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Qué frío hace fuera

El caso Joao Félix sigue siendo el tema más candente en el Atlético de Madrid. La llegada de Pochettino al banquillo del Chelsea para confirmar que no cuenta con él fue un jarro de agua fría para el jugador luso que esperaba que el Chelsea le comprara este verano. Si no cambia mucho la cosa el jugador deberá presentarse en 10 días a las órdenes de Simeone en el Cerro del Espino para una nueva pretemporada con el Atlético. Algo que ni club ni jugador desean pero que la realidad del mercado y el rendimiento del jugador no han evitado.

Su periplo en el Chelsea ha sido muy flojo, comenzando mal (una expulsión en su debut que lo apartó cuatro partidos) y terminando con rol residual en el banquillo y sin contar ni para Potter los últimos partidos ni para Lampard en su estancia de interino. El jugador quería tener minutos en un equipo que jugara más al ataque y el batacazo ha sido sonoro, desde su marcha el Atlético ha sido el mejor equipo de la Liga y con él la caída del Chelsea ha sido estrepitosa hasta acabar fuera de toda competición europea un equipo que sólo en el mercado invernal invirtió la friolera de 300 millones.

Y el panorama ahora no es mejor, sin equipos punteros que quieran de verdad invertir en él, las dudas generadas como rojiblanco se han corroborado, ni en el mundial con Portugal ni en el Chelsea ha sido capaz de demostrar todo ese potencial que atesora y que su carácter y actitud no permiten sacar. Sus ínfulas de estrella no le hacen ningún favor y es el momento de darse cuenta que el problema no es el esquema, ni el entrenador, ni el estilo sino que el problema es su actitud. El día que eso cambie puede salir un jugador descomunal, pero los años pasan y la actitud no cambia, dejando ya de ser un promesa y aproximándose a estrellado.

Injustificable TODO

Mestalla ayer acogió uno de los espectáculos más surrealistas jamás vividos en la Liga. Vinicus Jr escuchó e identificó a un aficionado que le profirió un insulto racista y se encaró con él. No debería haber cabida en el fútbol comportamientos así y espero que sea multado económicamente con una cifra significativa, y con suspensión de por vida a espectáculos deportivos. Nada justifica un insulto así, pero la reacción de Vinicius y el tomarse la justicia por su mano no ayuda en nada. Encararse con toda una grada solo va a provocar más conflicto y más crispación, a parte de ser muy peligroso por posibles lanzamientos de objetos o invasiones de campo (como ocurrió la semana pasada en el campo del Espanyol). Es cierto que no es la primera vez que le ocurre y la eliminación en Champions es posible que le pasara factura, pero dentro de la dificultad del momento y la gravedad del insulto, hay que mantener la calma lo máximo posible. Dicho esto y viendo que ha habido reiteración de cánticos y ofensas (especialmente contra él, pero no siendo el único) la Liga deberá endurecer al máximo sanciones y posturas para cortar este problema de raíz. Tampoco se debe permitir que se insinúe que España (país del que Vinicius es nacionalizado) es enteramente racista como han hecho el propio Vini y Ancelotti (con los conflictos de este tipo que ha hay en Italia me sorprende que Ancelotti haya insinuado esto).

Pero por muy increíble que parezca no fue el único conflicto del partido. Diez minutos más tarde de aquello, una tangana entre ambos equipos, totalmente evitable, acabó con Vinicius desquiciado y agrediendo con un golpe a Hugo Duro. El VAR llamó a Iglesias Villanueva para expulsar al brasileño, que reaccionó de la peor manera posible. Primero se fue a aplaudir en la cara del árbitro su decisión de forma aireada, para luego retirarse del campo haciendo gestos a todo el estadio diciendo que se van a segunda. Un completo en cuanto a todo lo que no se debe hacer y que no se justifica con nada de lo anterior. No es la primera vez que con Vinicius pasa esto, ya en la final de copa o partidos contra el Mallorca o Barcelona (especialmente el de copa) sacaron lo peor de él y convirtieron el partido en algo personal entre su defensor y la grada contra él. Ancelotti ya le ha tenido que retirar en alguna ocasión con partidos decididos por sus idas y venidas, haciendo que la temporada colosal que haya hecho al final quede más representada por lo extradeportivo que por lo deportivo.

