La suplencia de Joao Félix anoche ante el Sevilla no fue casualidad, el joven futbolista portugués comienza por segunda jornada liguera consecutiva en el banquillo, y esta vez en un duelo decisivo para el cuadro colchonero. Es una realidad que Lemar y Correa le han comido la tostada al menino, y ahora mismo, y tras el nivel que vienen mostrando ambos, el 7 va a tener muchas dificultades para entrar en el once titular. El partido en Valdebebas dejó claro para Simeone, que lo evidenció con un prematuro cambio, que Félix no es su principal opción en los partidos donde hay que meter la pierna y el equipo necesita defensa pro parte de los once jugadores.
Pero la situación se puede revertir, el inicio liguero del fichaje más caro del Atlético de Madrid fue brillante, pero se ha ido diluyendo conforme emergían las figuras de Carrasco (el hombre más en forma del equipo sin duda alguna), Llorente, Lemar y ahora Correa. Todos ellos han adelantado por la derecha al mediapunta gracias al trabajo e implicación defensiva, algo que sigue siendo una asignatura más que pendiente para Félix. Habrá que ver si deja atrás su carácter mohíno y apático y saca algo de rebeldía ante esta situación que ahora mismo es complicada para él.
La temporada es larga y el riesgo de lesiones es alto, algo que corre a su favor, pero tampoco se le ve en los minutos que entra al campo ganas de querer cambiar su situación. Ante el Huesca es verdad que dio la asistencia de la victoria a Suárez, pero fue un destello de su calidad más que implicación durante el partido. Ya son muchos periodos que atraviesa así Joao, que sigue con la asignatura pendiente de la constancia y la regularidad, parece que tras el partido ante el Leipzig en Lisboa y el inicio liguero iba a dar el paso adelante necesario, pero ha vuelto a otra etapa de ostracismo mientras sus competidores por el puesto están en su mejor momento.