Tras ganar la Audi Cup el Atlético ha dejado claro que sigue siendo ese equipo competitivo al que es más que complicado meter mano. Pese a que en ambos partidos en el global del mismo el rival fue superior y tuvo más posesión de balón, ninguno pudo superar al equipo colchonero en los noventa minutos. Tanto Nápoles como Liverpool comprobaron en sus carnes lo duro que es medirse a este equipo en el que hasta el último suplente juega cada segundo como si le fuera la vida en ello.
Pero si algo ha quedado como nota negativa de este torneo han sido los penaltis, uno pitado en contra en cada partido, y una defensa que ya no da la seguridad defensiva que antaño se recordaba. Godín sigue siendo un gran central y su carácter le hace muy importante para el equipo, pero a día de hoy las condiciones de Lucas Hernández están muy por encima que las del uruguayo, y va siendo el momento de dar el relevo al central frncés que ha aguardado pacientemente su momento y este debería llegar ya.
El otro es un Giménez que también espera que, tras dos años donde fue titular y cumplió la papeleta a la perfección, se le vuelva a dar la oportunidad que se merece y que se ha ganado. El relevo generacional en los centrales es evidente y es momento de ir dándoles minutos de calidad y hacerles ya unos fijos del equipo, para que adquieran esa experiencia necesaria para en los momentos claves no fallar. Ambos, tanto Giménez como Lucas saben lo que es llegar a finales de Champions y disputar minutos en estos trascendentales choques. La vieja guardia de Simeone necesita un relevo que deberia darse ya este mismo año, o acabarán con toda lógica buscando sus minutos necesarios fuera del Calderón.