Unai Emery se marchó este verano rumbo a París a dirigir al conjunto que más invierte cada verano en materia de fichajes junto al Manchester City. Tras varios exitosos años al frente del Sevilla decidió poner fin a su etapa en el equipo hispalense y se decidió por un reto mayor, llevar la primera Champions League al equipo parisino.
Pero tras varios meses allí, su temporada no está siendo tan buena como se esperaba, no es líder de la League 1, anda por detrás del Mónaco (frente al que sólo pudo empatar hace un par de jornadas), se clasificó como segundo en la fase de grupos de la Champions en donde en el doble enfrentamiento frente al Arsenal no fue capaz de ganar ninguno de los dos partidos, y ahora se encuentra en los octavos de final frente al todopoderoso Barcelona, un cruce que quizás se podía haber evitado de haber quedado primero (aunque en este caso al Arsenal le tocó el Bayern otro rival de entidad).
Y hoy tras meses de incertidumbres le llega el momento de dar el puñetazo sobre la mesa ante su peor rival posible. El técnico vasco no ha sido capaz de ganar mas que en una ocasión al conjunto blaugrana en sus 24 enfrentamientos previos y esa victoria la consiguió sin Messi en el campo, ya que e astro argentino le ha endosado nada menos que 25 goles en 21 partidos, casi nada. Veremos si Emery ha aprendido la lección y que por fin que cuenta con un equipo de primer nivel rinde como se espera ante rivales de entidad o seguirá siendo ese entrenador de Europa League simplemente.