El Lverpool tratará de defender la amplia renta que sacó de Anfield al ganar por 3-0 al City de Guardiola tras una primera parte excelsa. Pero aún así, el City, no se da por vencido e intentará dar la vuelta a la eliminatoria y empezar a escribir así alguna página histótrica en la Champions, competición en la que salvo las semifinales de 2016 (donde no dieron la talla en ningún momento de la eliminatoria) no han realizado nada reseñable.
Pero esta situación no es nueva para Klopp, que ya vivió algo parecido en 2013 cuando, con el Dortmund al mando, le metió 4-1 al Real Madrid en el Signal Iduna Park y le tocó venir al Santiago Bernabéu a sobrevivir al vendaval blanco. El partido se saldó con una insuficiente victoria blanca por 2-0 (los dos goles llegaron muy al final del partido) que daba el acceso a Klopp a la final de la Champions.
Por tanto sabe lo que le espera, ni el City es el Madrid, ni el Etihad es el Bernabéu, pero tras la derrota de la ida y la decepción de la derrota en el derbi el sábado ante el United que le privó de celebrar ante su afición el título de Premier League, el City es un equipo herido y saldrá con todo desde el comienzo. Guardiola debe plantear un partido loco casi suicida y procurar minimizar las contras del Liverpool (que es su especialidad) ya que un gol red le obligaría a meter cinco a los sky blues para clasificarse. Klopp consciente de eso jugará con ese factor, ya con Salah recuperado y con Mané y Firmino dosificados el sábado ante el Everton, sabe que muy difícilmente se quedará con la puerta a cero. Preciosa la vuelta en las islas.