Ya lo decía el gran Antoni Daimiel durante la retransmisión del tercer partido mientras ponían las estadísticas en las finales de Stephen Curry que con esos número era muy difícil ser nombrado MVP de las finales(en caso de que gane Warriors claro). Y es que ya el año pasado el 30 tuvo una actuación discreta en las finales que su equipo acabó ganando y fue Iguodala el que sostuvo al equipo llevándose finalmente el premio. Nadie duda de la calidad de Curry pero es cierto que todavía no ha tenido un partido extraterrestre de los suyos en las finales. Sus porcentajes son malos y se está cargando mucho de faltas en los primeros cuartos condicionando así sus minutos.
Y eso que en frente no tiene a un gran especialista defensivo, la defensa de Kyrie Irving no es de las más fuertes de la liga, pero a base de ayudas están consiguiendo desconectar tanto a Curry como a su pareja de baile en el perímetro Thomson. El primer partido en Cleveland fue un suplicio para los splash brothers a los que no les entró nada y se vieron superados en todo momento. Además apareció un J.R. Smith que su equipo echó mucho de menos en el Oracle para acribillar desde el perímetro.
También es cierto que los Warriors suelen tener un tercer partido en cada serie por los playoffs en el que dan su peor versión, y este año se ha visto ante Rockets, Blazers y Thunder, y contra Cavs no iba a ser diferente. Siguen teniendo la serie a favor y la aportación del banquillo de los de la bahía sigue siendo muy superior, pero también Daimiel comentó como llega a los playoffs en datos de minutos y rapidez de LeBron y eran datos que asustaban. No pueden estar más bonitas las finales y hoy el cuarto partido en un Quickens que de momento es un auténtico fortín en estos playoffs 8 de 8 victorias allí para sus Cavs.