Respeto al fútbol

Lo vivido del domingo en el RCDE Stadium es uno de los bochornos más ridículos que he vivido. El Barcelona se proclamó campeón de liga al ganar al Espanyol en su estadio en el derbi, y cuando estaba en plena celebración pacífica del título, los jugadores tuvieron que huir en desbandada por la invasión de los ultras del Espanyol al campo. Dejando una de las imágenes más dantescos que recuerdo en la Liga sin lugar a dudas. Poniendo de manifiesto que algo tiene que cambiar en este deporte urgentemente.

Pero ya es momento de hablar del tema, de poner sobre la mesa los valores que antaño representaba el fútbol, con sus tradiciones caballerosas pese a la rivalidad, en las que la rivalidad era la misma, pero el respeto y la caballerosidad existía. Antaño, realizar un pasillo al campeón de liga, fuera tu máximo rival o no, no era una afrenta, era una muestra de respeto que dignificaba al que lo realizaba. Pero desgraciadamente a día de hoy ese gesto se ha tergiversado y utilizado como una humillación y una obligación, todo muy lejos de lo que representa el gesto y el fútbol.

Las nuevas generaciones están malinterpretando y terminando con todas las tradiciones que siempre han acompañado a este deporte. Hay que recordar que los equipos de Madrid sin ir más lejos se prestaron los estadios en casos de necesidad antaño, cosa ahora impensable (y que provocó gran revuelo tan solo plantearlo con las obras del Bernabéu). Es hora de que quede claro que no se es menos de un club por ser caballeroso y respetuoso, ni tienes menor rivalidad por mostrar respeto al contrario. Estamos alejándonos peligrosamente de la deportividad sana y acercándonos mas que nunca al radicalismo extremo y el odio que tan poco bien hacen al deporte.

Un toque de atención

La final de la Copa del Rey puso de manifiesto dos cosas muy claras. Que ahora mismo Vinicius está en el mejor momento de su carrera futbolísticamente hablando, su desborde constante, carreras infatigables, y slalons en la línea de fondo fueron una constante en una final que desequilibró totalmente él. Pero también expuso su faceta más reprobable, sus constantes provocaciones (esta vez desde la primera jugada, no necesitó ambiente hostil ni marcajes duros, desde la primera jugada ya se le vio desquiciado) y faltas de respeto a rivales que empañan la actuación sobresaliente que tuvo y que hace que no sea considerado como lo que es, un auténtico fuera de serie.

El Real Madrid, desde los estamentos más altos, debe darle un toque de atención, no se puede permitir sus actos ni sus mini batallas dentro de los partido que no le favorecen a él y enervan al rival de manera contraproducente contra su equipo. Ya es una constante en todos los partidos las disputas y berrinches evitables de un Vinicius que debería haber sido expulsado por protestas en más de una ocasión. Es el jugador que más faltas recibe, al que más buscan, pero si se mira en el espejo de otros regateadores natos como Messi, nunca tuvo esos problemas ni se revolvió como hace el brasileño.

En esta final, en el descanso en el túnel también se encaró con jugadores de Osasuna, y Ancelotti tuvo que hacer terapia individual en el descanso para él. Se le vio algo más centrado en la segunda parte, pero con el tanto de la victoria madridista, en vez de celebrarlo junto a todos sus compañeros, fue a reírse y burlarse de los rivales. Con todo esto no justifico para nada las provocaciones o las falta a Vinicius, a los jugadores que dan espectáculo hay que protegerlos, pero hay que tener en cuenta que el fútbol es deporte de contacto, las faltas están permitidas y castigadas por el reglamento, y lo que tiene que hacer de una vez Vinicius es en jugar que sabe mucho y no en protestas y encararse con rivales y público, que no le beneficia lo más mínimo ni a él, ni a su equipo.

Pulso perdido

Joao Félix se las prometía muy felices cuando salió cedido al Chelsea en Enero desde el Atlético de Madrid. Su nula relación con el entrenador Diego Pablo Simeone, al que se le achacaba el mal rendimiento de un jugador que siempre ha prometido más que ha demostrado, acabó con una solicitud de salida por parte del portugués a la directiva atlética. El conjunto madrileño, consciente de la insostenible situación acabó por ceder a los deseos de Joao y le mandó rumbo a la Premier a demostrar que en el Atlético y en especial el Cholo estaban equivocados con él.

