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Los Warriors no dan opción

Los Warriors se anotaron anoche también el segundo encuentro de estas Finales de la NBA. Otra noche más no dieron opción a unos Cavaliers que aguantaron al principio pero que no pudieron con el empuje final de los de la Bahía. El encuentro además trajo consigo la buena noticia del regreso a los banquillos de Steve Kerr tras los problemas que le han tenido casi toda la temporada alejado de las canchas.

Curry y Durant volvieron a ser demasiado para un LeBron que consiguió un triple doble igualando con ocho a Magic como jugadores con más triples dobles en unas Finales. Curry con 32 y Durant con 33 se combinaron de nuevo para mantener el inmaculado 14-0 de registro de estos históricos Warriors que van lanzados hacia el anillo. Entre el año pasado y este los Warriors pueden batir los récords de mejor balance en regular season y mejor balance en unos playoffs de la historia.

Con este panorama los Cavaliers afrontan el primer partido en The Q con la única posibilidad de ganar para poder dar guerra todavía en estas Finales. Los de Ohio se aferran a que así comenzó las Finales el año pasado y pudieron remontarlas, pero está claro que estos Warriors son más poderosos si cabe que el año pasado y no están dispuestos a que se repita de nuevo la afrenta.

Finales: Vendeta o Asalto

Esta madrugada se disputa el primer partido de la Final de la NBA. Una serie que promete ser de las mejores de la historia por ser la primera vez que se enfrentan tres años consecutivos los mismos equipos, con una victoria para cada uno. De aliciente también la remontada histórica de un 1-3 en contra por parte de los Cavaliers, los cruces de declaraciones contrarias entre ambos, un pique constante durante las últimas finales de las dos estrellas de ambos equipos y la llegada de Durant que ya fue barrido hace 6 años de las Finales por LeBron cuando militaba en Oklahoma.

Para los Warriors todo lo que no sea el anillo será un absoluto fracaso, superaron el mejor récord de una temporada en la NBA el año pasado, incorporaron al mejor agente libre que había en el mercado a su equipo y además este año han conseguido llegar a las Finales con un balance de 12-0, algo que nadie había conseguido (los Bulls de Jordan y los Lakers de Shaq y Kobe pero en aquellos años la primera ronda era al mejor de 5 partidos no de 7 como actualmente). Además contarán con factor cancha favorable y con un equipo lanzado tras el regreso de su lesión de Kevin Durant.

¿Pero con todo lo dicho cómo es posible que estas finales estén igualadas?. La respuesta es clara: LeBron James. El jugador más determinante de la NBA y por méritos propios ya en el top 3 histórico de la NBA. Llega en su mejor momento, ha sabido dosificar su temporada regular para llegar lanzado a los playoffs donde se ha clasificado con un balance de 12-1 que habla a las claras de las ganas de otro anillo del Rey. Además las mejores versiones de Irving y de Love han llegado en el mejor momento y los Cavs vuelven a ser un equipo temible con un James que ya es el máximo anotador de la historia de los playoffs y que agranda su leyenda a marchas agigantadas con cada nuevo récord que supera.

Estas Finales se preveen que sean las más vistas de la historia, lo que demuestra las ganas de ver el tercer asalto entre James y el mejor equipo quizás de la historia de la NBA (al menos el que registra más victorias de la historia). Porque este equipo de los Warriors se pasearía sin rival por esta NBA si no llega a ser porque han coincidido en la misma época con el único jugador que ya a día de hoy se puede comparar con Michael Jordan sin que esto suponga ninguna blasfemia, y James quiere sumar otro anillo más a su palmarés en el que quizás sea el mayor desafío de su carrera, y LeBron se agiganta en los momentos más complicados.

