Curry hace historia

Stephen Curry batió ayer el récord de triples anotados en un solo partido con trece, una cifra espectacular pero que todo el mundo esperaba más tarde o más temprano que sucediese con el pequeño base. El de Akron ha conseguido que sus cifras escandalosas en la linea de siete metros ya casi se asuman como naturales y no sorprenda que lleve tres años consecutivos batiendo la marca de más triples anotados en una temporada, marca que se supera a sí mismo año tras año claro está.

Lo que más mérito tiene del récord de Curry es que lo ha hecho tras el 0/10 que tuvo ante los Lakers, y lo que mejor habla del 30 de los Warriors es que sorprende más el partido en el que su casillero se queda a cero en triples que el hecho de que bata el récord de triples en un partido. Así es Curry, un jugador que ha hecho de la línea de tres su territorio y al que la NBA empieza a buscar maneras de dificultar esa suerte (se habla de que Adam Silver quiere alejar la línea de tres puntos o incluso instaurar el tiro de cuatro puntos).

Pero este récord no serviría de nada si no se hubiese conseguido la victoria, y los Warriors ganaron ayer a unos Pelicans que siguen sin levantar cabeza 0-7 en un flojo partido de ambos, que no maquilla que estos Warriors están lejos de su mejor versión y que de momento la calidad individual de la plantilla está consiguiendo victorias en fase regular, pero la falta de química todavía es evidente y es algo que con el paso de los partidos se irá adquiriendo y volverán a ser ese equipo que mueve tanto el balón hasta encontrar al tirador mejor situado, que en su caso podría ser cualquier jugador del quinteto prácticamente. Pero hasta que llegue ese día Curry sigue realizando noches de escándalo.

El Sevilla aguantó lo que aguantó el físico

El partido de ayer fue una obra de arte, la primera parte del Sevilla fue sublime, fue una apisonadora que tuvo al Barcelona contra las cuerdas en varias ocasiones y que se pudo ir al descanso con una renta de al menos dos goles y terminó empatando al borde del descanso merced a una obra de arte de nuevo de Messi. De no ser por ese gol sobre la bocina del descanso el partido hubiese cambiado mucho, el despliegue de los hispalenses fue enorme y verse a los vestuarios empatados a goles les hizo perder un poco la fe.

Aun así lo intentó al comienzo de la segunda pero ya el Barcelona se había hecho dueño del partido gracias a un Messi omnipresente que comenzó a repartir asistencias a todo el compañero que se desmarcara, Suárez anotó el segundo gol pero tuvo varias ocasiones clarísimas de gol que desaprovechó al igual que un Neymar que comenzó la segunda parte muy activo pero que fue desapareciendo poco a poco a medida que avanzaba el crono. Por su parte el Sevilla acusó el desgaste de la primera parte sin recompensa ya que acorraló al Barcelona no le concedió ni media ocasión y aun así iban empate (está claro que a Messi no se le puede dejar ni media ocasión).

Sampaoli planteó una encerrona perfecta que sólo un hombre pudo desatascar, pero está claro que con partidos así el Sevilla va a ser un rival temible y muy difícil de ganar, un equipo que presiona arriba sin descanso y que sabe salir rápido con la pelota para hacer daño cuando el rival está descolocado. Mucho mérito haber tenido al Barcelona 45 minutos contra las cuerdas y haber intentado un arreón final donde pudo haber penalti de Umtiti sobre Correa en la última jugada.

El desplome de Pochetino

La temporada pasada Mauricio Pochetino fue el único que aguantó el pulso en la Premier al sorprendente Leicester durante todo el año, y se preveía que este año fuese un buen año para los de White Hurt Lane. En la Premier fueron el primer equipo en derrotar al Manchester City de Guardiola y se afianzaban en los puestos de arriba de la tabla, pero llegó la Champions (hay que resaltar que tuvieron mucha fortuna en su grupo ya que se trataba de uno de los más asequibles) y llegó el descalabro.

No han sido capaces de ganar ningún partido como local todavía ante rivales como Leverkusen o Mónaco, que a priori son más inferiores que los Spurs. Es raro ya que si de algo se caracterizó el equipo de Pochetino es de fiabilidad en casa y de ser un equipo muy difícil de hacer un gol. Pese a todo está a dos puntos del segundo puesto que le arrebató el Leverkusen con su victoria a domicilio pero no deja de llamar la atención este dato.

