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La clave fue Di María

Por fin más de 25 años después Argentina volvió a ganar un título. Fue la Copa América tras tres decepciones en forma de Final perdida mediante y con la Final del Mundial de Brasil también contada como derrota. Muchos palos y muchas decepciones para una de las grandes generaciones del fútbol argentino. Pero si había alguna similitud antes de esta final era con la del Mundial, Argentina llegaba tras unos penaltis en semifinales, como en 2014, la final era en Brasil, como en 2014, y no partían como favoritos. Pero la diferencia fue que el jugador clave de la selección (obviando la importancia de Messi claro está) es Di María, que no pudo disputar la Final por lesión y que hubiera cambiado seguramente el sino de esa final en la que recordemos Argentina fue muy superior a Alemania.

Di María es un jugador difícil de comparar, es técnico, rápido, habilidoso, y trabajador. Da todo lo que necesita al equipo, recuperaciones en fases defensivas, rapidez y verticalidad para salir a la contra, y aparece también en los metros finales para anotar, como en el caso de esta final que anotó un gol de clase pura. Pero el trabajo que hizo, cubriendo todas los huecos que deja defensivamente Messi y la energía que aportó le convirtieron automáticamente en el jugador fundamental del partido, por encima incluso de Messi. Y nos hizo recordar que quizás con él en el campo Argentina a lo mejor tendría la tercera estrella en el pecho.

Historia tras el himno

El 8 de Julio de 1990 se disputó la final del Mundial de Italia en el estadio Olímpico en Roma. El partido enfrentaba a Alemania Federal con Argentina en la reedición de la final del Mundial anterior en México donde los argentinos se impusieron por tres goles a dos. Esta vez la historia sería distinta ya que serían los alemanes los que se impondrían por un tanto a cero. Pero pese a significar el tercer mundial para la mannschaft, la final sería recordado por el incidente durante los himnos con Maradona de máximo protagonista.

Para ponernos en antecedentes, las semifinales para Argentina habían sido ante la anfitriona Italia, en Nápoles para más inri. Allí venció la albiceleste en los penaltis en un estadio dividido entre los napolitanos que apoyaban a Maradona y los italianos que iban con la azzurra. Tras el partido Maradona, que anotó uno de los penaltis en la tanda, se convirtió en el enemigo número uno para toda Italia. De ahí que en la Final, con el estadio lleno de italianos locales, fuera silbado y abucheado todo el himno de Argentina.

Como consecuencia de aquello, y con las cámaras grabando como suele ser habitual uno a uno a los componentes del combinado nacional, al llegar a Maradona que era el último integrante al ser el capitán, se le vio exaltado y lanzando todo tipo de improperios hacia todo el público de manera muy vehemente. Una imagen icónica y bochornosa que escenificó a la perfección el fin del ciclo de Maradona en el país transalpino donde ya no volvió a levantar cabeza y fue más protagonista por los juicios extra deportivos que por pisar el campo donde fue sancionado.

Un genio devorado por su figura

Diego Armando Maradona falleció ayer a causa de un paro cardíaco. Una noticia que no por esperada deja de ser sorprendente y triste. Se va uno de los mejores jugadores de la historia (sino el mejor) con la sensación de que su figura fuera del campo, especialmente después de su retirada, ha empañado su brillante carrera futbolísitica. Desde su debut con Argentinos Juniors con tan sólo quince años ya apuntaba maneras de ser un grande. Tras fichar por Boca y ganar todo lo posible en sudamérica se marchó como un mito de la Bombonera rumbo a Barcelona como el fichaje más caro de la historia. Allí en Barcelona pese a dejar buenas actuaciones, quedó la impresión de que el equipo se quedó corto en los logros, las lesiones (con la mítica entrada de Goikoetxea) y sus aireos nocturnos con la figura de Julio Alberto (al que se le atribuye la iniciación en las drogas el pelusa) hicieron que el club condal dejara ir al Nápoles a un jugador al que no acabaron de comprender.

En Nápoles confluyó su figura a mito. Allí, fue el primer jugador que llenó un estadio entero sólo en su presentación, cambió la dinámica de toda la serie A, siempre los equipos poderosos eran los norteños (Juve, Milán e Inter), y fue capaz de conquistarla en dos ocasiones (las dos únicas de la historia de los partenopeos). También ganó una Copa de la UEFA (cuando la disputaban segundos equipos de las ligas, teniendo mucho más valor que el actual trofeo), y fue capaz de llevar a su selección a la cima en el Mundial del 86 en México, pero empezó a verse al Maradona más puro. Se relacionó con la mafia, con la familia Giuliano, que le proveía de todo tipo de necesidades que tuviera (mujeres, drogas, coches…) y llegó su momento de máxima tensión. El partido de semifinales de Italia 90 entre Italia y Argentina. Los organismos italianos no estuvieron hábiles y designaron jugar ese partido en San Paolo (la casa del Nápoles) donde Maradona era un dios para ellos, en aquel partido toda Italia estaba dividida, Napolitanos contra el resto en un partido de máxima tensión que se resolvió en los penaltis con gol de Maradona en la tanda incluido. A partir de eso Diego se convirtió en el objetivo número 1.