LeBron y ya van 8

LeBron James se puso ayer otra noche más el traje de superhéroe en el TD Garden de Boston para llevar a los Cavaliers a su tercera final consecutiva, séptima consecutiva para LeBron y octava en su carrera. Estos datos demuestran el dominio apabullante del de Ohio y que lleva casi una década sometiendo a toda la liga. Y lo hizo además convirtiéndose en el máximo anotador de la historia de los playoffs, con 32 años todavía y quizás en el mejor momento de su carrera.

Tal vez estemos asistiendo al mejor LeBron de siempre y además mejor rodeado que nunca. Pero la cruzada ante los Warriors va a ser titánica, se trata del equipo que batió el mejor récord de temporada regular de la historia, que buscará venganza tras la remontada del 3-1 del año pasado y que se ha reforzado este verano con el mejor agente libre del mercado, todo un MVP de la temporada como Kevin Durant, y que llegan a las Finales con un parcial de 12-0 nunca antes logrado.

Pero LeBron sigue siendo el mejor jugador del plantea a día de hoy, su dominio en todas las facetas es insultante y no ha perdido un ápice de apetito por la victoria y por el anillo. Sabe además de la dificultad de la empresa ya que los Warriors tendrán ventaja de campo de nuevo en un hipotético séptimo partido pero eso a LeBron no le importa como demostró el año pasado. Sólo nos queda esperar a la madrugada del 2 de Junio para poder disfrutar por tercera vez de las Finales entre Warriors y Cavaliers en quizás el mejor momento de ambos y en las que quizás puedan ser las mejores finales de la historia.

James y Curry a lo suyo

Otra postemporada más y ya van tres los Warriors y los Cavaliers están arrasando, tras barrer a Pacers y Blazers respectivamente en primera ronda, ya han situado el 2-0 en semifinales de Conferencia, dejando claro que quieren ser por tercer año consecutivo Finalistas de la NBA, algo que no ha ocurrido nunca en la historia y que brindaría a los de la bahía una venganza por el 3-1 remontado por parte de los de Ohio.

James ha vuelto a ponerse en modo imparable, dando exhibición tras exhibición y jugando más minutos que en temporada regular. Los Cavaliers pese a las dudas de los dos últimos meses de competición llegando incluso a perder la primera plaza de la Conferencia en favor de los Celtics, han vuelto a su versión más arrolladora y no se ve ningún rival que pueda plantar cara en la Conferencia Este a estos Cavaliers a día de hoy.

Por su parte los Warriors han vuelto a conseguir el mejor récord del año, y por si fuera poco, sus máximos rivales los Spurs han perdido a Tony Parker por lesión para el resto de playoffs. La vuelta de Durant tras su lesión y una buena versión de Curry (habrá que ver si en el tercer año por fin rinde a su nivel en las Finales) les hacen máximos favoritos a todo.

Personalmente estoy deseando que este duelo se repita, y en caso de repetirse me encantaría que se llegase a otro séptimo partido, que se volvería a disputar en el Oracle Arena y si el año pasado ya fue el partido más retransmitido y con las entradas más caras de la historia, no quiero ni imaginarme lo que podría suponer otro.

Peligra el anillo Warrior

Todo transcurría ayer con normalidad en el Verizon Center de Washington cuando en el primer cuarto en una jugada de ataque Gortat chocó con Pachulia lanzándole sobre la rodilla de Durant qu hizo un giro feo y que obligó al alero a retirarse a vestuarios inmediatamente. Las sensaciones con las que se fue no son buenas y las primeras noticias a falta de la confirmación oficial tampoco.

Parece que Durantula tiene afectada la rodilla y podría perderse lo que resta de temporada, noticia malísima para los Warriors y para la NBA en general, que estaba deseando una reedición de las finales entre los propios Warriors y los Cavaliers de LeBron, en lo que ya se está convirtiendo en una de las grandes rivalidades históricas ya que nunca se han enfrentado tres veces consecutivas los mismos equipos en unas Finales.

