La temporada de los Philadelphia Sixers este año por fin está siendo buena. Después de muchos años arrastrándose por la liga tienen por fin balance positivo, y las expectativas en torno al futuro del equipo son elevadísimas. La explosión definitiva de Embiid, al que si las lesiones le respetan es uno de los mejores interiores a día de hoy de la liga, le ha convertido en el principal foco de atención de los medios, pero la verdadera explosión del equipo de Pensylvania tiene nombre y apellidos: Ben Simmons.
El alero, que se perdió todo el año pasado por una grave lesión, ha dejado claro por qué fue número 1 del pasado draft. Su capacidad ofensiva y defensiva se define por sí sola en el último partido ante los Warriors. En ataque era defendido por Draymond Green y en defensa se encargaba de defender a Stephen Curry. Un dato demoledor que define las capacidades de un jugador con capacidad ilimitada para dominar la NBA en muy poco tiempo. Y está rodeado en uno de los mejores entornos posibles para crecer.
Simmons además ha asumido galones desde el primer día siendo el jugador que más rápido consigue un triple doble en un partido de la NBA. Lo hizo en su segundo partido como profesional en la liga. No por nada ya desde su etapa en la NCAA le comparaban con LeBron por su polivalencia y lectura del juego, palabras mayores que Simmons está haciendo que no parezcan un sacrilegio. Veremos cuando le llegue el famoso periodo de bajón en las estadísticas, pero pinta muy bien el rookie de los Sixers.
46/15/7/7. No, no es la combinación de ninguna caja fuerte ni ningún código oculto. Son las estadísticas de Joel Embiid anoche ante los Lakers en lo que se está considerando el partido más completo en la historia de la NBA. Y todo en tan sólo 36 minutos en una nueva exhibición del gigante de los Sixers tras tres años de calvarios por lesiones. Aún así, el pívot sigue afirmando que está al 69% de sus posibilidades todavía, ya que tiene que ir con cuidado por las posibles recaídas de sus maltrechas rodillas.
Los Sixers por fin parecen un equipo competitivo tras años de tankin bochornosos y decepciones constantes. Pero sus picks del draft están dando el resultado esperado y tanto Embiid como Simmons (que también se pasó su primer año en blanco por lesión) están haciendo soñar a los aficionados Sixer con un futuro brillante y un presente competitivo, algo que adolecían desde hace más de un lustro. Mucho tiempo para un equipo que desde la marcha de Iverson no ha vuelto a ser competitivo de verdad.
El trust the process está más vivo que nunca, y ya ha dejado de ser una moda para ser una realidad en la liga. Si las rodillas de Embiid aguantan y Simmons sigue con este nivel de juego entrarán en playoffs e irán quemando las etapas necesarias para convertirse en un equipo aspirante a todo en muy poco tiempo. Pero hasta entonces nos quedará disfrutar delas exhibiciones y animaladas de un Embiid que a día de hoy parece absolutamente imparable.
El nombre de Ben Simmons empieza a sonar fuerte el el panorama NBA. De él se dice que es el más firme candidato a ser número 1 del próximo draft. Se trata de un alero con capacidad de jugad también de cuatro con mucha movilidad y grandes movimientos al poste.
De origen Australiano creció en Newcastle por motivos de trabajo de su padre pero volvió a los diez años a su Melbourne natal para hacerse un nombre en el panorama baloncestístico, fue partícipe de la plata cosechada por su país en el campeonato mundial sub 17, empezando a hacerse ya un nombre y consiguiendo que universidades americanas se fijaran en este prometedor jugador. Finalmente se decidió por la Universidad Estatal de Luisiana donde está desplegando un magnífico baloncesto que ha sorprendido a la mayoría de los scouters y que ya le dan como la mayor promesa de su generación. Los Lakers con uno de los peores balances de toda la liga están deseoso de contar con sus servicios y sueñas con ese pick número uno para formar un dúo Russel-Simmons que les devuelva a la élite de la liga. De momento falta que Simmons demuestre todas estas buenas vibraciones en la march madness de la NCAA donde realmente se cierran las elecciones del draft por parte de los scouters.
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