Esta mala actuación como local hace que se tenga que jugar el todo por el todo en el Luis II de Mónaco para tener serias opciones finales. Es cierto que la baja de Harry Kane ha hecho mucho daño pero aún así no debería de ser excusa para que un equipo del potencial y presupuesto del Tottenham quedara fuera en un grupo tan asequible para el pase a octavos de la competición más importante del fútbol europeo.

Davis no significa victoria

La temporada ha comenzado para Anthony Davis como casi siempre, dominando la pintura en todos los partidos y siendo prácticamente imparable para cualquier defensa, pero a la hora de sumar victorias al casillero Pelican todavía no ha conseguido ninguna. El balance de 0-5 es desolador y augura otro año más sin playoffs para un jugador que debería jugarlos cada año. El equipo que le rodea no le ayuda a conseguir el objetivo y no parece que vaya a cambiar esta tendencia.

Davis renovó el año pasado con el equipo firmando el mayor contrato hecho jamás a un jugador de baloncesto, pero los malos resultados globales del equipo y un mal inicio como el de este año volvieron a provocar que se quedara sin playoffs y por culpa de lesiones sin disputar el All Star ni participar en las olimpiadas con el combinado nacional. Su rendimiento individual es intachable pero si no consigue victorias para su equipo con sus actuaciones puede acabar ganándose una etiqueta que no se merece.

Todavía está a tiempo, la conferencia oeste no es la más indicada para tener que realizar remontadas pero si Davis mantiene el nivel y el resto de la plantilla da un paso adelante esta situación puede cambiar facilmente (ahora mismo tanto Jazz como Kings esarían clasificados para playoffs) y ayudar así a Davis a aspirar al MVP que tarde o temprano debería ganar si mantiene este nivel (tiene el mejor PER de la liga desde hace dos años) y comenzar a ser unos fijos en unos playoffs que no deben perderse más mientras Davis esté en la plantilla.

Bajón de Busquets

La temporada de Sergio Busquets está siendo más que discreta, un jugador que nos tiene acostumbrados a no cometer ningún error pese a jugar en una de la posición más delicada del campo (y más en un equipo como el Barcelona), está realizando partidos en los que está irreconocible, no da la seguridad necesaria al equipo y sus fallos están costando muy caros para el Barcelona. Sus malas actuaciones han venido acompañadas de las peores derrotas de los blaugrana esta temporada frente al Alavés en casa, en Vigo y en Manchester, demostrando la importancia que tiene en el equipo.

Y esta situación no es nueva, ya el año pasado su bajón fue notable, pero fue debido a que arrastró una lesión de pubis a lo largo de todo el año de la que no terminaba de recuperarse. Pero este año y tras la Eurocopa (en la que hizo las maletas tras la derrota de octavos frente a Italia) se esperaba que recuperara su mejor versión. Luis Enrique es consciente de esta situación pero ningún jugador de su plantilla le da la confianza de Busquets a día de hoy, y eso hace que casi no pueda darle descanso.

Las salidas de balón desde el portero le costaron el partido de Vigo, el de Manchester y el del Alavés, y todo porque el jugador que siempre corrige todos los errores y da la mejor salida del balón no está al cien por cien, y ese talón de aquiles lo está arrastrando el Barcelona desde la campaña pasada. Tanto buscar fichajes de reserva para el tridente o pagar cantidades desorbitadas por jugadores innecesarios como André Gomes y siguen sin tener un jugador de recambio para una pieza indispensable. O recupera Busquets pronto su mejor versión o el Barcelona va a sufrir mucho en los partidos que le presionen muy arriba.

Ridículo de la federación

El botellazo lanzado en Mestalla contra los jugadores el Barcelona está trayendo mucha cola y muchas declaraciones. La peor y más sangrante es la de Tebas, en la que acusa de teatreros y de fingir a los jugadores en vez de condenar el acto del lanzamiento de la botella. Es otra declaración más que corrobora lo inepto que es Tebas al frente de la LFP. El presidente de la liga debería proteger más a los activos que le dan de comer que son los jugadores en vez de criticarlos, y no abusar de ellos y colocar los horarios a su antojo en función de quién pague sin tener en cuenta necesidades o competiciones internacionales. Pero ese es otro tema del que se podría hablar y mucho.
 