Cuatro meses después de aquello el tiempo ha puesto a cada uno en su lugar. El Atlético es el mejor equipo de Europa en cuanto a números desde Enero, Simeone ha dotado de nuevo de velocidad de crucero a un equipo a la deriva que quedó apeado de todas las competiciones europeas y ligueras desde el mes de Noviembre por primera vez con el argentino en los banquillos. Y Joao por su parte ha sido relegado al banquillo, sin disputar ni un solo minuto en el último encuentro ante el Arsenal, y discutida públicamente de nuevo su actitud y su predisposición en lo colectivo (por enésima vez).

Ya va siendo hora de que Joao se dé cuenta que en el fútbol hay que esforzarse, que su actitud desde que aterrizó en el Atlético fue mala y que ya con 23 años para 24 está empezando a dejar de tener edad de promesa, a dejar pasar los años pasando inadvertido, y no solo ya en el Atlético que era su excusa siempre. En el Mundial con Portugal fue intrascendente, y en el Chelsea tampoco es ya ni titular. Su actuación de Champions en el Bernabéu fue el resumen de su carrera, un fogonazo inicial y nula aportación restante. Este verano será crucial para su carrera si quiere despegar el vuelo de nuevo, si llega una oferta interesante por él, en el Atlético no pondrán impedimentos a su vuelta, ya que su pulso con Simeone lo ha perdido claramente. Es turno de Mendes de hacer de nuevo su magia y colocar a un jugador que si sigue así difícilmente será determinante.

Los horarios de Tebas

Una nueva jornada más entre semana para la Liga en la que Tebas deja mucho que desear con unos horarios inadmisibles para la gran mayoría de aficionados. No es de recibo un partido entre semana a las 10 de la noche para poder ir al campo. Es inadmisible que el público tenga que tragar con esta absurda decisión que deja a muchos aficionados locales sin poder asistir a partidos por los que han pagado a principio de temporada al adquirir el abono de su equipo. Un Martes o un Miércoles no es día para poner a esa hora el partido, los niños (supuesto futuro de este cada vez más negocio y menos deporte) no pueden acudir al partido, con ello, los padres tampoco y la gran mayoría que al día siguiente trabaja no está por la labor de acabar de madrugada por el antojo del presidente de la Liga.

No tiene ninguna explicación ni defensa posible, es difícil que así un campo se llene, que se pueda vender la Liga fuera de nuestras fronteras, ni que la afición arrope a sus equipos. Hay aficionados que siguen al equipo fuera de casa y también se le hace imposible acompañar así al equipo. Los jugadores tampoco están a favor de estos horarios, extremadamente nocturnos, sin el calor de afición, desvirtuando en cierta medida la competición.

No es la primera vez que los horarios y las designaciones de los partidos causan controversia, ya con los partidos de los Lunes tuvo una de las grandes chinas en el zapato, el Alavés, gran perjudicado de estas designaciones, se manifestó a través de sus aficionados en varias ocasiones, llegando incluso a ganar una batalla legal a la Liga. Pero Tebas a vuelto a lo mismo, con partidos los viernes y los lunes para tristeza y decepción de los equipos más modestos que son los que verdaderamente sufren estas decisiones. O cambia mucho esto o cada vez la afluencia a los estadios va a ir bajando, los precios por entrada y abono son cada vez más altos, pero las condiciones que se ponen a los partidos cada vez son peores. Para hacérselo mirar.

Sin careta

Xavi Hernández siempre ha afirmado, al igual que su mentor Pep Guardiola, que en el Barcelona no basta solo con ganar, que se debe jugar a un estilo determinado. Pues con la Liga que está realizando el Barcelona y poniendo énfasis en los últimos compromisos, incluyendo el de Copa en el Bernabéu, queda muy claro que su careta ya no se la cree nadie. Sus intentos de lecciones después de cada partido han quedado expuestas claramente, y el equipo ha ganado los partidos jugando un futbol defensivo de supervivencia en momentos clave de la temporada, y al técnico no le ha importado. Tras criticar tanto otros estilos, ahora lo practica como el que más, haciendo bueno aquello que ya le dijo Simeone de que el de Terrasa sólo conocía aquello y contando siempre con los mejores en el campo. En cuanto no los ha tenido ha recurrido a ese fútbol feo, inaceptable y que debería de erradicarse según él mismo para solventar los partidos y mantener al Barcelona al frente de la liga con ventaja sobre el Real Madrid.

