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Emery chirría

Estaba claro que la andadura de Unay Emery en el PSG no iba a ser buena, se trataba de un equipo demasiado grande para el técnico vasco, más acostumbrado a equipos más modestos donde puede desplegar todas sus excentricidades sin problemas. Pero lo que se ha encontrado en el PSG es a varias super estrellas que no casan con sus métodos y que poco a poco se van revelando mientras el PSG no cosecha los resultados deseados, ya que va tercero en la floja League 1, y en su grupo de Champions va empatado con el Arsenal en cabeza.
 
Primero tuvo problemas con el fichaje estrella del verano, el díscolo Ben Arfa, cal que ha tenido varias jornadas apartado del equipo por no casar con sus métodos, el siguiente fue un Jesé que parece ya más centrado en su grupo de música que en ser un buen futbolista, y ahora es con Di María y con Verrati con los que el conflicto ha estallado tras el empate ante el Marsella a cero el pasado fin de semana. Fueron sustituidos por Emery y se les vio visiblemente enfadados con el técnico, especialmente el italiano que preguntaba a los compañeros si lo había hecho mal para que le cambiaran.
 
Como aquí ya se aventuró cuando Emery fichó por el PSG, le viene el equipo grande y realmente no ha aportado nada nuevo a un equipo que parece que hasta que no apueste fuerte por un técnico de verdad y experimentado (sólo han contado con Ancelotti en ese aspecto) no van a dar ese salto cualitativo que quieren dar en Europa para poder asomarse por primera vez en su historia a las semifinales y quién sabe si a la final de la Champions. Pero con entrenadores de este tipo no parece que vaya a llegar en un corto plazo de tiempo esos buenos tiempos.

Montella devuelve la ilusión

Se hace raro ver cada año la Champions League y que uno de los candidatos a ganarla no sea el AC Milán, equipo que ha ganado el torneo hasta en siete ocasiones y que durante mucho tiempo fue el gran dominador de Europa (con las etapas de Sacchi, Capello y su famoso 0-4 al Dream Team, y la de Ancelotti) y que hasta hace poco se arrastraba en terreno de nadie en la devaluada serie A. Y digo hasta hace poco porque la llegada de Vincenzo Montella ha revitalizado el equipo, le ha dado de nuevo espíritu y está llevándolo poco a poco a luchar de nuevo por entrar en Champions y quien sabe si a pelear por el scudetto.
 
Este sábado pasado tenía una prueba de fuego, la Juventus en casa, el equipo que ha ganado los últimos cinco scudettos y que a día de hoy no parece tener rival en el campeonato llegaba a San Siro dispuesto a romper esa dinámica positiva de los rossoneri de seis encuentros consecutivos sin conocer la derrota (con cinco victorias en ese periodo). Pero el Milán planteó un partido muy serio bien cerrado atrás y saliendo muy bien a la contra con Niang y Bacca leyendo las contras a la perfección. Y así ya en la segunda parte consiguió perforar la red de Buffon y llevarse un partido que ratifica el buen trabajo de Montella (que ya había destacado mucho en su etapa en la Fiorentina) y da al Milán el camino a seguir para volver a ser uno de los grandes de Europa, un camino que no debió abandonar jamás.

El United sale vivo de Anfield

El partido de anoche en Anfield puso de manifiesto el estado de los dos equipos más importatnes del fútbol inglés. Mientras el Liverpool llegaba enrachado con cuatro victorias consecutivas, el United convive con la irregularidad de manera contínua. El clásico inglés podría dejar al Manchester muy descolgado de la cabeza de la liga y además recibiendo en la siguiente jornada al Chelsea como colofón. Y los red devils salieron controlando el partido, sin mucho peligro pero sin sufrir ninguna ocasión de los de Kloop. Ander Herrera fue la sombra de Coutinho toda la primera parte y cumplió de sobra su cometido anulando al fantástico jugador brasileño.
Pero en la segunda parte Kloop movió ficha y dio entrada a Lallana liberando de la banda a Coutinho para que incidiera más por el medio, y a partir de ahí el Liverpool fue un vendaval, al que sólo detuvo De Gea con varias intervenciones estratosféricas, especial una a disparo de 30 metros de Coutinho a mano cambiada cuando todo Anfield cantaba ya el gol. El partido fue malo en general pero si alguien intentó llevárselo de verdad ese fue el Liverpool que parece que este año sí que cuenta con esa regularidad que tanto tiempo se ha echado en falta en este equipo que recordemos que pese a ser el más laureado de Inglaterra nunca ha ganado una liga en formato Premier League.