Que los jugadores del Barcelona exageraron la situación, de acuerdo, pero eso no es excusa para desvirtuar una acción que el propio Valencia ya se ha encargado de censurar con la expulsión de por vida del aficionado. También es cierto que antes del botellazo Neymar se dirigió a la grada de forma provocativa, pero eso no es excusa para el lanzamiento de botella, y es algo que el Barcelona debería condenar. El club catalán está dolido con Tebas y la prensa por cómo se ha tratado el tema, y estoy de acuerdo con ello, pero tampoco les he visto condenar la actitud de un Neymar que sin su provocación quizá no se hubiese producido ningún botellazo.
 
Dejando a un lado si el arbitraje fue justo o si se favoreció a uno o a otro, lo que está claro es que esto sigue siendo deporte, y que los periódicos con sus campañas subjetivas empañan lo que es la esencia de este deporte, el fútbol unido a la polémica. No se puede condenar lo que hacen los clubes rivales y no mirarse al espejo y hasta que no comprendamos eso seguiremos en esta absurda encrucijada donde tan de moda se ha puesto el exaltar a tu equipo y defenderlo usando la violencia si hace falta.

Emery chirría

Estaba claro que la andadura de Unay Emery en el PSG no iba a ser buena, se trataba de un equipo demasiado grande para el técnico vasco, más acostumbrado a equipos más modestos donde puede desplegar todas sus excentricidades sin problemas. Pero lo que se ha encontrado en el PSG es a varias super estrellas que no casan con sus métodos y que poco a poco se van revelando mientras el PSG no cosecha los resultados deseados, ya que va tercero en la floja League 1, y en su grupo de Champions va empatado con el Arsenal en cabeza.
 
Primero tuvo problemas con el fichaje estrella del verano, el díscolo Ben Arfa, cal que ha tenido varias jornadas apartado del equipo por no casar con sus métodos, el siguiente fue un Jesé que parece ya más centrado en su grupo de música que en ser un buen futbolista, y ahora es con Di María y con Verrati con los que el conflicto ha estallado tras el empate ante el Marsella a cero el pasado fin de semana. Fueron sustituidos por Emery y se les vio visiblemente enfadados con el técnico, especialmente el italiano que preguntaba a los compañeros si lo había hecho mal para que le cambiaran.
 
Como aquí ya se aventuró cuando Emery fichó por el PSG, le viene el equipo grande y realmente no ha aportado nada nuevo a un equipo que parece que hasta que no apueste fuerte por un técnico de verdad y experimentado (sólo han contado con Ancelotti en ese aspecto) no van a dar ese salto cualitativo que quieren dar en Europa para poder asomarse por primera vez en su historia a las semifinales y quién sabe si a la final de la Champions. Pero con entrenadores de este tipo no parece que vaya a llegar en un corto plazo de tiempo esos buenos tiempos.

Comienza la temporada NBA

Ya está aquí la nueva temporada NBA, y promete ser de las mejores que se han visto por varios alicientes, los Warriors con Durant tratarán de batir su récord absoluto de la temporada pasada del 73-9, los Cavs de LeBron deberán defender su título conquistado en verano, los Spurs sobreponerse a la marcha de Duncan pero con la importante llegada de Gasol, los nuevos Knicks con quizás las última oportunidad de Rose de volver a la élite, la explosión como única estrella del equipo de Westbrook (claro candidato al MVP de la temporada), los siempre guerrilleros Celtics con la llegada de Horford para dar consistencia interior, y los renovados Bulls con el trío Wade-Buttler-Rondo que prometen hacer disfrutar a la ciudad del viento.
 
Los Warriors parten como favoritos por el fichaje del agente libre más codiciado del verano (con permiso de LeBron) y lo han incorporado a una plantilla muy armonizada y en la que puede encajar a las mil maravillas y convertir al equipo en la mayor amenaza exterior que se haya visto jamás. Quizás tener que renunciar a Bogut y Barnes les disminuye el potencial de banquillo pero el quinteto titular es de lo mejor que se haya visto junto jamás. Y si hay alguien que le gusten los retos ese es LeBron, que tras desafiar a todos con un 3-1 abajo en las finales para llevarse el anillo y entrar así en el olimpo de los mejores de la historia, este año quiere el más difícil todavía de derrotar al mejor equipo formado a base de talonario y coronarse así como el mejor jugador de la historia junto a Jordan (palabras textuales de James «persigo a un fantasma que jugaba en Chicago»).
 
