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Sin reacción

La inesperada derrota del sábado en Valdebebas deja sin margen de error al Madrid esta semana en ninguna de las dos competiciones. La visita al Shaktar en Ucrania se antoja definitiva si quiere pasar como primero de grupo tras un inicio nefasto, y el sábado visita el Sánchez Pizjuán con el Sevilla sólo un punto por detrás con un partido menos, y con el Atlético a seis de distancia con otro partido menos también. Y además la siguiente jornada reciben a los colchoneros en casa además de al Borussiapara jugarse la primera plaza.

Zidane tiró de rotaciones ante el Alavés, obligado principalmente por las lesiones, y el equipo lo notó considerablemente, la imagen del equipo dejó mucho que desear, el Alavés acabó sufriendo los últimos minutos pero pudo sentenciar mucho antes el partido, y la ausencia de una figura determinante en ataque sin Benzema en el campo es más que notable. Nadie en el equipo asume los galones del gol cuando Karim no está (y Ramos, que pese a ser central siempre asumía muchos galones, está en la grada) por más que haya probado todas las combinaciones posibles de ataque.

Ni Vinicius ni Rodrygo ni Asensio ni Mariano ni Isco(ni Jovic que pese a tener ahora el COVID tampoco lo ha demostrado) han sido capaces de asentarse como pareja de francés ni dar un paso adelante en la ausencia de éste. Y Hazard ahora que iba recuperando las sensaciones necesarias para explotar volvió a romperse muscularmente Esta semana con dos compromisos importantes entre semana y sin tiempo de recuperar acabarán jugando todos con más o menos minutos, pero la sensación es que cuando al Madrid se le atascan los partidos, no tiene capacidad de revertirlos y eso es muy preocupante para Zidane.

Demasiado Grande

Thomas Tüchel tiene las horas contadas como técnico del PSG tras certificar la segunda derrota en tres partidos en eta edición de la Champions. Pese a hacer una buena primera parte el equipo parisino vio como el Leipzig le pasó por encima en la segunda y se acabó llevando el partido, poniendo en peligro la clasificación del club francés. El técnico alemán, al que llegó a comparársele con Jürgen Klopp por unos comienzos de carrera similares, ambos empezaron en el Mainz, y Tüchel sustituyó al actual técnico del Liverpool en el Signal Iduna Park, parece que le ha venido grande este reto en su carrera y que va a salir tocado de este proyecto.

Sus decisiones técnicas como poner a Marquinhos de mediocentro y a Danilo de central, han sido duramente criticadas por los medios franceses, y cuando a Danilo se le preguntó, dejó claro que él siempre ha sido mediocentro, desautorizando las decisiones de su entrenador al que ya la campaña pasada le salvó el llegar a la final de la Champions (aunque recordemos que el camino que tuvo para llegar fue Dortmund, Atalanta y Leipig), pero sus malas relaciones con el nuevo director deportivo Leonardo, que no le quiere ya que fue fichado por el anterior director deportivo Antero Henrique, y estos últimos malos resultados parecen haber firmado su fin en el Parque de los Príncipes.

El PSG quiere reconducir otro proyecto que parece de nuevo abocado al fracaso, quizás el mayor de todos si no son capaces de superar la fase de grupos, y además afrontan el que puede ser el último año de este proyecto, ya que Mbappé saldrá prácticamente con total seguridad y muchos jugadores ya han pasado la edad o están en su último año de contrato como Di María. Puede que este año para el PSG sea su última oportunidad real de pelear por algo grande en Europa ya que los gigantes españoles e ingleses no parecen en su mejor momento y tan sólo el Bayern parece el rival inalcanzable ahora mismo.

Falta de costumbre

El Sevilla cayó ayer por tercera jornada consecutiva en liga ante el Athletic de Bilbao en un partido que tuvo controlado toda la primera parte pero que acabó haciéndose muy largo para los de Lopetegui. El equipo da muestras de no alcanzar para las dos competiciones de máximo nivel y demuestra lo complicado que es competir en liga con la Champions de fondo, que es mucho más exigente que la Europa League a la que los de Nervión sí se han acostumbrado estos últimos años.

Comenzó muy serio el equipo hispalense, con un gol tempranero de En-Nesyri y ocasiones claras para poder dejar sentenciado el encuentro. El Athletic por su parte vivió toda la primera parte grogui, acusando el golpe del gol tan tempranero, y sobrevivió como pudo hasta el descanso. Lopetegui no introdujo muchas rotaciones de lo que se prevé el once titular del equipo, sabedor de la importancia de este partido tras dos derrotas consecutivas ante Eibar y Granada.