Aunque los gritos, los abucheos y los titulares comparándole con el mismísimo diablo hacían el ruido, por debajo, los italianos estaban gestando la verdadera venganza. De pronto, Diego Maradona fue objetivo de la policía y de los servicios de inteligencia que lo cazaron en comprometidas conversaciones telefónicas sobre drogas y prostitutas con la Camorra. La paradoja es que la relación entre Maradona y los Giuliano causó también un problema para la Camorra, a la que no le gustaba operar bajo la mirada de todo el mundo. Empezaron a sentir el aliento de los investigadores en la nuca y por eso lo dejaron solo. Maradona fue a juicio por tráfico de drogas y fue declarado culpable por la Fiscalía. Aunque pagó la multa y saldó su deuda con la justicia, no ocurrió lo mismo con el orgullo de los ultras napolitanos, que también consiguieron que le sancionasen dos años por dar positivo en una prueba de dopaje.

Tras esto ya jamás se recuperaría, su fichaje por el Sevilla donde ya se le vio que no era el jugador que recordábamos, los excesos realizados por el jugador que llegó a reconocer tiempo después en declaraciones Fútbol de jueves a domingo y coca de lunes a miércoles, se habían llevado a por delante al futbolista. Su último servicio fue en el Mundial de Estados Unidos donde tras dos partidos dio positivo y fue excluido del torneo. Un final previsibl y triste tras sus últimos años vividos y que se acrecentaron para peor con el paso de los años. Las imágenes de un Maradona ebrio hasta no poder caminar, en estadios y eventos han dejado un poso que empañan un jugador que pudo tenerlo todo, pero que tomó muchas decisiones erróneas a lo largo de su carrera. También esas decisiones han engrandecido una carrera que ha pasado ya desde ayer de leyenda a mito. Y mientras Argentina y Nápoles lo llorarán eternamente.

Sangre sudor y lágrimas

Alivio es lo que supuso el pitido final para Argentina, tras ponerse por delante tan sólo a falta de cinco minutos para la conclusión. El partido que realizó el equipo fue flojísimo, con unos buenos veinte primeros minutos, un decente final de primera mitad y una bochornosa segunda parte, donde en absoluto mereció el pase a los octavos del Mundial. No supo administrar un partido que tenía controlado absolutamente y a punto estuvo de quedarse con todo merecimiento fuera del Mundial.

Messi también tiene parte de culpa, ya que pese a anotar un gran gol, su segunda parte fue la de un jugador falto de carácter, de alma y ambición por seguir en el Mundial. En ningún momento se echa el equipo sobre su espalda o lo lidera con el ejemplo del sacrificio, sino que cuando peor están las cosas más desanimado y apático se vuelve el 10, algo muy preocupante ya que con esta selección va a tener más momentos malos que buenos.

Mascherano, quizás el jugador argentino más fiable de los últimos años, está cuajando sus peores partidos al frente de la selección, con pérdidas de balón absurda o penaltis sin sentido como el de ayer. No está siendo el medio que llega a todo y da seguridad a todo el frente de ataque, además de verse superado por Musa con facilidad cada vez que el africano le encaró durante el partido. Aún con todo Argentina pasó y prolongó lo que todo indica que será una agonía para el próximo partido ante una Francia que sin dar muestras de gran consistencia sabe que a esta Argentina con muy poco se la hace mucho daño, y que muy probablemente se autodestruya ella misma.

Messi no lo intenta

Argentina vivió anoche un batacazo histórico al perder ante Croacia y dejar su futuro en el Mundial dependiendo del Nigeria Islandia. La derrota ante Croacia no es ninguna sorpresa, lo que si es una sorpresa es la manera en la que se ha producido y con la contundencia con la que se ha dado. Nadie esperaba que la albiceleste diese esa pésima imagen con un Messi que se evidenció lo mal rodeado que estaba, pero que también dejó claro que Leo Messi no está preparado para ser el líder que necesita Argentina.