Sin Durant los Warriors pierden mucho potencial ofensivo e intimidatorio, pierden a un líder y quizás a la mejor arma ofensiva de la liga y a ese elemento diferencial que tan necesario es en una finales donde se agarrotan las muñecas y sólo los mejores sobresalen. De momento se han movido rápido los Warriors contratando a Matt Barnes para tener un alero disponible en caso de que se confirmen los peores presagios, pero sería una pena que después de todo el culebrón veraniego de su fichaje por los Warriors esto acabara así y no jugando en las finales por el título que a fin de cuentas es por lo que ficho por los de la bahía.

Curiosas Finales del 1975

Los Warriors ahora mismo son el equipo más dominante de la NBA. Ya el año pasado batieron el record de victorias en regular season, cuentan con el actual MVP Curry y este año han sumado a demás al mejor agente libre del mercado, Kevin Durant. Pero no siempre fueron buenos tiempos para los de la bahía de San Francisco, hasta el anillo de 2015 sólo habían ganado otro, el de 1975 y en una de las más curiosas circunstancias posibles.

Los Warriors de 1975 no eran ni por asomo el equipo favorito al título, es más, los expertos sólo contaban con que llegarían a postemporada. Pero poco a poco fueron eliminando (con mucho sufrimiento y una pizca de suerte todo hay que decirlo) a todos sus oponentes hasta presentarse en las finales frente a los Washington Bullets de Elvin Hayes y Wes Unseld. Eran tan pocas las expectativas de que el equipo llegara a la Final, que su pabellón para aquellas fechas ya había sido reservado para otro evento, que coincidía con el cuarto partido de las Finales. Por lo que el comisionado de la NBA propuso a los Bullets cambiar el formato de la serie de un 2-2-1-1-1 a un novedoso 1-3-2-1-1, empezando los Bulets la serie fuera pero teniendo luego tres partidos consecutivos como locales, algo que el técnico capitalino K.C Jones se negó quizás por superstición, dejando finalmente el formato de la serie en 1-2-2-1-1.

La serie por tanto comenzaría en la capital americana, y los Warriors con Rick Barry a la cabeza remontaron 14 puntos de desventaja pra llevarse el primer envite de la serie. Con esto ahora la serie viajaba a San Francisco, y lo que pocos saben es que teniendo su estadio libre la plantilla decidió jugar los dos envites en el viejo Cow Palace, un estadio obsoleto pero que los jugadores locales le tenían gran cariño ya que afirmaban que sus aros eran muy agradecidos con ellos. Fantasía o realidad lo cierto es que los warriors se llevaron los dos partidos y barrieron en el cuarto a los Bullets. Nunca se sabrá que hubiese pasado de haberse jugado la Final con el formato original, pero lo ceirto es que los Warriors dieron una de las mayores sorpresas de la historia de la NBA.

Comienza la temporada NBA

Ya está aquí la nueva temporada NBA, y promete ser de las mejores que se han visto por varios alicientes, los Warriors con Durant tratarán de batir su récord absoluto de la temporada pasada del 73-9, los Cavs de LeBron deberán defender su título conquistado en verano, los Spurs sobreponerse a la marcha de Duncan pero con la importante llegada de Gasol, los nuevos Knicks con quizás las última oportunidad de Rose de volver a la élite, la explosión como única estrella del equipo de Westbrook (claro candidato al MVP de la temporada), los siempre guerrilleros Celtics con la llegada de Horford para dar consistencia interior, y los renovados Bulls con el trío Wade-Buttler-Rondo que prometen hacer disfrutar a la ciudad del viento.
 
Los Warriors parten como favoritos por el fichaje del agente libre más codiciado del verano (con permiso de LeBron) y lo han incorporado a una plantilla muy armonizada y en la que puede encajar a las mil maravillas y convertir al equipo en la mayor amenaza exterior que se haya visto jamás. Quizás tener que renunciar a Bogut y Barnes les disminuye el potencial de banquillo pero el quinteto titular es de lo mejor que se haya visto junto jamás. Y si hay alguien que le gusten los retos ese es LeBron, que tras desafiar a todos con un 3-1 abajo en las finales para llevarse el anillo y entrar así en el olimpo de los mejores de la historia, este año quiere el más difícil todavía de derrotar al mejor equipo formado a base de talonario y coronarse así como el mejor jugador de la historia junto a Jordan (palabras textuales de James «persigo a un fantasma que jugaba en Chicago»).
 