Pero no es el único, Pep Guardiola, también muy crítico contra otros estilos que no sean el suyo, el año pasado mostró que en los momentos difíciles él también recurre a ese futbol defensivo, incluso a las pérdidas flagrantes de tiempo que tanto denuncia cuando son en su contra. El partido del Metropolitano fue clara muestra de ello, con un ejercicio defensivo y todas las argucias posibles. Con todo esto se saca la conclusión clara de que con los mejores y con todo a favor ambos técnico sacan mucho pecho, pero cuando no tienen en el campo a los mejores a su favor (cosa que a sus rivales les pasa siempre) no tienen ningún reparo en hacer la misma táctica defensiva que tanto critican. Se acabó la careta definitivamente por algo que está bien y que no es criticable, salvo que hayas dicho que jamás lo harías y que es algo que habría que erradicar. Más mirarse en el espejo y menos dar lecciones al resto cuando no tienes nada que enseñar.

La trampa de siempre

Ayer se volvió a ver la versión más dispersa de Vinicius en el clásico. Esa en la que sus gestos, quejas y provocaciones empañan el tremendo jugador que es. Cada vez es más frecuente ver a Vinicius desquiciado por alguna falta, sacándolo del partido y dejando que su rendimiento, ahora mismo es el jugador más imparable de la liga, sufra un bajón y se diluya a medida que pasan los minutos. No es la primera vez que le pasa, se achaca a cuando juega de visitante, pero ayer, jugando de local, una falta que acabó en una rigurosísima amarilla lo desquició, y el árbitro le perdonó la segunda amarilla claramente a tenor de su reacción a la amonestación.

A partir de ahí se enzarzó en una batalla de faltas, golpes y provocaciones que no le favorecen y que hacen que pierda esa efectividad que está demostrando. Está en el mejor momento de su carrera, es el jugador diferencial del Madrid, pero cada vez parece más fácil sacarle del partido. Los hinchas del Madrid lo achacan a poca protección y a la cantidad de faltas que recibe, pero Messi, recibiendo siempre más faltas no tuvo una mala reacción, ni era posible sacarlo del partido, Eso es en lo que tiene que trabajar un Vinicius que ha logrado convertirse en imparable con su rendimiento, pero que tiene ese talón de aquiles.

Vini está en un momento crucial, debe desprenderse de esas formas que tanto ha perjudicado la carrera de Neymar y convertirse, si no lo es ya, en el líder de este Real Madrid al que está sosteniendo él solo con su rendimiento. El paso adelante que ha dado en cuanto a liderazgo en ataque debe darlo también en carácter. Saber que no debe salirse de los partidos ya que todos los rivales van a buscarle, sabedores la volatilidad del carioca. Con todo esto no hay que equivocarse y pensar que la culpa es de Vinicius, pero si está en su mano ser más listo y quitarse un problema de encima centrándose en el juego y olvidándose de tanta excentricidad de gestos.

Intolerable

Un nuevo acto vandálico desmesurado por parte del Frente Atlético en la previa del derbi copero avergüenza a toda la afición atlética a la que este grupo hace tiempo dejó de representar. Sus constantes disputas con la directiva atlética (por la falta de presupuesto que sacaban de los viajes una vez que el equipo está fuera de Europa) está provocando una división constante en cada partido, con pitos de la propia afición rojiblanca a su grupo ultra, que cada partido continúa con el falso cántico de Atlético somos nosotros. Todo esto ha provocado un ambiente irrespirable en el campo, que se ha traducido en los peores números como local del equipo desde que se mudaron al nuevo Metropolitano, dejando de ser un fortín inexpugnable, a ser un estadio asequible para casi cualquiera.

