Ayer el Atlético de Madrid cuajó un buen partido y se llevó un punto en campo del Celta de Vigo que supo a poco porque tuvo varias ocasiones y el partido controlado y sólo un gol inverosímil pudo empatar un partido que se encaminaba hacia la enésima victoria por la mínima de los rojiblancos. Pero lo que más llamó la atención fue que pese a todas las bajas, las necesidades de rotaciones y el empate en el marcador tanto Lemar como Vitolo fueron más un recurso desesperado que tuvo que introducir el Cholo que una verdadera ayuda para el equipo. La actitud de ambos de apatía además contagia al equipo, y su capacidad para ser revulsivos es mínima siempre que han entrado desde el banquillo. Ayer sólo un disparo lejano de Lemar fue el mayor bagaje de ambos jugadores que tienen pie y medio fuera del equipo, y que si no salen será por el mercado a la baja que va a haber este verano tras el virus.
Y eso que ayer el Atlético viajaba a Vigo sin Diego Costa sancionado, y con las lesiones de Carrasco y de Joao Félix, tres jugadores titulares e importantes, lo que dejaba un vacío y un hueco en el equipo, pero ni con esas Simeone confió mas de quince minutos a Lemar y sólo cinco minutos más a un Vitolo que comenzó la pretemporada como un tiro y las primeras jornadas, pero otra lesión muscular, de las miles que ha padecido desde su fichaje por el Atlético, le ha devuelto a un papel secundario del que no ha logrado salir desde su fichajes hace ya tres temporadas. Ninguno de los dos se ha adaptado al estilo de Simeone y los nuevos refuerzos que partían con desventaja respecto a ellos, sobre todo con Lemar, del que hasta el fichaje de Joao, era el fichaje más caro de la historia del Atlético. Cuando regresen para la siguiente jornada las tres bajas volverá a ser habitual que no jueguen ni un minuto del partido y con partidos cada tres días, y con cinco cambios en cada partido sólo puede significar una cosa.