Cuando salió la bola del Bayern de Munich como rival del Sevilla, en el conjunto hispalense hubo una sensación de pesadumbre por la entidad y fortaleza del rival a batir. El Bayern asusta, y desde la llegada de Heynckes mucho más, y llega en plena forma y con plenitud de efectivos para medirse a un Sevilla cabizbajo por la manera en que acabó su partido ante el Barcelona el sábado, tras una auténtica exhibición de los nervionenses durante 80 minutos del partido.
Pero esto es la Champions y el Sevilla, ya descartado para participar en la competición el año que viene sabe que en su estadio es un rival peligroso, que si juega su fútbol pondrá en apuros al Bayern, pero la baja de Banega hace mucho daño a un equipo que se ha clasificado 60 años después para los cuartos de la Champions y que quiere seguir con esa euforia para dar un paso más en la competición.
El Bayern sin embargo llega tras endosarle un durísimo 6-0 al Dortmund el fin de semana y dejarse la Bundesliga lista para ganarla el fin de semana si gana su partido. Asusta ver cómo Heynckes ha conseguido llegar sin bajas al tramo importante del campeonato (a excepción de la de un Neuer que está casi descartado para la temporada) y recuperando la mejor versión de un James que está volviendo a ser el futbolista desequilibrante que era en su primera etapa en el Real Madrid.
El partido de ayer fue una obra de arte, la primera parte del Sevilla fue sublime, fue una apisonadora que tuvo al Barcelona contra las cuerdas en varias ocasiones y que se pudo ir al descanso con una renta de al menos dos goles y terminó empatando al borde del descanso merced a una obra de arte de nuevo de Messi. De no ser por ese gol sobre la bocina del descanso el partido hubiese cambiado mucho, el despliegue de los hispalenses fue enorme y verse a los vestuarios empatados a goles les hizo perder un poco la fe.
Aun así lo intentó al comienzo de la segunda pero ya el Barcelona se había hecho dueño del partido gracias a un Messi omnipresente que comenzó a repartir asistencias a todo el compañero que se desmarcara, Suárez anotó el segundo gol pero tuvo varias ocasiones clarísimas de gol que desaprovechó al igual que un Neymar que comenzó la segunda parte muy activo pero que fue desapareciendo poco a poco a medida que avanzaba el crono. Por su parte el Sevilla acusó el desgaste de la primera parte sin recompensa ya que acorraló al Barcelona no le concedió ni media ocasión y aun así iban empate (está claro que a Messi no se le puede dejar ni media ocasión).
Sampaoli planteó una encerrona perfecta que sólo un hombre pudo desatascar, pero está claro que con partidos así el Sevilla va a ser un rival temible y muy difícil de ganar, un equipo que presiona arriba sin descanso y que sabe salir rápido con la pelota para hacer daño cuando el rival está descolocado. Mucho mérito haber tenido al Barcelona 45 minutos contra las cuerdas y haber intentado un arreón final donde pudo haber penalti de Umtiti sobre Correa en la última jugada.
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