El partido de ida de ayer se presentaba como una buena oportunidad del Sevilla para mostrar a su público su nuevo estilo. Y durante la primera parte se vio lo que Sampaoli quiere, presión muy fuerte, todos implicados en recuperar y en cuanto se pueda salir hacia la portería contraria con todo. Y el hombre perfecto para ese fútbol y que va a crecer mucho con el técnico argentino es Vitolo, un portento físico que defiende y ataca por igual y que es un martirio por banda para cualquier defensa.
El Sevilla comenzó bien el partido, amén de una parada en los primeros minutos de Sergio Rico a Suárez que hubiese cambiado el devenir del partido, supo defender al Barcelona y con Mariano y Franco Vázquez llegar bien a línea de fondo. Lástima que Vietto desentone tanto en este equipo que en cuanto encuentre a ese delantero que le de lo que necesita va a ser muy peligroso.
Pero la segunda parte fue muy distinta y el Sevilla acusó el desgaste del partido del martes en Noruega y la fuerte presión que realizó en la primera parte, a partir de ahí el centro del campo del Barcelona mucho mas cómodo con espacio comenzó a generar más y así llegaron los dos goles que pudieron ser más. La buena noticia para el Sevilla fue que aunque el título está prácticamente perdido la temporada acaba de comenzar y que si coge rápido el tono físico va a ser de nuevo un Sevilla difícil de batir.