El PSG desperdició ayer una oportunidad para conseguir su primera Copa de Europa. Los franceses tenían muchas esperanzas en este parido ya que llegaban en buen estado de forma y por primera vez en su historia se encontraban sólo a noventa minutos de poder alzarse con el torneo por el que el jeque Al-Khelaïfi ha invertido la friolera cifra de más de mil millones, y la desperdiciaron, en parte gracias al poco acierto de sus dos máximas estrellas, que no estuvieron a la altura del partido, en especial Mbappé, que marró varias clarísimas oportunidades.
El delantero francés fue el gran protagonista del encuentro para mal, ya que todas las acciones que realizó de cara a gol las acabó mal. Tuvo dos ocasiones que no se pueden perdonar en un partido así, y en la segunda parte, Kimmich se lo comió del partido, dejándole prácticamente inutilizado. Pero Neymar, el fichaje más caro de la historia del fútbol, también pudo aportar más el equipo, estuvo mas entonado que Mbappé, participó más y tuvo más peligro, pero se marcha de esta edición de la Chmapions de Lisboa si haber marcado ni un solo gol en los tres partidos que ha disputado.
Ahora vendrá otra vez una nueva revolución más en el equipo, la marcha de Cavani, unido a la no participación de Icardi hacen pensar que el equipo deberá peinar para encontrar un nueve de garantías, además de tener que suplir la baja también de Thiago Silva, que puede subsanarse con Marquinhos de central. Tüchel tampoco anduvo muy listo en los cambios, ya que quitó a Di María, el mejor del PSG, y se dejó a Sarabia sin poner en toda la final, un jugador que entre líneas hubiera podido filtrar muchos pases al hueco para las peligrosas contras del PSG, que anoche no pudo concretar ninguna. Mucho trabajo por hacer y que de nuevo demostró que ni todo el dinero del mundo es capaz de hacerte ganar una Champions si no haces las cosas bien.