La pretemporada llega ya a su fin y comienzan los grandes partidos y el de este miércoles entre Real Madrid y Atlético es uno de los platos fuertes de la temporada. El ganador de la Champions y el ganador de la Europa League se la juegan en un estadio ridículo elegido por una UEFA que debería dar explicaciones por tal designación que hace imposible disfrutar al máximo de este espectáculo y priva a los clubes de su bien más preciado: el apoyo de su público.
Pese a todas las complicaciones de la sede ambos equipos llegan con sensaciones contradictorias, el Madrid tras el palo que supuso la marcha de Cristiano rumbo a la Juve y no haber realizado fichajes de renombre, se sobrepuso a su primera derrota ante el Manchester United y ha ganado sus últimos tres encuentros amistosos con buenas sensaciones y el optimismo impera su expedición. El Atlético por su partía ha formado la mejor plantilla de su historia pero las lesiones y la tardía incorporación de sus internacionales no le han permitido brillar tanto como le hubiese gustado a su técnico Simeone que apenas ha podido contar con Griezmann Costa y Lucas en el equipo.
Será una buena ocasión para ver en partido oficial al fichaje más caro de la historia del Altético, Thomas Lemar, que ha dejado buenos detalles en lo poco que se le ha podido ver. En el Madrid el morbo estará en la portería ya que el fichaje de Courtois y sus posteriores declaraciones han escocido en la parroquia colchonera y su rivalidad con Keylor Navas por el puesto de titular también será la comidilla de cada fin de semana para Julen Lopetegui a lo largo de la temporada, y este partido puede ser el indicativo de su hoja de ruta.