¿El fin de Fábregas?

La llegada de Conte ha revitalizado a un Chelsea que el año pasado navegó a la deriva toda la temporada. El italiano ha traido ese fútbol de presión alta y contra ataque que tan buen resultado le ha dio en la Juventus y en la selección italiana, pero con esos cambios y este nuevo esquema hay un nimbre que no esntra en sus planes, y no es otro que Cesc Fábregas. El español no ha entrado de titular en ninguna de las tres jornadas disputadas de la Premier y la pareja Matic-Kanté parece inamovible por lo que el hueco en el once para el catalán parece esfumarse. Esto unido a una mala temporada el año pasado pueden provocar que estemos viviendo las últimas horas de Cesc en el Chelsea.

La no convocatoria del media punta en la primera lista de Lopetegui tampoco ha ayudado a la confianza del jugador que se estaría planteando seriamente su futuro en la liga china, donde el nivel es precario pero el sueldo es de súper estrella. La noticia sería muy triste teniendo en cuenta la edad de Fábregas que no llega  a la treintena, pero visto lo visto y viendo cómo poco a poco se va devaluando en el mercado europeo supondría una jubilación de oro. Se perderán así los últimos grandes años de un jugador que siempre pareció prometer más de lo que realmente llegó a ser finalmente.

Sonríe Coutinho sonríe Liverpool

El pasado fin de semana comenzó la Premier League, una de las más apasionantes de los últimos años por la vuelta a la super élite competitiva de equipos como Chelsea y United, los refuerzos del City, y el proyecto ya con pretemporada de Klopp en el Liverpool. Por plantilla es más que probable que los reds no aguanten en la cabeza, pero su victoria por tres a cuatro en campo del Arsenal, con actuación soberbia del jugador con más talento de toda la Premier, invitan al optimismo. Coutinho realizó una actuación descomunal, el media punta brasileño siempre ha sido una de mis debilidades y él solito finiquitó a un Arsenal que otro año más (este año antes de lo previsto) decepciona.

El partido fue vibrante con un Liverpool con un estilo más novedoso que el que puso en práctica el año pasado con Coutinho , Firmino por y Mané como puntas para salir como flechas y hacer daño con una presión alta al rival y una movilidad constante en ataque. Aun así comenzó perdiendo el partido tras el gol de Walcott (que previamente había fallado un penalti), pero se sobrepuso gracias a una obra de arte en forma de falta lazada por Coutinho que ponía las tablas en el descuento de la primera parte (se está especializando además en goles psicológicos en estos minutos). Y ya el comienzo de la segunda parte fue un vendaval de fútbol total por parte de los de Klopp en los que Lallana, Coutinho de nuevo y Mané pusieron en clara ventaja a los del Mersey.

Pero tras la lesión de Coutinho (esperemos que no sea para mucho tiempo ya que se trata del mejor jugador de la Premier) el Arsenal se estiró un poco y ,unido a la otro año más pobre defensa del Liverpool, pudo acercarse hasta el tres cuatro final que no fue más que un espejismo de un equipo que otro año más no parece preparado para el asalto a una Premier que promete estar más cara que nunca. Y el Liverpool si mejora defensivamente y Coutinho se aleja de lesiones e irregularidades estará peleando por puestos Champions y quien sabe si por algo más.

El increíble caso de Oscar

El Chelsea comenzó la nueva temporada con una trabajada y sufrida victoria en el último minuto del partido frente al West Ham. Las buenas noticias fueron que parece que los blues han vuelto a recuperar su consistencia, la acoplación de Kanté es perfecta al equipo, y sobre todo que tanto Hazard como Diego Costa marcaron los goles de la victoria ayer. Pero si algo desentonó ayer en el equipo de Conte fue otra temporada más (y no se cuantas van ya) el brasileño Oscar. El jugador por el que apostó Mourinho en su momento, prescindiendo de jugadores como De Bruyne o Mata en favor del brasileño, no ha dado un solo motivo a la hinchada para la alegría. Desde que aterrizó no ha demostrado porqué el Chelsea apostó por él tras su grandiosa actuación en la Final de la Copa Mundial sub-20 de 2011 frente a Portugal, donde en la final anotó un hat-trick.

