Mal partido el de anoche para el Atlético. Falló cuando nunca suele hacerlo, y además de una manera extraña y poco habitual. No fue ese equipo intenso que nos tiene acostumbrados, fue superado por el escenario y tiró por la borda una eliminatoria a doble partido que se preveía más igualada. Simeone tampoco estuvo acertado con los cambios y su equipo se marchó del Bernabéu sin haber probado a Keylor Navas en todo el partido. Un bagaje muy pobre para un equipo que pretende alzarse con el trofeo.
El parche de Lucas en la banda además no resultó, el canterano cumplió como buenamente pudo pero se vio muy superado cada vez que lo encararon. Y lo poco que generó de ataque vino de las botas de Carrasco y Griezmann, que están muy solos en ataque sin un nueve de primer nivel. Lo de el delantero en el Atlético comienza a ser preocupante ya que son tres años sin encontrar a uno de garantías. Este año era el año de haber apostado por Diego Costa y no lo hicieron, conformándose con un Gameiro que para nada era petición de Simeone y el resultado a la vista está.
La eliminatoria está sentenciada, por mucho que los jugadores o entrenador crean en el milagro, no les queda otra, pero está claro que otro año más el Atlético va a ser eliminado por el Real Madrid. Un equipo que tiene tomada la medida a los de Simeone, que jueguen bien o mal pierden una y otra vez ante este equipo. La temporada del Atlético de todas maneras ha sido muy buena, caer en Semifinales de la Champions es un buen logro, pero el sabor de cómo se ha producido esta eliminación es lo que empaña otro buen torneo del Atlético.