De los contenders no hay que olvidar los siempre rocosos Spurs que pese a partir en un escalón inferior no extrañaría verles una vez más dando la sorpresa y llevándose el anillo. En el Este el territorio es de los Cavs y no hay ningún equipo que a día de hoy tenga el potencial de plantar cara a los de Cleveland, por lo que el camino a la Final será de nuevo más sencillo para James y compañía. Habrá que ver cómo reaccionan los Thunder a esa remodelación que han comenzado, y a cómo los Hawks aprenden a encajar a un Howard que cada vez asusta menos. Los Clippers ya cada vez asustan menos por sus problemas internos y a los Bulls les falta juego interior consistente, y por último queda ver si por fin Anthony Davis es capaz de plasmar su superioridad en la pista con victorias para sus Pelicans. Y por último los Pacers que si encajan bien al dúo George-Teague pueden dar muchas alegrías en Indianápolis.

Fin a la primera generación del siglo XXI

Con el comienzo del nuevo milenio llegaron unos jugadores que estaban llamados a ser los sucesores de Jordan. Jugadores que tenían que soportar las comparaciones con el mejor jugador de la historia noche tras noche sin venirse abajo, una presión que devoró a más de una promesa. Y de esa generación surgieron nombres que han dominado el baloncesto desde hace casi veinte años. Son los Kobe Bryant, Tim Duncan y Kevin Garnett.

Se trata de tres jugadores diferentes de carácter pero iguales en su pasión por el baloncesto. Son los que han dado noche tras noche a muchos adolescentes como yo momentos inolvidables, partido épicos y series de playoffs que bien podrían ser las finales por la intensidad de los partidos. Los Spurs-Lakers de principios de siglo fueron los partidos que decidían quién era el campeón de la NBA pese a ser de la misma conferencia. Ver a O´Neill y Bryant contra Duncan y Robinson era puro basket. Garnett tenía su pedacito de protagonismo por ser un fuera de serie pero su equipo nunca estuvo a la altura de su calidad.

Va a ser difícil para mi generación ver comenzar una nueva temporada sin estos tres nombres, jugadores irrepetibles que hicieron que tras la segunda retirada de Jordan la NBA siguiera siendo más que interesante, sin llegar a ser el negocio de agentes libres y contratos televisivos en lo que se ha convertido ahora. Donde se permitía más el contacto, las pizarras y las defensas eran innegociables y dónde el triple no era el principal arma ofensiva de los equipos sino que lo era el pívot sobre el que se construía el equipo.

Tres jugadores, 11 anillos entre los tres, todos con al menos un MVP de la temporada y del All Star, tres tipos tan distintos como irrepetibles que no han parado de batir récords a lo largo de su carrera y que sin ponerse de acuerdo han decidido dejarnos en la misma temporada para valorar y disfrutar de sus mejores momentos, como en muchos casos de grandes jugadores, ahora que ya no están en activo. Gracias a siglo XXI, a la Mamba Negra y a Big Ticket por tantas horas de entretenimiento.

Simplemente Red Auerbach

Si hablamos del equipo más emblemático y más laureado de la NBA, nos estamos refiriendo a los Boston Celtics, y si destaca alguna figura por encima del resto (y mira que hay figuras en esta franquicia) ésa es la de Red Auerbach. Se trataba de un adelantado a su tiempo, que llevó a su los verdes a sus cotas más altas e inventó infinidad de sistemas nuevos de juego para acumular la friolera cifra de 16 anillos en 29 años. Fue un pionero además con la inclusión de la raza afroamericana en la liga, fue el primer entrenador que seleccionó a un afroamaericano en el draft para la NBA (allá por 1950 con la selección de Chuck Cooper), ya que para él no existían las razas, como llegó a afirmar «Si estos chicos son más fuertes y están más cualificados… ¿cual es el motivo de no contar con ellos?, ¿que son, marcianos?».