Desde su llegada, en la que eligió el dorsal número 11que había pertenecido hasta ese año a la leyenda del club Diddier Drogba, jamás demostró estar a la altura, pero lo curioso de su caso es que esté el entrenador que esté Oscar suele comenzar las temporadas de titular para ir diluyéndose en la suplencia a lo largo de la misma. Anoche Conte volvió a apostar por él y de nuevo obtuvo un partido más que discreto por parte del carioca, al que sólo le salva quizás que no haya ahora mismo mucha competencia en ese puesto a día de hoy, pero quizás la variante de usar a Fábregas de media punta con Hazard y Willian a los costados y Costa arriba sea la fórmula idónea de un Chelsea que espera no repetir la pésima temporada anterior y en la que Oscar parece de nuevo no estar a la altura.

El día del Pizzagate

La temporada 2002-03 será muy recordad por los hinchas del Arsenal ya que ganarían la Premier League sin perder un solo partido. Ese mismo año en su enfrentamiento contra el Manchester United en Old Trafford Ruud Van Nistelrooy desperdició un penalti en el último minuto que hubiera supuesto una derrota del Arsenal (en aquel momento era sólo la quinta jornada) y hubiera roto el récord y no se conocería a aquel equipo como los invencibles de Wenger. Pero un año más tarde y ya con el título bajo el brazo, los gunnners volvían a Old Trafford dispuestos a llevarse la victoria y a engordar así a 50 los partidos invictos del equipo. Pero Ferguson tenía otros planes, y el partido se convirtió en un vendaval de entradas duras e interrupciones del juego constantes que terminaron por desquiciar a los jugadores del norte de Londres.

Un penalti muy dudoso pitado a favor del United a 15 minutos del final y transformado por Van the Man (rearciéndose así del fallo de la temporada anterior) encaminó a la vicotiria a los red devils, victoria que cerraría un jovencísimo Wayne Rooney en el último minuto de partido. Como era previsible y con la tensión de estos duelos, el partido acabó en trifulca, una trifulca que se trasladó hasta dentro del túnel donde aconteció el esperpéntico hecho conocido como el pizzagate. En aquel momento de tensión entre jugadores y técnicos un trozo de pizza voló desde el vestuario del Arsenal y acabó impactando en la cabeza y traje de Sir Alex Ferguson (más tarde se supo que el que lanzó la pizza fue ni más ni menos que Cesc Fábregas) dejando uno de los momentos más surrealistas de la historia de la Premier, y bautizado como la batalla del buffet o el pizzagate.

El fin de Balotelli

Quién iba a decir cuando Mario Balotelli debutaba con el equipo primer equipo del Inter de Milán siendo la mayor promesa del fútbol italiano que a los 26 años iba a estar en su situación actual. Una situación en la que está entrenando con el equipo juvenil de un Lieverpool que no lo quiere ver ni en pintura, y sus dos equipos el Inter, dolido por su traición de jugar en el terreno rival, y el Milán donde estuvo dos veces y las dos veces acabó peleado con entrenador y directiva, tampoco han hecho lo más mínimo por fichar al delantero italiano. Su única opción a día de hoy es la de un Ajax de Amsterdam que aceptaría de buen agrado la llegada de una estrella como SuperMario siempre y cuando se rebajara sustancialmente el sueldo, algo por lo que no parece muy por la labor el díscolo delantero.

Su mala cabeza le ha llevado a esta situación, ya que cuando estaba en el Inter, problemas con un Mourinho, que quería hacer de él una estrella, le llevaron a los brazos del entrenador que lo hizo debutar, Roberto Mancini y su Manchester City, pero allí el nivel de locura de Mario agotó la paciencia del técnico que lo acabó apartando del equipo y vendiendo al Milán. Allí si que se vio quizás en la primera temporada al Balotelli más implicado con el equipo y viendo un pequeño atisbo del jugador que toda Italia esperaba. Pero en su segundo año volvieron los problemas y terminó traspasado al Liverpool tras la marcha de Suárez al Barcelona. Brendan Rodgers confiaba en poder sacar la mejor versión del delantero sin que floreciera su carácter, pero éste nunca se adaptó a la ciudad ni al fútbol y su participación con el equipo red fue casi testimonial tardando una barbaridad de encuentros en anotar su primer gol oficial. A mitad de esa temporada se marchó al Milán de Mihailovic al que prometió que iba a estar centrado, pero una vez más su carácter le hizo ser apartado por el entrenador y tuvo otra temporada más una participación testimonial.

