Lo que está haciendo Stephen Curry en este inicio de temporada es espectacular. No sólo por la media de triples por encuentro que lleva (más de cinco por encuentro) sino por el balance que lleva su equipo de 10-0. Con este panorama y tras saber que el año pasado los Warrirors tuvieron un balance de 67-15 no es descabellado el pensar que pueden superar el récord de los Chicago Bulls de 1996 de 72-10, una marca que hasta este año parecía imbatible. Pero Curry nos tiene acostumbrados a hacer de lo extraordinario lo corriente y superarse año tras año cuando parecía imposible.
Si ya hace dos años superó la marca de Ray Allen de más triples anotados en una sola temporada con 272 aciertos, una marca que parecía estratosférica, al año siguiente la pulverizó él mismo con un total de 286 aciertos. Pero mas allá de estos abrumadores datos esta temporada lleva camino de batir estos registros por un amplísimo margen. Con solo diez partidos disputados ya lleva la friolera cifra de 52 triples convertidos, con un porcentaje de acierto casi del cincuenta por ciento, que de seguir así le harían concluir la temporada con unas cifras de escándalo. Lo normal es que se empiecen a resentirse sus estadísticas pero Curry nos lleva más de dos temporadas mal acostumbrándonos por lo que no sería descabellado pensar que puede mantener estos registros. Tras ganar el MVP y anillo el año pasado parece que Curry tiene más hambre que nunca y ya se sabe lo peligroso que es el 30 de los Warriors enchufado.