Pero si una figura destaca entre las elecciones de Auerbach esa es la de Bill Russell, con el que llevaría a la franquicia de Masachusetts a las cotas más altas vistas y que probablemente se verán en una franquicia con 11 anillos en 13 años (9 de ellos de Auerbach como entrenador y 2 como General Manager). Pero sus inicios en Boston como innovador no fueron fáciles, él había sido como jugador muy discreto y tras entrenar algunos años en St. Albans High School y en la Armada Norteamericana (los NAVY), en la base militar de Norfolk, los Boston Celtics le ofrecieron dirigir su equipo en una época de crisis para los orgullosos verdes. Sus primeras decisiones trajeron consigo la controversia de un público que terminó adorándole como si de un dios se tratara, debido básicamente a sus estrategias de intercambios y trades en las ceremonias del draft, además de por ser el inventor del contraataque y de un juego coral de equipo que encajó tan bien en la filosofía trabajadora de la ciudad.

Pero si una imagen define la figura de Red Auerbach, esa es la del técnico fumándose un puro a falta de pocos minutos cuando el partido estaba ya resuelto, en lo que le gustaba denominar el puro de la victoria, llegó a decirle una vez al mism´simo Larry Bird esta frase «estos puros sólo pueden ser fumados cuando se gana; sino pierden su valor. Para fumarte un sensacional puro de estos, tienes que ganártelo, amigo». Genio y figura sin duda. Era tan icónica su imagen con el puro que en todos los restaurantes de Boston se prohibió fumar salvo si eras Red Auerbach. Desgraciadamente un ataque al corazón en 2006 se llevó a esta gran figura del baloncesto que amó a los Celtics por encima de todo y que vio como se retiraba el número 2 en su amada franquicia en su honor.

Pat Riley y su primer fracaso

Pat Riley, el denominado Rodolfo Valentino por el irrepetible Andrés Montes, desde que dejó de ser jugador se ha caracterizado por ser un tipo al que casi todo le sale bien. Cogió a los Lakers tras la destitución de Paul Westhead, y les hizo ganar cuatro anillos, convirtió a los Knicks de Ewing y Stark en uno de los mejores conjuntos de los 90 pese a no ganar nunca un anillo con ellos y ya en Miami es donde ha destacado su faceta de reclutador de estrellas, primero con la llegada de Shaquille O´Neal, con el que como entrenador volvió a ganar un anillo y luego formó el grandísimo big three con Wade LeBron y Bosh que les llevó a cuatro finales y dos títulos. Hasta aquí todo una carrera de éxito, pero este verano se ha producido un hecho que ha sorprendido a más de uno, y es la marcha de Wade a los Chicago Bulls. El jugador nacido en la ciudad del viento no perdonó que Riley no pusiera como máxima prioridad su renovación después de todo lo que ha dado el 3 a la franquicia (de la que es considerado el mejor jugador de su historia por méritos propios) y terminó por marcharse.

Riley por su parte reconoció públicamente su error y se ha visto obligado a reconstruir de nuevo el equipo tras la marcha del escolta. Los Miami que tenían un proyecto bastante sólido pese a la marcha de Lebron, es cierto que la inesperada explosión de Whiteside ha ayudado mucho a mantener el nivel competitivo, pero se ha visto truncado primero por los problemas de corazón de Chris Bosh, y ahora por la marcha de un Wade que deja un vacío difícil de llenar para los de South Beach. No sería la primera vez que Riley se saca un gran as de la manga pero este año va a ser largo y difícil para los del sur de Florida.