Durísima derrota la de ayer para el Real Madrid, que acabó el día como un traspié gracias a la victoria del Inter, pero que durante buena parte de la noche se vio prácticamente fuera de esta edición de la Champions en la fase de grupos. El resultado inesperado totalmente, más, tras una primera parte seria que no brillante del equipo, que dio paso a una segunda para el olvido, donde se evidenció todas los defectos que arrastra este equipo a lo largo de esta temporada.
El repliegue en el segundo gol del Shakhtar deja en evidencia a todo el equipo, los centrales y laterales sólo reculan en la acción sin achicar, los medios y delanteros bajan andando sin ganas del repliegue, y la jugada como no podía ser de otra manera acabó en gol. El equipo es cierto que acusó mucho el primer gol de los ucranianos, y estuvo ko durante los minutos siguientes, era algo inesperado ese tanto y el miedo a la derrota agarrotó a los blancos.
Pero Zidane tampoco ayudó, esperó demasiado a realizar los cambios cuando el equipo hacía mucho que estaba sin ideas, un triple cambio sin mucho sentido, sin tocar el dibujo y de hombre por hombre, si querer arriesgar más de la cuenta. Quedó demostrado que tiene nula confianza en Mariano al que ha puesto en estos partidos por obligación de la lesión de Benzema, y que Jovic cuenta prácticamente lo mismo, pero se salva por tener Covid y no poder ir convocado.
El Real al final tuvo suerte en el otro partido de su grupo y depende de sí mismo para clasificarse, incluso puedes ser hasta primero sin mucha carambola tras una fase de grupos en la que ha perdido dos encuentros y ah empatado otro de cinco disputados. Las cosas en liga no van mejor tras el empate en la Cerámica y la derrota ante el Alavés en casa. Ahora toca ir al Sánchez Pizjuán y recibir a Borussia y Atlético en lo que puede ser el reenganche del equipo a las competiciones o tirar las dos principales competiciones en diciembre. Zidane lo tiene muy difícil ahora mismo.