Pero ni con esas ni con ya la pareja defensiva Koundé-Diego Carlos junta pudieron evitar la reacción final del cuadro vasco que aprovechó el balón parado y la espalda de Acuña para voltear un marcador que les evita de problemas tras un mal inicio de temporada. Por su parte el Sevilla no tiene respiro y tendrá que jugar este miércoles ante el Krasnodar en el Pizjuán, aunque en Champions si que está haciendo bien los deberes. Es sólo el inicio pero el equipo andaluz está comenzando a perder puntos importantes y sobre todo a dejar la sensación de poca fiabilidad, pero la diferencia de puntos respecto a la cabeza comienza a ser importante.

A la deriva sin capitán

El Barcelona perdió el sábado el clásico ante el Real Madrid con la sensación de que desde que e adelantó el Reaal Madrid con el tanto de Ramos de penalti no había capacidad de reacción. Ese es el gran mal del equipo blaugrana en los últimos años, que a parte de jugadores faltan líderes en el campo que en las malas aguanten al equipo y no permitan que se hunda. La imagen de Messi y sus sensaciones tras el gol es de resignación y abatimiento. Ese es el mensaje que el capitán transmite al resto del equipo y de que todos se contagian.

Ese carácter que tanto le hace falta a este equipo hubiera cortado las bochornosas derrotas de Roma y Liverpool, y la actitud con el resultado en contra del equipo sería siempre distinto. Messi es el mejor jugador de la historia en mi opinión, lo que le he visto hacer sólo está a su alcance, pero su implicación y carácter le han privado de entrar en ese elenco de elegidos en los que su proclamación como unánime es unánime por todos. Cuando el resultado es adverso no sabe sacar lo mejor de sí, y eso es algo muy necesario para su equipo.

Este año además se une su intento de marcha frustrada, en la que otra vez dio muestra de su flojo carácter al no hacer declaraciones abiertamente o tener charla con el presidente cara a cara, sólo a través de un burofax y luego tras una charla entre el presidente y su padre al ver que no había posibilidad alguna de su salida realizó un paripé de entrevista para calmar los ánimos de la afición. Creo que no fue el peor del partido ni mucho menos, pero estamos ante un jugador que porta el brazalete y debe ser el que cambien la dinámica de los partidos, y con su actitud está muy lejos de ello. El años es muy largo y con Messi de capitán parece que los éxitos no están asegurados.

Bofetón de realidad

La Champions League dejó ayer dos resultados devastadores que dejan claro lo lejos que está en esta edición el fútbol español de su mejor momento. Tanto Real Madrid como Atlético cayeron con estrépito en su debut europeo y deja muy claro que están muy lejos del nivel mostrado en los últimos años y que este año va a tocar sufrir de lo lindo en la competición continental.

Es cierto que la derrota es distinta, el Madrid dio una imagen pésima desde el inicio y perdió en su casa ante un rival muy inferior. Los primeros 45 minutos del equipo de Zidane (que se equivoca pensando que tiene una plantilla amplia y se puede permitir las rotaciones) fueron bochornosos, con un Shaktar que le metió tres pero pudieron ser cinco de haber estado más acertados. El nivel mostrado por Marcelo, Varane o Jovic es inadmisible en un club de la altura e historia del Madrid, y pese a maquillar la derrota en la segunda parte (donde el VAR anuló bien un gol en el descuento al Madrid que suponía el empate) las sensaciones del equipo blanco son muy más tras la derrota ante el Cádiz del sábado. Y este sábado van al Camp Nou donde de perder la crisis será de envergadura.

En el bando Atlético la derrota fue durísima, encajar cuatro goles no es normal con Simeone en los banquillos, pero es un marcador engañoso. El Bayern no fue tan superior como dice el marcador y el equipo rojiblanco cuajó una actuación decente, pero la falta de acierto unida a la pegada del Bayern ( cuatro goles en cinco tiros a puerta) demuestran que la plantilla del Atlético no está a día de hoy para pelear con los favoritos en Europa. El centro del campo del equipo y los laterales están muy lejos de los nombres y nivel de otros años y hacen que el Atlético sufra mucho para pelear con los equipos más en forma.

Lo bueno de estas derrotas es que los otros pretendientes de sus grupos empataron, por lo que el traspié no es tan importante y que se ha producido al inicio de la temporada para poder corregir los fallos y los problemas que todavía hay tiempo y margen para ello. Pero la sensación ya de que ningún equipo español es favorito en esta Champions no es evidente sino que después de lo de ayer es manifiesto.

