Cristiano y el cuento de nunca acabar

Otro verano más (y ya van tres consecutivos) las noticias sobre la marcha de Cristiano Ronaldo y su decisión en firme de abandonar el Real Madrid se reproducen de manera constante. Diarios de todo el mundo aseguran nuevas exclusivas sobre la decisión en firme del portugués de abandonar el club dolido por no sentirse lo reconocido que el cree que merece y la falta de renovaciones astronómicas que sí se dan en sus rivales por el balón de oro.

El luso metió la pata sobremanera queriendo ser protagonista tras la tercera Champions League consecutiva en Kiev de hace tan solo un par de semanas dejando unas declaraciones explosivas dejando en el aire su futuro en el Madrid en el momento menos oportuno. Cristiano minutos después quiso matizarlo asegurando que no había sido el mejor momento para comunicarlo pero que ya no aguantaba más. Su relación con Florentino no pasa por un gran momento, y los tira y afloja entre el ego del portugués y la política de Florentino sobre que el Madrid está por encima de cualquier nombre chocan sobremanera.

Parece mentira que tras cuatro Champions en cinco año y las tres últimas consecutivas esté ocurriendo esto. Ni Ronaldo va a ganar más con otro club de lo que puede ganar con el Madrid, ni en el mercado hay un jugador del carisma y la fiabilidad de Ronaldo en el mercado. Neymar, el detonante de casi todos los problemas no es Cristiano Ronaldo, su marketing y calidad están fuera de toda duda, pero su relevancia y su determinación en los partidos importantes están lejos de los registros de Ronaldo. Esto tiene pinta de que acabará con una mega renovación de Cristiano para igualar su sueldo al de Messi y Neymar y se verá de nuevo al Cristiano feliz y sonriente hasta el siguiente final de temporada.

Smith arruina el asalto de LeBron

La inexplicable decisión de J.R. Smith de no buscar aro cuando con el partido empatado atrapó el rebote tras el fallo del tiro libre condenó a los Cavaliers a sufrir la derrota en una prórroga donde no les salió absolutamente nada. Los descomunales 51 puntos de un LeBron James colosal llevaron al límite a unos Warriors donde Kevin Durant estuvo totalmente desconocido con unos porcentajes de tiro impropios del mejor atacante de la NBA que es. Los Cavaliers mostraron un nivel de agresividad en el rebote ofensivo que les permitió controlar los contraataques de unos Warriors que sufrieron mucho en estático.

El partido pudo cambiar totalmente cuando Smith resbaló y cayó sobre la rodilla de Klay Thomson, haciéndole un extraño. Cando se retiró del campo a vestuarios con un cojeo ostensible, el Oracle se temía lo peor, pero a los pocos minutos el escolta regresó y no notó el duro golpe acribillando desde el exterior a un Smith y un Korver que necesitan mejorar mucho en su defensa para frenar los triples de unos Warriors que por momentos parecen más jugar un concurso de triples que un partido de las Finales de la NBA.

Aún así hay que alabar el partido de unos Cavaliers que tuvieron el partido para ganar con dos tiros libres de Hill que podían haber cambiado el destino de la serie. Ahora los Warriors afrontan con mucha tranquilidad un segundo partido sabiendo la necesidad que tiene los Cavs ahora de ganar para no irse con un muy contundente 2-0 en contra a Ohio. James dominó el primer partido como ha estado dominando todos los partidos de playoffs, imparable y realizando superproducciones y con el mínimo descanso posible, algo que puede pasarle factura si se alargase esta serie final, ya que hay que recordar que sólo esta temporada James ya lleva 101 partidos disputados de manera consecutiva.