De los contenders no hay que olvidar los siempre rocosos Spurs que pese a partir en un escalón inferior no extrañaría verles una vez más dando la sorpresa y llevándose el anillo. En el Este el territorio es de los Cavs y no hay ningún equipo que a día de hoy tenga el potencial de plantar cara a los de Cleveland, por lo que el camino a la Final será de nuevo más sencillo para James y compañía. Habrá que ver cómo reaccionan los Thunder a esa remodelación que han comenzado, y a cómo los Hawks aprenden a encajar a un Howard que cada vez asusta menos. Los Clippers ya cada vez asustan menos por sus problemas internos y a los Bulls les falta juego interior consistente, y por último queda ver si por fin Anthony Davis es capaz de plasmar su superioridad en la pista con victorias para sus Pelicans. Y por último los Pacers que si encajan bien al dúo George-Teague pueden dar muchas alegrías en Indianápolis.

Montella devuelve la ilusión

Se hace raro ver cada año la Champions League y que uno de los candidatos a ganarla no sea el AC Milán, equipo que ha ganado el torneo hasta en siete ocasiones y que durante mucho tiempo fue el gran dominador de Europa (con las etapas de Sacchi, Capello y su famoso 0-4 al Dream Team, y la de Ancelotti) y que hasta hace poco se arrastraba en terreno de nadie en la devaluada serie A. Y digo hasta hace poco porque la llegada de Vincenzo Montella ha revitalizado el equipo, le ha dado de nuevo espíritu y está llevándolo poco a poco a luchar de nuevo por entrar en Champions y quien sabe si a pelear por el scudetto.
 
Este sábado pasado tenía una prueba de fuego, la Juventus en casa, el equipo que ha ganado los últimos cinco scudettos y que a día de hoy no parece tener rival en el campeonato llegaba a San Siro dispuesto a romper esa dinámica positiva de los rossoneri de seis encuentros consecutivos sin conocer la derrota (con cinco victorias en ese periodo). Pero el Milán planteó un partido muy serio bien cerrado atrás y saliendo muy bien a la contra con Niang y Bacca leyendo las contras a la perfección. Y así ya en la segunda parte consiguió perforar la red de Buffon y llevarse un partido que ratifica el buen trabajo de Montella (que ya había destacado mucho en su etapa en la Fiorentina) y da al Milán el camino a seguir para volver a ser uno de los grandes de Europa, un camino que no debió abandonar jamás.

El renacer de Wade

Dwyane Wade vuelve a sus orígenes, a su Chicago natal tras toda su carrera en la soleada Miami, donde era considerado el rey de la ciudad. Pero finalmente este verano la directiva de Miami no realizó una oferta decente por el escolta que enfadado decidió salir al mercado. Poniendo punto y final a su etapa en Florida donde llegó a ser el mejor jugador de la liga y quizás el mejor jugador de la historia de la NBA sin un MVP de la temporada.

Si las lesiones le hubieran respetado más hablaríamos de uno de los más grandes de la historia, de un jugador que prácticamente solo levantó un 2-0 desfavorable en las finales de 2006 frente a los Mavericks para acabar haciéndose con el anillo en lo que es considerada la mejor actuación individual en unas finales llegando a promediar 34,7 puntos a lo largo de los seis partidos de la serie y siendo nombrado MVP de las Finales.

En ese momento la NBA era suya, estaba en su mejor momento y se preveía que dominaría a sus anchas, pero comenzó su calvario con las lesiones  que impidiero que se viera su mejor versión con consistencia privándole de haber conseguido algún MVP de la temporada regular. Luego decidió unir a su proyecto a LeBron y Bosh para adquiriri títulos colectivos en vez de individuales demostrando su madurez. Ahora tiene un nuevo comienzo en su ciudad natal, sin su explosividad de antaño pero con una inteligencia más desarrollada y un mejor entendimiento del juego que todavía le siguen haciendo muy peligroso para el rival.

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