Messi dio durante el partido menos pases que su propio portero Caballero, un dato que deja en evidencia y sin defensa a un jugador que ni siquiera lo intentó ante Modric y compañía. Entre este partido y el anterior ante Islandia (en el que falló un penalti que hubiese dado la victoria a su selección) la actitud y el fútbol que ha desplegado Mesi es impropio de él. Ni la justificación de que no está bien rodeado puede exculpara sus dos actuaciones cuando estaba deseando a priori que comenzase esta Copa del Mundo que puede ser su última al máximo nivel.

Ahora sólo le queda rezar para que Nigeria gane a Islandia y los de Sampaoli puedan depender de sí mismos casi en la última jornada. El único problema será el polvorín que pueda dejar en el equipo esta dura derrota, en la que ya jugadores como Agüero dejaron claro con sus declaraciones contra Sampaoli que el ambiente en el equipo está muy tenso y así es difícil que exista química en el equipo.

Comienza la era Sampaoli

A estas horas se está jugando en Melbourne el primer partido de Jorge Sampaoli como seleccionador argentino. No es todavía partido oficial, pero es un partido ante Brasil por lo que la importancia al tratarse del clásico del sur de América es máxima. Su primer once está lleno de intenciones y deja ver que de funcionar Argentina será de nuevo un rival peligrosísimo con mucha dinamita arriba y una gran solidez atrás.

Su primer once junta a Messi, Dybala, Di María e Higuaín, pura dinamita arriba con muchísima movilidad y sobre todo gol, algo de lo que lleva adoleciendo la albiceleste desde hace mucho tiempo, combiandos con una defensa de cinco con tres centrales que tan buen éxito dio al técnico en el Sevilla. Los mandos del equipo estarán para Biglia que aportará la lucha y Banega que aportará la clase y servirá de balones a los cuatro atacantes.

Es una gran apuesta y puede sacar la mejor versión de Messi con Argentina por fin, y volver a encauzar al equipo en la clasificación para el Mundial de Rusia donde hasta ahora llevan un papel más que discreto. Comienza la era Sampaoli en Argentina con mucha ilusión y sobre todo con gran expectación ya que puede por fin volver a verse una gran versión de Argentina y de Messi que es el objetivo principal del nuevo técnico albiceleste.

¿Argentina y Messi sin mundial?

Empieza a ser más factible la posibilidad de que el mundial de Rusia 2018 no cuente con la figura de Leo Messi ni Argentina. Ayer, en un partido clave (jugaba contra Bolivia que estaba ya eliminada y es la segunda peor selección de la fase de clasificación) y con el 10 sancionado, volvió a perder y a mostrar su peor cara. Y cae de nuevo a los puestos de repesca que no dan acceso directo al Mundial.

Pero lo grave es que quedan tres partido sin Messi de los cuatro jornadas que quedan y su siguiente partido es frente a Uruguay, que perdió ayer además, y que jugará en casa ante la albiceleste. Los números de Argentina son muy delatadores, 15 de 18 posibles con el 10 y 7 de 24 sin él. Es increíble la dependencia que tiene esta selección de un jugador al que siempre se la ha acusado de ser un jugador frío y menor. Es muy probable que todos los que le han estado acusando tengan que ver el mundial desde su sofá porque Messi no juegue unos partidos con su selección.

Lo cierto es que un Mundial sin Messi sería una lástima, el mejor jugador del mundo debe estar en el evento de fútbol más importante a nivel de selecciones. Pero para ello sus compañeros se deben poner las pilas, dejar de escudar su pésimo rendimiento con la selección en Messi y dar un paso adelante si no quieren generar un drama nacional como no lo ha habido en mucho tiempo en Argentina, donde el fútbol es sagrado pero incomprensiblemente Messi no.

A encomendarse otra vez a Messi

El nombre de Leo Messi en Argentina provoca veneración e ira a partes iguales. Los seguidores albicelestes tienen a la pulga como foco de sus iras cuando pierde su selección y una veneración exaltada cuando ganan. Tanto cambio de opinión y tanta crítica centrada en su figura le llevó a anunciar su retiro de la selección, pero entonces todo el país, consciente de lo que eso significaba, realizó una petición popular para la vuelta de Messi viendo además las necesidades de la selección en esta fase de clasificación.
 
