Isiah Thomas se convirtió en verano en una de las pocas esperanzas de los aficionados de Cleveland tras la marcha de forma abrupta de Kirye Irving previo anuncio de su deseo de marcharse. La directiva del equipo de Ohio sacó mucho botín para lo que se esperaba tras el jugador insinuar que se iba a declarar en rebeldía en caso de no cumplirse sus exigencias de traspaso, por lo que visto el problemón que tenían sacaron buen partido trayendo a un base de calidad para sustituir al ‘2’ y además en el pack llegó un siempre trabajador Jae Crowder.
Pero pocos meses después el pequeño Thomas ha sido traspasado a los Lakers, tras no cumplir con las expectativas tras su lesión, con unos números muy lejanos de los que ya consiguió con los orgullosos verdes tan solo un año atrás. Además por las noticias que van saliendo del entrono cercano al equipo, parece que su adaptación nunca fue buena y que se había llegado a convertir en el confidente del presidente del equipo, lo que había provocado el distanciamiento de la plantilla con él. Ahora le quedan un par de meses de competición en un equipo sin aspiraciones que además se ha movido muy bien para tener espacio salarial para acometer dos grandes contrataciones este verano y poder volver a ser un equipo relevante en el Oeste, cosa que desde la disolución del tándem Kobe-Pau no se ha repetido.