Pocos partidos se han repetido tanto en la Champions League como los Real Madrid Juventus. Se ha convertido en un clásico de Europa con dos claras tendencias. A partido único reina el Madrid y a doble partido los turineses se llevan la palma. El último precedente la final de Cardiff del año pasado, donde el Madrid barrió a una Juventus que se vio superada por los blancos y por la propia final, se habla de fuertes discusiones al descanso entre la plantilla que terminó por desestabilizar al equipo de Allegri.
Pero también es cierto que en las semifinales de 2015 la Juventus eliminó al Real Madrid con el famoso gol de Morata. Está claro que va a ser un cruce complicado, con dos estilos opuestos, en los que la Juventus, con la importante baja de Pjanic para la ida, necesitará que Higuaín sea de verdad ese delantero decisivo en los días importantes por los que el equipo transalpino pagó 90 millones hace dos veranos al Nápoles.
Habrá que ver también el once por el que opta Zidane para un partido de esta envergadura, con Bale, Asensio e Isco optando para una sola posición en el once blanco. El estadio de la Juventus será un hervidero para volver a ver a su equipo derrotar a un Madrid superior claramente en cuanto a nombres, pero con la vieja guardia juventina nunca se puede dar por vencido. Muchas incógnitas que se resolverán a partir de las 20:45 de esta tarde.
Con el paso de los años los precios y la inflación van subiendo, pero las cifras que se están manejando este verano ya por algunos jugadores excede lo normal. Las cantidades que se van a llegar a pagar por jugadores como Pogba o Higuaín hacen que la figura de un buen director deportivo se más necesaria que nunca. La reconstrucción que está llevando a cabo el Manchester United, la fuerte inversión tras el desembarco en el City de Guardiola o el siempre agitador Bayern hacen que el mercado esté dinamitándose poco a poco. Que la Juventus vaya a vender a Pogba por una cifra cercana a los 120 millones y a su vez use prácticamente íntegro ese dinero para el fichaje de Higuaín (en torno a los 100 millones) provoca cierta sensación de locura por parte de los clubes europeos.
El nuevo contrato televisivo de la Premier (que tras su salida de Europa veremos en que queda) unido a la llegada de los magnates petrolíferos han reventado el mercado, sólo el Madrid (club más valios del mundo) y Barcelona (por la generación y trapicheos en fichajes que realiza) pueden seguir el ritmo de estas superpotencias que fichan a golpe de talonario pero sin una idea clara del objetivo que desean. Sólo así se puede explicar que el Manchester City desde la llegada del jeque allá por el 2008 siga sin ser un equipo que haya hecho nada reseñable en Champions League, superando este año por primera vez en su historia los octavos de final. Lo peor es que estas locuras no tienen visos de cambiar, los precios van a ir subiendo cada vez más y sólo subsistirán clubes con buena cartera de ojeadores y fichajes baratos y jóvenes como el caso del Dortmund, Atlético o Sevilla. Estamos quizás ante una época de cambio donde acabarán dominando equipos sin ningún tipo de historia más que desde la compra de su club por parte de un multimillonario, una lástima para la historia del fútbol.
Parece mentira que un jugador sea capaz de fallar tantas veces en los momentos decisivos como Gonzalo Higuaín, ni siquiera cuando ha realizado la mejor temporada de su vida que le ha servido para ser bota de plata en Europa. Ayer volvió a aparecerse sus fantasmas en los momentos importantes, y tras quedarse solo mano a mano contra Bravo volvió a errar la ocasión. Como ya ocurriera en el mundial, y en tantas ocasiones con la camiseta de Argentina y del Madrid Higuaín tuvo en sus botas la final y la desperdició.
Su gol hubiera cambiado un partido durísimo, con más miedo al error que fútbol y con un Chile con las ideas muy claras. Pizzi ha sabido continuar el legado de Bielsa y Sampaoli al frente de una selección que no hace el fútbol bonito pero que a trabajo no la gana nadie. Su despliegue físico fue fantástico y supo aguantar las acometidas argentinas incluso en la prórroga con la mano de Bravo al cabezazo de Agüero que será la jugada de la Copa América. Pero no estaríamos hablando de esto si no fuera porque de nuevo Higuaín hubiera fallado otra vez en una cita clave. El mundo sigue igual para el pipa.
Con el campeonato de la Serie A acabado, con la Juve proclamándose campeona por quinta vez consecutiva, ha destacado un nombre por encima del resto, y no es otro que el del Gonzalo el pipa Higuaín. El argentino ha batido el récord de goles en una temporada en el Calcio con 36 goles y se ha ganado poder volver a enfundarse la camiseta de un grande nuevamente. El pipa salió por la puerta de atás del Madrid fruto a fallos en los momentos decisivos con la camiseta blanca.
Pero en Nápoles todo ha cambiado, allí es considerado un Dios y todo lo que toca va para la red. Ha tenido un año espectacular que se certifica con la bota de plata y con los grandes equipos de la premier llamando a su puerta. El Nápoles va a hacerle una oferta descomunal pero queda en su mano si prefiere quedarse allí donde probablente no ganará nada importante o dar el salto a algún grande de nuevo y dejar con un palmo de narices a aquellos que no vieron en él al gran delantero que se ha convertido.
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