y el ya definitivo mérito de Conte ha sido recuperar la mejor versión de Hazard y Costa (que ya es el pichichi de la Premier) para dotar de un ataque de primer nivel de nuevo al conjunto londinense. Quizás sus problemas con Fábregas al que tenía apartado del equipo fuesen el único pero del italiano, pero ayer tiró del catalán y éste respondió anotando el gol de la victoria para el Chelsea, reivindicándose de la mejor manera. Ahora mismo el Chelsea manda en la Premier con un ritmo que ha dejado atrás a sus perseguidores y no parece que se vaya a detener ahí y buscará seguir sumando de tres en tres. Parece que Conte sí se ha adaptado rápido a la Premier y al Chelsea.