Dwyane Wade vuelve a sus orígenes, a su Chicago natal tras toda su carrera en la soleada Miami, donde era considerado el rey de la ciudad. Pero finalmente este verano la directiva de Miami no realizó una oferta decente por el escolta que enfadado decidió salir al mercado. Poniendo punto y final a su etapa en Florida donde llegó a ser el mejor jugador de la liga y quizás el mejor jugador de la historia de la NBA sin un MVP de la temporada.
Si las lesiones le hubieran respetado más hablaríamos de uno de los más grandes de la historia, de un jugador que prácticamente solo levantó un 2-0 desfavorable en las finales de 2006 frente a los Mavericks para acabar haciéndose con el anillo en lo que es considerada la mejor actuación individual en unas finales llegando a promediar 34,7 puntos a lo largo de los seis partidos de la serie y siendo nombrado MVP de las Finales.
En ese momento la NBA era suya, estaba en su mejor momento y se preveía que dominaría a sus anchas, pero comenzó su calvario con las lesiones que impidiero que se viera su mejor versión con consistencia privándole de haber conseguido algún MVP de la temporada regular. Luego decidió unir a su proyecto a LeBron y Bosh para adquiriri títulos colectivos en vez de individuales demostrando su madurez. Ahora tiene un nuevo comienzo en su ciudad natal, sin su explosividad de antaño pero con una inteligencia más desarrollada y un mejor entendimiento del juego que todavía le siguen haciendo muy peligroso para el rival.