El Barcelona perdió el sábado el clásico ante el Real Madrid con la sensación de que desde que e adelantó el Reaal Madrid con el tanto de Ramos de penalti no había capacidad de reacción. Ese es el gran mal del equipo blaugrana en los últimos años, que a parte de jugadores faltan líderes en el campo que en las malas aguanten al equipo y no permitan que se hunda. La imagen de Messi y sus sensaciones tras el gol es de resignación y abatimiento. Ese es el mensaje que el capitán transmite al resto del equipo y de que todos se contagian.
Ese carácter que tanto le hace falta a este equipo hubiera cortado las bochornosas derrotas de Roma y Liverpool, y la actitud con el resultado en contra del equipo sería siempre distinto. Messi es el mejor jugador de la historia en mi opinión, lo que le he visto hacer sólo está a su alcance, pero su implicación y carácter le han privado de entrar en ese elenco de elegidos en los que su proclamación como unánime es unánime por todos. Cuando el resultado es adverso no sabe sacar lo mejor de sí, y eso es algo muy necesario para su equipo.
Este año además se une su intento de marcha frustrada, en la que otra vez dio muestra de su flojo carácter al no hacer declaraciones abiertamente o tener charla con el presidente cara a cara, sólo a través de un burofax y luego tras una charla entre el presidente y su padre al ver que no había posibilidad alguna de su salida realizó un paripé de entrevista para calmar los ánimos de la afición. Creo que no fue el peor del partido ni mucho menos, pero estamos ante un jugador que porta el brazalete y debe ser el que cambien la dinámica de los partidos, y con su actitud está muy lejos de ello. El años es muy largo y con Messi de capitán parece que los éxitos no están asegurados.