LeBron ya con los más grandes

Con su exhibición durante estas Finales a LeBron ya se le puede considerar el mejor alero de la historia de la NBA, por encima incluso de Larry Bird. Sus números a lo largo de toda su carrera no engañan, ha ido cambiando a sus detractores en admiradores (yo el primero) con un dominio de los partidos en ambos lados de la cancha difícil de ver. Se trata de un alero de 2,06 que puede jugar en las cinco posiciones y lo que es más inverosímil todavía, puede defender a las cinco posiciones también, ninguneado para el premio a mejor defensor del año en dos ocasiones ha mejorado cada campaña en algo de su juego hasta llevarlo a unos niveles insospechados.
 
Cuando se le ve jugar y comienza una penetración todo el mundo sabe que acabará en canasta y eso es algo que sólo los más grandes consiguen, ha mejorado muchísimo su tiro de larga distancia desde que entrara con 18 años en esta competición y sus números de carrera están muy cerca de ser un triple doble. Quizás el hecho de ser tan insultantemente superior físicamente al resto hace que se le resten méritos, pero su lectura del juego, y de los momentos de los partidos es casi perfecta. Domina todas las virtudes del baloncesto, pase, tapón, rebote, penetración, tiro de larga distancia, robo, quizás el único pero que pueda tener es que no sea un asesino en ataque, pero no conozco a ningún jugador de ese estilo salvo Jordan o Bryant que siendo tan letales en ataque sean fiables en defensa, incluyendo a Curry en este segundo grupo que ha dejado que Thomson defienda a Irving durante las finales y el ha sido defendido con éxito por James en muchos momentos.
 
Ha mejorado además su acierto en los minutos finales de los partidos, algo que también le achacaban, además de no perderse prácticamente ningún partido y seguir siendo de los jugadores que más minutos juegan durante cada regular seasson. Esta victoria en las finales además borra de un plumazo su 2 de 6 que llevaba hasta entonces en las Finales y firmando así la venganza de la derrota del año pasado ante los Warriors de un Curry con el que no guarda ningún tipo de buena relación. Se lo merecía un jugador que todo lo que ha hecho desde que llegó a la NBA ha sido para mejorar y alargar una carrera que a día de hoy parece muy lejos de acabar.

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