Estados Unidos ha alcanzado la final de los Juegos Olímpicos por cuarta vez consecutiva. Aplastando en a segunda mitad a una Australia, que llegó a estar quince puntos arriba en el segundo cuarto, que nada pudo hacer cuando el alero de los Brooklyn Nets se puso en modo super héroe. Una vez más al igual que ante España, el de Baltimore sacó a su equipo del peor momento y recondujo el partido hacia la victoria estadounidense con una master class de recursos en ataques, algo en lo que empiezo a pensar que es seriamente ilimitado.
Con sólo su aparición y la aportación de Booker le bastó al equipo de Poppovich para derrotar a una siempre correosa Australia, equipo siempre difícil, pero que otra vez más se queda sin medalla y muriendo casi en la orilla. Por su parte, el combinado americano sale reforzado de este partido y ya espera rival en la final del enfrentamiento entre Francia y Eslovenia. Las dudas dejadas al inicio del torneo, y el flojo nivel general del combinado no van a parecer obstáculo para que se lleven el cuarto oro consecutivo y sufriendo mucho menos de lo que deberían al menos de momento.
Esto además da una muestra del potencial baloncestístico de Durant, que se ha echado a la espalda todo el combinado prácticamente él solo, y que va camino de llevar otra medalla de oro al casillero americano cuando más difícil parecía. No se bajó del barco, apostó por el torneo y se lo va a llevar siendo el MVP del campeonato prácticamente sin discusión, a menos que Doncic guíe a la sorprendente Eslovenia al oro, lo que dejaría en nada la proeza hasta ahora de Durant.