Y así está ahora mismo Mario Balotelli, prácticamente ningún equipo de Europa quiere oír hablar de él, todo el mundo da por perdido un talento inmenso encerrado en un carácter intratable, en el que el carácter se ha impuesto a la calidad privando al mundo de un gran jugador. Ya su carrera es difícil que vuelva a relanzarse y lo más triste es que al jugador de origen ghanés parece no importarle.

Mercado Loco

Con el paso de los años los precios y la inflación van subiendo, pero las cifras que se están manejando este verano ya por algunos jugadores excede lo normal. Las cantidades que se van a llegar a pagar por jugadores como Pogba o Higuaín hacen que la figura de un buen director deportivo se más necesaria que nunca. La reconstrucción que está llevando a cabo el Manchester United, la fuerte inversión tras el desembarco en el City de Guardiola o el siempre agitador Bayern hacen que el mercado esté dinamitándose poco a poco. Que la Juventus vaya a vender a Pogba por una cifra cercana a los 120 millones y a su vez use prácticamente íntegro ese dinero para el fichaje de Higuaín (en torno a los 100 millones) provoca cierta sensación de locura por parte de los clubes europeos.

El nuevo contrato televisivo de la Premier (que tras su salida de Europa veremos en que queda) unido a la llegada de los magnates petrolíferos han reventado el mercado, sólo el Madrid (club más valios del mundo) y Barcelona (por la generación y trapicheos en fichajes que realiza) pueden seguir el ritmo de estas superpotencias que fichan a golpe de talonario pero sin una idea clara del objetivo que desean. Sólo así se puede explicar que el Manchester City desde la llegada del jeque allá por el 2008 siga sin ser un equipo que haya hecho nada reseñable en Champions League, superando este año por primera vez en su historia los octavos de final. Lo peor es que estas locuras no tienen visos de cambiar, los precios van a ir subiendo cada vez más y sólo subsistirán clubes con buena cartera de ojeadores y fichajes baratos y jóvenes como el caso del Dortmund, Atlético o Sevilla. Estamos quizás ante una época de cambio donde acabarán dominando equipos sin ningún tipo de historia más que desde la compra de su club por parte de un multimillonario, una lástima para la historia del fútbol.

El Dortmund lo vuelve a hacer

Como cada verano el BVB Dortmund ha tenido que afrontar la marcha de jugadores claves que fichó cuando eran desconocidos y que finalmente vende como estrellas. Este verano ha sido el turno de Hummels (Bayern), Gündoghan (City) y Mkhitaryan (United), y ha respondido con la vuelta de Göetze, y varios jóvenes promesas de futuro de las que ninguna supera los 25 de años de edad. El nombre que más resalta y que va a dar mucho que hablar este año es el de Dembelé, el jugador francés que fue pretendido por el Barcelona es una de las mejores promesas junto con Comman y Martial del fútbol francés, el que le haya seguido un poco esta temporada habrá comprobado que además el juego eléctrico y ofensivo del Dortmund le va como anillo al dedo y junto con Reus y Göetze pueden hacer verdaderos destrozos en las defensas rivales.

Parece sorprendente que se haya llevado a esta perla de tan sólo 19 años por sólo 15 millones de euros, dejando claro que el Borussia hace las cosas muy bien en el apartado de altas y bajas de jugadores. Tras la marcha de Lewandowski y Klopp parecía que el proyecto Dortmund iba a ir desapareciendo paulatinamente, pero la opción de Tüchel más estas incorporaciones y la irrupción de Weigl (uno de los medios con mayor progresión de Europa y al que ya siguen Madrid y Bayern) han vuelto a dar esperanzas a los del Signal Iduna Park, que se ven con posibilidades de hacer algo grande de nuevo a corto plazo. Me alegro por uno de los clubes que mejor fútbol hacen y que mejor gestión realiza, y que cada año suerte a Europa de nuevas joyas que nadie conocía antes.