Y de nuevo, con Argentina fuera de el mundial de Rusia ahora mismo, se encomiendan a Messi ante la difícil visita de una Chile que ha ganado las dos últimas finales de la Copa América a la albiceleste, por penaltis ambas, y que tantos disgustos ha traído a Messi. Los argentinos saben de la dificultad e importancia del partido y ven en Messi a su única esperanza, pero una derrota podría volver a centrar las iras en el jugador del Barcelona y volver a empezar con la historia de siempre. El ambiente en la selección no es el mejor, las críticas a muchos jugadores por su bajo rendimiento con el combinado nacional, caso de Agüero y Di María especialmente, han provocado que los jugadores ya no hablen más con la prensa nacional, y más tras las acusaciones de fumar marihuana que se vertieron sobre Lavezzi.
 
Y a todo esto la clasificación para el Mundial está difícil pero no imposible, una victoria esta noche ante Chile puede ser el impulso que necesita este país para volver a sentirse fuerte y dejar atrás críticas, disputas y malas sensaciones. Y para ello Messi tiene que volver a tirar del carro, pese a que quizás el país no se lo merezca, y todo para que si hoy  no se gana se vulvas a criticar su figura como si fuera un pecho frío o un mal jugador, algo inexplicable lo de ese país llamado Argentina.

¿De quien es el verdadero problema de Argentina?

La derrota ante Brasil en el clasificatorio para el mundial de Rusia fue muy dura y deja muy tocada a la selección de Argentina que se jugaba mucho ante el eterno rival y salió vapuleada del partido. Pero lo que más me llamó la atención fue que tras el partido se hicieron encuestas entre los aficionados sobre quiénes eran los verdaderos culpables de la situación actual de la albiceleste y los datos dejaban que sólo el 13% creían que la culpa la tenía la AFA (el 60% los jugadores y el 27 Bauza).
Algo inhaudito debido a la situación que vive el mayor organismo del fútbol argentino, donde no tienen dinero prácticamente ni para tomar los aviones para los partido de su selección (jugadores se pagan muchas veces de su bolsillo todos los desplazamientos), y los retrasos en los vuelos son el pan de cada día para el conjunto de Bauza. La situación es precaria y el público sigue obcecado en que el problema es Messi y los que denomina sus amigos, entre los que destacan a Di María y Agüero, de los que dicen que no deberían volver a vestir la zamarra de Argentina, pero que me digan quién hay mejor que ellos (salvo Dybala ausente por lesión de esta convocatoria claro está).
El rendimiento de sus jugadores está claro que puede ser mejor, el seleccionador teniendo el nivel de los que tienen por Europa (Simeone, Bielsa, Sampaoli,…) no puede ser del nivel de un Bauza del que no se aprecia el más mínimo sello personal en el juego del equipo ni en los planteamientos. Todavía están a tiempo de cambiar las cosas, pero el siguiente partido es frente a la peligrosa Colombia y en casa, hecho que a día de hoy en Argentina y tal y como está el ambiente no se sabe si es un punto a favor o en contra. Lo cierto es que a día de hoy están fuera del mundial, tienen en su mano clasificarse pero la situación debe cambiar mucho desde la AFA hasta los jugadores o mucho me temo que veremos uno de los mayores descalabros de la selección argentina en mucho tiempo.

Argentina nunca es feliz

La derrota de Argentina frente a Paraguay por un tanto a cero ha traído un terremoto de críticas en el país albiceleste. Las críticas por increíble que parezca vuelven a ser para Messi, al que acusan de hacer las convocatorias en función de sus amigos. Después de suplicar el país entero la vuelta a la selección y de forzar hasta romperse por jugar con Argentina, ya le llovieron las primeras críticas, y ahora con el astro lesionado se le critica también de la derrota.

Se dice que sólo juegan en el equipo los amigos de Messi, Agüero i Di María son el máximo exponente de las acusaciones, pero no creo que haya ningún jugador argentino (salvo Dybala) con mayor calidad que ambos a día de hoy. Del Kun se critica su falta de gol (falló un penalti y un mano a mano durante el partido) y del fideo su poco compromiso y su baja forma. Y por supuesto el culpable de eso también es Messi, un Messi con el que Argentina gana partidos y que sin él está fuera de la repesca para el Mundial de Rusia.

Argentina no aprende de sus errores, tras perder la final del Mundial y dos Copa América consecutivas (tres de las últimas cuatro), se sigue criticando y cargando de presión a unos jugadores que no acaban de rendir bien con el combinado nacional, bien por presión popular, bien por falta de algún gran técnico al frente de la selección o bien por la grave crisis que está atravesando la AFA. El caso es que a Messi no creo que le haya hecho mucha gracia que su nombre vuelva a estar asociado a la polémica y más sin siquiera haber participado en el partido, Argentina es todo corazón pero sigue sinedo un país que no sabe realmente lo que quiere ni a quién quiere.