Wayne Rooney volvió a hacerlo, anotó ante el Manchester City en el Etihad anoche y consiguió así su gol número 200 en la Premier League. Y lo hizo con la camiseta del equipo que le vio crecer como futbolista, el Everton, y ante un rival especial, el máximo rival del equipo de su carrera, el City de Guardiola. Además la curiosidad ha querido destacar que celebrando un gol en una foto de hace cuatro años con el United y en la celebración de anoche entre el público se encontraran tres aficionados del City en las dos fotografías desesperados ante un nuevo tanto del delantero inglés.
Lejos ya de la estraordinaria cofra de los 200 goles en Premier, Rooney ya ha anotado en las dos primeras jornadas de esta Premier, dejando al Everton con cuatro puntos de seis posibles, dejando claro que no ha vuelto a la ciudad de Mersesyde para un retiro dorado, sino a seguir haciendo de las suyas. Y tiene incluso más mérito sabiendo que ayer no jugaba por lesión su acompañante en la delantera Sandro Ramírez lesionado, dejando toda la responsabilidad ofensiva en las botas del diez.
Con Koeman en el banquillo Rooney ha recuperado de nuevo la sonrisa, y la vuelta a casa, donde es más que una leyenda le ha dado esa motiación extra que necesitaba desde hacía un par de ampañas donde se le veía más apático y sin tantas ganas de fútbol cuando todavía le quedan muchos buenos minutos en sus piernas. Anoche volvió a demostrar que nunca hay que darle por muerto y quien sabe si de seguir a este nivel todavía tenga hueco para el Mundial de Rusia de este próximo verano. De momento disfrutamos de la nueva y feliz versión de un de nuevo letyal Wayne Rooney.