Cuesta ser un grande

El PSG inexplicablemente volvió a caer contra el Manchester United como hace dos temporadas en los octavos de final, en su estadio, y dejando una imagen de impotencia y de fragilidad defensiva muy preocupante. Parecía que tras disputar la final de la Champions de la última edición los fantasmas de la barrera que tenían de octavos de final había desaparecido, pero nada más lejos de la realidad. Ayer uno de los United más flojos que recuerdo en mucho tiempo ganó en el parque de los Príncipes sin hacer ningún partidazo y sin sufrir en exceso, salvo algunos pocos tramos en la primera parte.

Y el PSG contó con todas sus estrellas Neymar, Di María y Mbappé en ataque. Pero n con esas pudieron vencer al conjunto de Solksjaer que encadena dos victorias consecutivas a domicilio ante el gigante francés. El equipo de Tüchel dio muestras de lo poca segura que es su defensa y de lo parido que esta siempre el equipo en transiciones defensivas. Con muy poco salía el United y creaba problemas serios, pero en ataque tampoco estuvieron mucho mejor. El único gol fue de Martial en propia a la salida de un córner bien defendido por el conjunto inglés.

Es pronto todavía y el PSG seguramente acabe líder del grupo, pero de nuevo deja sensaciones de que en los partidos verdaderamente importantes (el año pasado llegó a la final eliminando a Dortmund, Atalanta y Leipzig no hay que olvidarlo) nunca da la talla este equipo construido a base de talonario, no han conseguido nunca involucrar de manera clara a sus máximas estrellas y cada vez que se ve este equipo parece más un grupo de bandas que compañeros de vestuario. Se están dando cuenta que no todo es fichar jugadores a precios desorbitados y si líderes que den la cara en los momentos complicados.

La dura Realidad

El partido de anoche dejó en evidencia los grandes males de este Atlético de Madrid a lo largo de la temporada. La plantilla está falta de alguien de calidad en el centro del campo, y el equipo necesita un 9 de garantías como el comer. Diego Costa dejó claro ayer que es más un ex futbolista que alguien en activo, su participación es testimonial, y ni siquiera ya es capaz de ganar los duelos cuerpo a cuerpo. La baja de Thomas también resultó fundamental ya que nadie daba pases que cruzaran líneas defensivas del Leipzig y el Atlético era incapaz de salir de la presión alemana.

Simeone dio entrada a Héctor Herrera, que juega en una posición que no es la suya y su partido fue muy flojo, como el de casi todo el equipo. Sólo se salvó del once titular Savic y Carrasco. El belga fue el único que creó algo de peligro en la primera mitad, y asumía el reto de desbordar cada vez que recibía. Saúl volvió a ofrecer su peor versión, como casi toda la temporada muchos kilómetros recorridos pero nula participación en el juego y Koke fue de menos a más, intentando aportar algo de pausa en zonas de peligro para favorecer la subida de todo el bloque. El resultado fue un Leipzig que superó en intensidad y ganas a un Atlético que no llegó a competir salvo los diez minutos de la entrada de Joao Félix, y de nuevo con el empate otra vez volvió el conformismo.

Es una gran decepción para el Atlético el partido de ayer. La burbuja que había alrededor de favoritismo puede que haya hecho que el equipo se confiase y sacase su peor versión. Si este equipo se acomoda no gana, y ayer fue lo que pasó. Se sintió vencedor todo el partido y ni olió el balón. Es un año complicado con muchas caras nuevas, pero no es excusa para justificar el partido de ayer, sobre todo por las malas sensaciones que dejaron los jugadores en el campo. Ahora tocan días difíciles y los oportunistas pedirán la dimisión de Simeone, se bajarán de un barco al que sólo se subieron tras el pase en Anfield, y cuando vuelvan a ir bien las cosas, porque con Simeone siempre vuelven a ir bien, volverán al barco y alabarán la labor del técnico argentino. Es momento de reflexionar, de no maquillar lo de ayer que fue un fracaso mayúsculo pero no volverse loco y tirar las cosas buenas que ha dejado esta campaña, sino potenciarlas en el mercado de verano como se pueda y de nuevo este equipo volverá a hacer lo que mejor sabe hacer, volver a levantarse y competir como el que más.

Mal perder del Liverpool

Han pasado más de dos meses de la histórica eliminación del Liverpool a manos del Atlético de Madrid y todavía colean quejas y desprestigios hacia ese partido por parte del entorno red. Si ya fue el propio Jürgen Klopp el que estuvo más de dos semanas hablando y desprestigiando a los colchoneros, pese a no ser un técnico que haga este tipo de declaraciones, después fueron ex jugadores reds los que trataron de quitar importancia y méritos al conjunto rojiblanco que recordemos al final venció en ambos partidos.