La causa del cambio de escudo, que hace ya 6 años del cambio, la nueva camiseta de este año, y el dinero que no se destina ya que este año no hay viajes, han hecho que el grupo ultra se revuelva contra la directiva, con cánticos y ofensas a propietario y presidente. El grupo ultra está tomando medidas que no representan a una afición que siempre se ha caracterizado por apoyar al equipo en las buenas y en las malas sin recurrir a insultos ni actos violentos, y mucho menos con actos como el de esta noche de amenazas de muerte a jugadores del Real Madrid. El derbi tiene que ser una fiesta del fútbol, con una dura rivalidad pero sana. Todo lo que deje de ser eso será un error por parte de todos los implicados y no representa a los verdaderos aficionados de cada equipo que apoyan desde la racionalidad y el sentimiento a su equipo.

Es el momento de que el Atlético tome las medidas oportunas y, como hicieran en su momento Real Madrid y Barcelona, expulsar a este grupo ultra del estadio, y quitarle ese poder que ahora tiene y que tras mucho tiempo han demostrado que no saben usar. No es la primera vez que el nombre del Atlético se ve manchado por unos vándalos con actos fuera de lugar, que empañan a una afición ejemplar que ni comparte ni apoya estas situaciones. Es el momento de la directiva de actuar y dejar a fuera a este grupo que deja claro que lo último que le interesa es el fútbol, ya que sólo buscan pretextos para usar violencia y descargar frustraciones. El fútbol es pasión, tradición, entretenimiento, rivalidad y sobre todo diversión. Todo lo que no sea eso o no represente eso está fuera de lugar, y el Frente Atlético lleva mucho tiempo fuera de todo esto.

Caso Carrasco. La verdad

La llega de un grandísimo jugador como Memphis Depay al Atlético de Madrid ha traído consigo también la posibilidad para el Barcelona de depositar 20 millones en las arcas del Atlético de Madrid en verano para llevarse al belga Yannick Carrasco. Un precio de risa pero que se justifica en que es agente libre en 2024 y que el extremo no había aceptado la oferta de renovación de los colchoneros. Pero Carrasco siempre ha afirmado que está a gusto en Madrid y que no tenía en mente el abandonar el Atlético, entonces o el jugador miente, o el club ha hecho una oferta irrisoria por un jugador determinante y fundamental para un equipo escaso de efectivos creativos y desequilibrantes. Tras su espantada a la liga china, y posterior regreso, es un jugador nuevo, comprometido en defensa y con su desequilibrio arriba. Es cierto que le falta un punto de finalización para terminar de ser un jugador diferencial, pero el peligro que genera con sus internadas en insistencias siempre está ahí.

Además el jugador cuenta con el beneplácito del entrenador Simeone, que lo usa siempre ya sea como extremo o como carrilero, y que ya el año pasado, en una temporada muy floja del conjunto rojiblanco, fue el mejor de largo del equipo durante todo el año, echándose por momentos el equipo a la espalda para protagonizar remontadas épicas en Liga en el Metropolitano, como ante el Espanyol (por partida doble), Valencia o Getafe. Pero el interés Atlético en Memphis lo ha aprovechado el Barcelona enredando el entorno del jugador, que ante la impasibilidad y mala gestión de la dirección atlética ha visto con buenos ojos la oportunidad de recalar en el Barcelona, y cambiar de aires con toda probabilidad a final de temporada.

Para el Atlético hay dos visiones, la económica, muy bien con un jugador que no ha querido renovar se le saca un beneficio con su venta a falta de un año de contrato. En la parte deportiva su venta es una pésima noticia para un jugador polivalente, asentado, y que no había dado ningún problema desde su vuelta, estando más implicado en el proyecto que nunca. Mi opinión final es que el Atlético ha intentado renovarle a la baja, tras su negativa y con el rendimiento magnífico de Samuel Lino en el Valencia, se ha optado por dejar como el malo al jugador, filtrando que no ha querido renovar, sacar compensación económica teniendo ya al relevo, pero bajando el nivel de la plantilla con esto. No es la primera vez que desde las oficinas atléticas hacen movimientos así, y es hora de ir desenmascarando, ya que la exigencias deportivas no bajan, pero la calidad de la plantilla está poco a poco bajando cada vez más.