No soy un gran fan de los árbitros españoles, creo que está muy lejos de la media, que se ha ido mejorando con los jóvenes que están legando a primera división, pero igual que les critico y analizo sus fallos, creo que lo justo es alabar cuando lo hacen bien. Y no hay mejor escenario que la final de la Champions para realizar un arbitraje impecable como el que hizo Mateu Lahoz, y que desgraciadamente ningún periódico recogió. Igual que si hubiera cometido algún fallo determinante sería portada por el mal trabajo realizado, creo que lo justo sería haberle reconocido un gran trabajo durante los noventa minutos que arbitró en Oporto.
Hacía muchos años que un árbitro español no pitaba una final del máximo torneo internacional, y el listón lo ha dejado muy alto. Grandes tomas de decisiones, diálogo distendido con los jugadores explicando su versión (cosa que se agradece mucho más que árbitros chulescos a los que uno no puede dirigirse). No hubo ninguna jugada excesivamente polémica, y la poca controversia que hubo acertó en su decisión inicial, lo que habla muy bien de su concentración durante todo el partido.
Ojalá este arbitraje y este impulso sirva para que el arbitraje español de un paso adelante, mejore a nivel colectivo y sobre todo individual, y esté a la altura de la liga, que es la mejor liga del mundo. Pero es momento ahora de felicitar a Mateu y su equipo que realizaron un trabajo brillante y no se llevaron todos los focos que se merecían. Asique desde aquí le felicito y espero que siga en esta línea de aciertos y no vuelva a su época de protagonismo que tanto daño le hizo durante un tiempo.