Lo último ha sido un informe revelado en el periódico The Times donde se achaca al partido de fútbol la muerte de 41 personas por culpa del coronavirus, ya lo último que faltaba por escuchar. Acusan al Atlético indirectamente de esta desgracia cuando su propio líder del gobierno no tomó ninguna medida aludiendo a que en Gran Bretaña el virus no llegaba, hasta que finalmente cayó contagiado. Me parece una manera muy vil y rastrera por parte del periódico inglés de comentar esta situación, ya que ha habido partidos de mucho mayor riesgos como el Atalanta-Valencia con saldo mucho más desfavorable.

Sea como fuere el Liverpool está eliminado de la Champions cuando se creía máximo favorito, fue vencido por un equipo que nadie contaba con él en la eliminatoria y no ha sabido asumir con la elegancia que siempre ha caracterizado a este club la derrota. Ni los propios jugadores ni su entrenador (a excepción del guardameta Adrián) han sabido reconocer el trabajo realizado por el equipo de Simeone, mucho menos vistoso y mucho más rudo, pero tremendamente efectivo vista la eliminación red. El Liverpool debería asumir su derrota y centrarse en una Premier que tiene ya prácticamente encarrilada, y que supondría su primera con este nuevo formato. Está claro que haber tirado las dos Copas reservando a sus jugadores para la Champions no le ha salido bien a Klopp y quiere desviar la atención de esta manera.

Desastre total

Se confirmó el desastre ayer en Croacia de la selección española. En un partido clave para la disputa de la Final Four del primer torneo de Naciones, valí ganar para clasificarse, o incluso empatar siemrpre que Inglaterra no ganara a Croacia en el siguietne partido. Pero salimos del estadio con el rabo entre las piernas tras el gol en la última acción de Jevdaj, que anotó un doblete, todos a la espalda de un Íñigo Martínez desbordado en el día de ayer.

Luis Enrique empezó su andadura muy fuerte, con sonadas victorias en Wembley y en Elche ante Croacia, pero poco a poco el combinado nacional se ha ido desinflando, con situaciones extrañas como la lesión de Íñigo Martínez en la anterior convocatoria, o la lesión de Alcácer que le ha impedido entrar en esta pero que sin embargo le permitió jugar el clásico alemán ante el Bayern, en el que continuó con su racha anotando el gol de la victoria del conjunto borusser.

Ni la vuelta de Jordi Alba funcionó, ni Isco está a su nivel tras la operación de apendicitis que sufrió y las malas sensaciones que tiene al ser el único jugador del Madrid que sin estar lesionado no ha comenzado de titular ningún partido. Luis Enrique es optimista, sabe que está en una etapa de transición, donde los nuevos deben dar un paso al frente que todavía no dan, pero sabe que deben coger experiencia en situaciones límites como la de anoche para fortalecer el carácter y afrontar así un campeonato tan exigente como una Eurocopa o un Mundial.

Mal de altura del Nápoles

El VAR acabó con las aspiraciones de conseguir el scudetto para el Nápoles este domingo. A los cinco minutos de partido el árbitro acudió al sistema VAR para rearbitrar una jugada dudosa y terminó expulsando al central Koulibali, héroe la jornada anterior con su gol en el descuento a la Juventus. Así el Nápoles fue un muñeco de trapo en manos de una Fiorentina que goleó sin piedad al segundo clasificado sepultando todas sus aspiraciones al título.

Y si hubo un héroe que terminó con los sueños del Nápoles fue Gio Simeone, autor de su primer hat trick en Italia, y que cuajó un partido excepcional. Los de Sarri acusaron la baja del central y apenas inquietaron la meta viola. Las acometidas de Mertens, Insigne y Callejón fueron escasas y casi siempre con poco peligro, lo que hizo que la Fiore se volcara hacia la meta de Reina sin miedo a las posibles contras.

De lo que pudo ser a lo que terminó siendo, el sábado la Juventus salvó el triunfo en el Meazza remontando el 2-1 en los últimos instantes, y el Nápoles desaprovechó la ocasión de meter presión a los juventinos perdiendo en Florencia. Quedan cuatro jornadas y la diferencia es de cuatro puntos, lo que deja casi finiquitada la serie A para los chicos de Allegri por séptimo año consecutivo. Otro año más el Nápoles que se queda a las puertas del título de liga.