La llegada de Memphis Depay al Manchester United fue una de las grandes noticias del verano para los red devils, fichaban al mejor jugador de la Eredivise, y lo fichaban a un precio muy asequible para como está el mercado actualmente. Sus primeros partidos además llevaron al optimismo sobre todo en la fase previa de la Champions League donde anotó un hat trick en el partido de ida y su nombre surgió con mucha fuerza. El hecho además de ser holandés para un entrenador como Van Gaal, que siempre prioriza por los jugadores de su país natal, y lucir el mítico dorsal 7 hacían presagiar una nueva súper estrella mundial en Manchester.
Pero llegando al final de la temporada el nombre de Memphis a desaparecido de las alineaciones de Van Gaal quedando para minutos residuales únicamente, y lo más triste es que nadie pide su incorporación a un once donde el jovencísimo Lindgaard le ha ganado la tostada. Incluso con la lesión de Rooney el entrenador confió más en el jovencísimo Rashford que en él.
Problemas con el entrenador que le achaca falta de actitud, unida a una deisidia y a un equipo que con su juego no ayuda a la recuperación del nivel del jugador han provocado que su primera campaña en Manchester sea más que decepcionante. La más que segura marcha de Van Gaal puede abrir de nuevo las puertas del equipo al jugador para la temporada que viene, pero tendrá que ofrecer el nivel mostrado a principio de campaña. Además tras el fracaso de la no clasificación de Holanda para la eurocopa su propio país necesita que vuelva su mejor versión para poder disputar los torneos importantes de nuevo.