Lo que ocurrió ayer sobre el verde del Camp Nou quedará para la historia, nunca antes se había remontado un 4-0 adverso, y lo hizo como se suelen acabar haciendo estas cosas en el último minuto y de manera épica. Mucho mérito el del Barcelona, pero también puso mucho de su parte Unai Emery, un entrenador que siempre ha fracasado en los torneos importantes y al que como siempre se ha dicho aquí le vienen grande este tipo de retos y una vez más lo demostró, y debería ser despedido fulminantemente tras fracasar en Champions y no ser capaz de tener a su equipo líder de la Ligue 1.
El partido comenzó como todo el Barcelonismo deseaba, gol rápido (con fallo estrepitoso de Trapp y la defensa) y con un PSG encerrado como si fuese un equipo pequeño, dando mucha ventaja al Barcelona, que poco a poco fue atacando hasta que al borde del descanso y tras una carambola propiciada por Iniesta logró el segundo. Y nada podía ir mejor cuando a los tres minutos de la reanudación Messi transformó un penalti torpe de Meunier sobre Neymar. El Barcelona ya acariciaba la gesta y fue cuando el PSG más peligro causó, en ese momento Luis Enrique debió meter a un lateral derecho ya que el PSG realizó infinidad de contras peligrosas, y en una falta sin aparente peligro una gran dejada en la frontal la aprovechó Cavani para en principio finiquitar la eliminatoria.
El PSG se sabía ganador y con el Barcelona tocado dispuso de dos ocasiones más que claras, y tanto Cavani como Di María desaprovecharon sendos mano a mano (en el caso de Di María precedido de claro penalti de Mascherano), y con estas se encontraba el Barcelona, claramente desgastado del esfuerzo, anímicamente tocado, y sin crear tampoco claras ocasiones, pero hubo un hombre que creyó, Neymar Jr. El brasileño se inventó una soberbia falta en el 88 para poner a los culés a dos goles de la gesta. Entonces Emery, que ya había hecho cambios ultradefensivos incluso con tres goles de renta, y todo el PSG demostró lo que es, novatos en competiciones fuertes, y tanto miedo tuvieron que en un descuento de cinco minutos recibieron dos goles (uno de penalti dudoso cierto es), que supusieron la clasificación del Barcelona y la mayor humillación jamás vista a un equipo en esta competición tras haber alardeado semanas y semanas de su resultado. Noche histórica que difícilmente se volverá a repetir y que deja al Barcelona como máximo favorito ya no sólo para la Champions sino para repetir el triplete de hace dos años.